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— Entonces si irás? — preguntó mientras tiraba la servilleta del omega que recién acababa su helado.

Izuku asintió.

Últimamente se la pasaba paseando por los alrededores de la cuidad con Shoto, sentía que estaba siendo consentido.

— Igual espero te la pases bien, cuando regrese quiero que me cuentes qué tal, y espero estos días te hayas sentido mejor, Midoriya — sonrió de lado.

Si le causaba un poco de ansiedad el no tener al bicolor a su lado, se comenzaba a acostumbrar a su presencia, pues como tal no tenía un amigo fijo como Kaminari, sin embargo, este se encontraba ocupado con su novio.

Mucho mejor, gracias. Escribió y le mostró.

A lo cuál Shoto sonrió con pureza.

— Solo 1 mes — suspiro el alfa.

Te voy a extrañar. Mostró nuevamente su celular pero ahora más cerca de la cara del bicolor.

El cual sonrió y se acercó al Izuku invitándolo a un abrazo, el cual acepto. Parecía que nunca le soltaría, pasaron minutos así, hasta que la madre del omega apareció para recogerlo de pasada.

— Gracias por cuidar de mi hijo — sonríe Inko.

— Es un completo placer pasar tiempo con él, nos vemos, cuídense — contesta Shoto.

El omega sube al automóvil y baja la ventana para despedirse a la lejanía.


    •      •      •


Como le jodía, parecía que tenía todo en calma pero que ganas de golpear al teñido mitad y mitad, cuál era la necesidad de estar tan junto al peliverde.

Si bien le jodía muchísimo, su lobo casi que explota de rabia de ver esa cercanía, estaba fuera de control. Katsuki sabe perfectamente que se le conoce porque nunca da a mostrar completamente su parte animal para nada, ni siquiera un indicio.
Apesar de ello desde lo del maldito viaje su lobo parece desbordar de emociones de intranquilidad, lanzando advertencias de que algo no está bien.

Tan agobiante.

— Bakugo, hay que ir juntos a la fiesta de tu amigo Kiri — habló Mako.

— Escucha, no voy a ir contigo ni con nadie, si? — espetó.

El omega se quedó callado por un momento.

— Pero es tu amigo — habló.

— Nunca dije que no fuera a ir, dije que no quiero compañía — hablo ahora con un tono más frío.

Su lobo rechazaba a todo cualquier otro omega que se insinuara, la excepción podría ser Mako?

Que pregunta tan pendeja.

Igual que más daba no estaba quedando con nadie.  Cómo si hubiera leído sus pensamientos Mako se insinuó como ya en muchas otras ocasiones pero está vez Katsuki trató de no rechazarle.

Una mierda todo.

Le apartó, pero el omega se volvió a lanzar más insistente y con demasiada confianza.

Katsuki cruza mirada con Izuku quien se supone ya no estaba allí.

Empuja al pelinegro e intenta acercarse por puro instinto al peliverde pero este se va enseguida evitando alguna clase de cercanía.

El pelicenizo mira con severo enojo a Mako, suspira pesado y se va inmediatamente de ahí, encontrándose con desagradable vista, pues el omega de retiraba de la escuela ahora acompañado de otra persona.

Pero igual, ¿Quién le mandaba a ser tan idiota?

Las noches de insomnio se volvían pesadas, cada día más y más.

En la cama se encontraba con parte de su torso desnudo, la tela de la camisa que llevaba ese omega, quería quitárselo.

Podía sentir su piel pedir por más, él quería tocar toda parte de su cuerpo, pero no podía.

No podía tocar el cuerpo que se encontraba debajo suyo pidiendole atención, como si estuviese atado a algo.

El omega debajo suyo estaba a su merced y no podía tocarlo, el ya mencionado se mueve para que el alfa lo vea pero no sé acerca demás, como si lo provocara, no veía su rostro.

Tenía un nudo en la garganta, no podía acercarse, por qué mierda no? no lo podía tomar.

El omega se movió con ademán de mostrar más de su cuerpo, la camisa fue resbalando por su espalda y brazos, quedando expuesto por completo de parte de arriba, las clavículas marcadas se dieron a relucir, junto con un tatuaje.

Tatuaje?

Quería tocar, el sentimiento se intensificaba.

Mío, mío, mío.

¿Pero por qué no se acercaba aquel omega?

¿Peliverde?

¿Pecas?

Despertó muy repentinamente, se sentó en la cama y suspiró pesadamente. Definitivamente había soñado con Izuku, cosa que sorprendió, lo que no le sorprendió fue el hecho de que no solo despertó el si no también su amigo, yupi!

Por una mierda.

Se dirigió al baño con algo de mal humor pues eran las tres de la madrugada.

Por muy aparte y ya muy tarde se da por convencido que no solo es su lobo quien quiere al peliverde, si no el también.

SILENT   ◡   KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora