SILENT ◡ Katsudeku

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Era el día, se iba tatuar, Katsuki le mencionó el lugar al que tenía que ir pero al final le sugirió que pasaría por él para llevarlo. Denki al enterarse de esto por su novio decidió que acompañaría a Izuku y así se hizo, estaban de camino al lugar.

— No puedo creer que hicieras que se subiera a esa peligrosa motocicleta todo el tiempo — hablo Denki, subiéndose al auto.

— Si si, como sea, suban ya — habló.

Esta vez iban en el auto de Kirishima pero Katsuki iba manejando, el sitio al que iban no era nada lejos, en menos de lo esperado llegaron.

— ¿Pero que hacemos en un antro? Esto no es lo planeado — habló Denki algo enojado.

— Ven tranquilo — pronunció Kirishima mientras le tomaba de la mano.

Se adentraron al ya mencionado antro que aún estaba algo vacío, pues era temprano, apesar de eso olía bastante fuerte a cigarro mezclado con muchas otras cosas y antes de bajar unas escaleras Katsuki tomó de la mano a Izuku.

— Es solo por seguridad — habló el alfa y bajaron.

Era un lugar muy diferente al de arriba, de un lado había una barra y del otro sillones con una pequeña plataforma en el centro de estos con un tubo que se plasmaba del piso a la pared, había varios señores sentados en los sillones mirando atentamente a los omegas pasando a lo que Katsuki soltó un sonoro gruñido y estos instantáneamente se voltearon, también había bastantes cuartos aparte. Al pasar todo eso llegaron a una habitación. Estaba repleta de grafittis, e imágenes de distintos diseños de tatuajes, luces led y un espejo, después se encontraba el asiento para el cliente.

— No pues si está cañón — espetó Denki.
— La verdad no me esperaba que esto estuviera escondidillo en un prostíbulo — termino de decir.

— Gajes del oficio — habló Katsuki.

— Si bueno, aquí vamos a estar — dijo ahora el pelirrojo y se sentó junto con su pareja en un sillón que también se encontraba en el cuarto.

— Empecemos de una vez, quítate la playera — dijo el pelicenizo, mientras organizaba su pequeño espacio de utensilios y se colocaba guantes de latex.

El omega se tensó, recordó el lugar donde iba a tatuarse y entendió, con vergüenza retiro su playera y se quedó mirando los movimientos de Katsuki.

Vaya, su cintura es enserio pequeña, pensó Katsuki al  voltear a verlo, que tentador.

— Recuestate aquí — indicó el alfa.

A lo que el omega hizo caso, desinfecto la zona donde el tatuaje se realizaría, bueno era que la elaboración de el diseño no iba a necesitar dos sesiones así que esa misma tarde la pudo acabar sin problemas, bonitas hojas de cerezo pertenecían a la clavícula del peliverde. Fue alrededor de unas dos horas que tardo el proceso, el pelicenizo al terminar procedió a volver a limpiar la zona que ahora se encontraba bastante roja e irritada y colocó el plástico de recuperación, aún con la rojez se veía increíble la obra.

Levantó un espejo pequeño para que el omega pudiera echar vistazo a su pedido.
Sus ojos brillaron mientras una sonrisa se formaba en su rostro.

— Me encanta — musitó el pecoso con nerviosismo.

— Claro que debe encantarte, es tu primer tatuaje y lo hice yo — sonrió presumido.

— Por dios, Izuku puede hablar? — inquirió estrepitosamente el pelirrojo.

El omega se tenso y se espanto un poco olvidó que Denki y Kirishima estaban ahí.

— Cállate, lo incómodas — hablo ahora Denki.
— Se te ve increíble — mencionó mientras veía el tatuaje recién hecho.

— Bakubro sabe lo que hace — pronunció Kirishima y choco puños con él ya mencionado.

El peliverde escribió en su celular por cuánto iba a pagar por el tatuaje, pues claro estaba dispuesto a pagar por lo que fuera, quedó satisfecho con el trabajo del alfa.

— No te preocupes por eso — dijo Katsuki retirando los guantes y apagando la gran lámpara de luz. — Me basta con que haya sido yo quién hizo tu primer tatuaje —

— Sonó romántico — susurró Denki a su pareja el cual asintió compartiendo sonrisas cómplices.

Izuku negó e insistió en lo del dinero, básicamente fue así toda la tarde, ya habían salido del lugar y se habían ido a una cafetería cerca de ahí la pareja se sentó en una mesa, Katsuki y el peliverde en otra, cabe recalcar que él seguía insistiendo con pagarle.

— Te lo dije, no lo necesito, así está bien, ahora cállate y tomate tú café — voceo el pelicenizo.

El omega se cruzó de brazos, no estaba nada cómodo con la idea de tomar de a gratis el trabajo del alfa, Katsuki lo notó.

— Bien, mira iré a lo de Mina y deberás pasar el rato conmigo — propuso el alfa.

¿A qué te refieres exactamente?

Escribió Izuku.

— Solo eso, no está demás hacer un nuevo amigo, no? Quiero eso de paga —

Bien si así lo quería él lo podía hacer, así que esa tarde quedaron en eso, no es que fuera a pasar algo malo, solo que si seguía pasando más tiempo con el alfa su omega se encariñaria pues muy obvio era que no podía verlo solo como amigo, Izuku estaba pérdido.

Después de ya aproximadamente dos mes de conocer a Katsuki y entablar una muy pequeña relación de conocidos esa tarde se sintió como la confirmación de que el peliverde veía a el alfa con ojos de amor.