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No tenía regalo que darle al festejado así que salió a buscar que regalarle, por un momento iba a llamar a Shoto, pero recordó que se iba a ir de viaje por cosas de la empresa de su padre, así que por un mes entero no le vería.

Se puso algo muy simple y salió a ver qué comprar, a decir verdad no tenía ni idea de que regalar, nunca había sido bueno para ello y prefería preguntar directamente a la persona si había algo que quería o eso. Había pasado bastante tiempo desde que no salía solo, casi siempre era con amigos, suponía que un tiempo con el mismo era escencial, aunque prefería distraerse con más gente pues si no el recuerdo de katsuki volvía repetitivamente a su mente.

Recién eran tres y media así que pasó a comer a un lugar dónde siempre solía ir con su mamá de pequeño, vendían hamburguesas y por supuesto que conocía a la señora de aquel lugar.

— Izuku! Mi niño lindo eres tú! — saludo abiertamente la dueña del lugar.

Ciertamente había cariño pues era una de las amigas de su mamá y claro una muy buena persona. Le atendió muy bien y debido a que ella es maestra de señas fue fácil la comunicación. El tiempo pasó volando dando así las cinco de la tarde, se despido rápidamente de ella y salió disparado a buscar que comprar.

Su personalidad indecisa no le ayudo mucho, pero al final termino comprando una que otra prenda de vestir. Era tarde así que se comunicó con su mamá y le platicó que se quedó conversando por mucho tiempo con Mary, la dueña de aquel local de hamburguesas.

Con mas tranquilidad se dirigió a su casa, prefirió ahorrar el dinero del taxi para caminar. De nuevo se encontraba ensimismado y distraído por sus imparables pensamientos.

— ¿Tú eres el omega de la otra vez, no? Si así es, el que estaba con el tatuador del club VIP — resonó la voz de un señor en una calle.

Izuku lo ignoró y siguió su camino a casa, pero para esto una mano tocó su hombro.

— ¿A dónde tan apurado? Ven, pasemos el rato juntos en aquel lindo club, que te parece? —

El omega se tensó y comenzó a entrar en pánico, quiso quitar la mano del señor de encima de él pero vió que otros dos se dirigía hacia él, comenzaban a forcejear para meterlo en un automóvil y por desgracia ganaron en fuerza y se fueron del lugar, dentro del auto fue drogado.

Estaba siendo secuestrado, no sabía dónde iba, ni que estaba pasando más, se sentía mal, sabía que algo estaba mal, lo bajaron llegando a un lugar que se le hacía conocido, necesitaba ayuda. Sentía como si estuviera dormido, pero veía y estaba despierto, igual si no hacía algo iba a terminar muerto o en algún tráfico de omegas, estaban ya bajando a la zona en donde estaban aquellos tubos, pero está vez había personas bailando en ellos.

No sé había dado cuenta pero sus feromonas se alteraron por la droga y se olía por todo lugar al que pasara.

Gritó, con las pocas fuerzas que tenía lo hizo y como pudo comenzó a resistirse de nuevo seguía gritando, mientras trataba de hacer ambas cosas al mismo tiempo sentía que dejaba de respirar, la ya conocida ola de calor se hizo presente, probablemente le dieron algún adelantador de celo u afrodisíaco.
Estaba más que desesperado, ahora iba a ser violado, definitivamente cuando lo encerraran en algún cuarto sin escapatoria sería utilizado.

Sin saber que más hacer no solo gritaba lloraba, estaba apunto de perder. Fue encerrado en una de las tantas habitaciones, su vista estaba nublada, sentía asco, estaban tocando su cuerpo.
Sintió como alguien comenzó a quitarle la sudadera que llevaba puesta, era su favorita. Tal vez desde ese día ya no más.

— Que hermoso tatuaje, como tú pequeñín — habló con morbosidad alguna persona desconocida.

Sentía ahora como tocaban su pecho y varias risas de entre más o menos ahora 5 personas en la habitación. Sentía querer morir.



SILENT   ◡   KatsudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora