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El pecoso negaba con la cabeza repetidas veces.

— Vamos, así conocerás más gente, es hora de que salgas más — le dijo Kaminari.

Este seguía negándose.

En definitiva no, jamás había ido a una fiesta, no se arriesgaría a algo como eso.

— Porfavor, por mí? — pregunto haciendo ojitos al omega.

El cual termino aceptando de mala gana, mientras que su amigo estaba celebrando.

— Vamos a arreglarte, hoy sales de tu capullo — mencionó emocionado.

Izuku soltó un suspiro y se dejó hacer, estaban en la casa de Kaminari, el cuál era un tanto adinerado.

— Es que esto te va a quedar muy bien yo lo sé, pero esto sería mejor — decía emocionado su loco amigo.

Todas las prendas que le mostraba no era nada a lo que el acostumbraba portar.
Izuku es más de playeras de manga larga, overol y botitas, siempre algo que le quedará ancho y cómodo.

Simple y tal vez demasiado tierno.

Hoy no se vería para nada tierno, según los planes de su amigo.

— Sal ya, te tardas muchísimo en cambiarte —
Se quejó y enseguida el pecoso salió de la habitación.

Su amigo fingió desmayarse.

— ESTAS TAN SEXY! — dijo casi gritando.

Portaba una blusa blanca con olanes en las mangas, un pantalón negro y algo pegado de piel, sus zapatos eran sus mismas botas blancas aterciopeladas que ya llevaba, sus rizos algo alborotados y por último un delgado collar plata.

Izuku solo se avergonzó, se sentía muy diferente.

— Estás más que listo, ahora me toca así que me esperas — termino de decir y le tocó la punta de su nariz.
— Si quieres espérame en la sala — sonrió a Izuku y se adentro en su clóset.


・・・



— ¿Que mierda haces aquí? — preguntó malhumorado Katsuki.

— ¿Ya estás listo? Vamonos — espetó.

El pelirrojo sin más que decir se dirigió a el auto y sonrió de lado al ver qué Katsuki si iba detrás de él.

— Yo me voy en mi moto, te sigo — dijo encendiendo el motor de esta.

Así que se encaminaron.

No era sorprendente, al llegar ya estaba la música muy alta, se escuchaba desde la inmensa calle. Se trataba de la mansión de aquella chica, así que ambos alfas se adentraron.

Música jodidamente alta, tabaco, alcohol y una que otra droga, eso era la fiesta.

— Voy a buscar a mi novio, ahí te vez —
dijo casi gritando a Katsuki debido a la música.

— Hijo de puta — Murmuró.

Razones para llamarlo así, una, lo dejó solo y dos no sabía que el maldito tenía pareja y menos que fuera hombre, el pelirrojo siempre le había mencionado que jamás se metería con un beta, maldito, pensó.

El alfa no duró poco tiempo solo, pues varias omegas se le comenzaron a insinuar deliberadamente, a lo cual el ignoro por completo. Se dirigió a la barra.

¿Era él?

Para quitar su duda se acercó.

— ¿Izuku? — preguntó cerca del chico parecido al mencionado.

Parece que no lo escucho.

— Deku — casi grito el alfa en un tono más fuerte.

El pecoso volteo y algo nervioso movió la mano para saludar al alfa. El cual se sentó a su lado suspirando.

— ¿Por qué estás aquí? — preguntó el pelicenizo.

Echando un vistazo de lo que traía puesto el peliverde disimuladamente.

Izuku suspiro y lo miro sonriendo, no podía explicarle pues no le entendía su lenguaje en señas. El alfa entendió.

— Dame tú número — dijo en un tono seco.

El pecoso lo hizo, le mostró su número y comenzaron a hablar por mensaje.

Ahora sí, dime, ¿estás aquí por voluntad propia?

El alfa miro de reojo al pecoso.

No, mi amigo me trajo y bueno acabe aquí.

Lo miro y le sonrió un poco apenado.

Se nota que este no es tu ambiente, Deku.

No hubo respuesta, así que sin más el alfa lo volteo a ver.

Me tengo que ir.

Fue el mensaje que recibió.

— ¿Qué? —

El peliverde salió corriendo de la barra, tratando de salir de aquella mansión, pero este se tropezó, no podía volver a levantarse, sus piernas casi no me reaccionaban.

Katsuki se quedó anonadado en su lugar viendo y casi no creyendo lo que estaba presenciando.

SILENT   ◡   KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora