🔞🔞Alto contenido erotico 🔞🔞
Vitoriano Santos era un hombre con muchas cualidades, era profesor de una reconocida Universidad Católica, un reconocido escritor didáctico, pero tenía un secreto, usaba su seudónimo para escribir libros eróticos y algunos de BDSM.
Buscaba un amor verdadero que fuera más allá de los libros y los cuentos.
Inés Huerta, una mujer madura, terminó una relación que desde el primer encuentro ya certificaba el fracaso, pero insistió hasta salir herida, física y emocionalmente.
Camila invitó a Inés a un fin de semana en su casa de la costa, sólo estarían las chicas, Inés estaba sola en casa esperando a Camila, cuando un libro en la mesita del salón le llamó la atención, lo cogió, la portada era roja con dibujos, como un libro de coleccionista, muy bonito, pasó sus manos y sintió un escalofrío cuando leyó el nombre del libro, "El arte de amar con sumisión" (no sé si este libro existe realmente, pero aquí tendrá este título), sintió mucha curiosidad, y decidió empezar a leer.
Inés comenzó a leer, y estaba más que curiosa leyendo, estaba excitada por el contenido del libro, a cada página se iba mojando más, era muy excitante lo que sentía mientras leía un libro, pero no podía controlarse, hasta que llegó un momento en que estaba casi al final del libro, comenzó a tocarse, tomó su mano en su intimidad que estaba empapada de tanta excitación que los primeros movimientos los disfrutó placenteramente, algo que no le ocurría desde hace mucho tiempo, incluso cuando estaba con Vicente, allí se quedó dormida en el sofá del salón.
Horas más tarde Camila entró y la vio durmiendo, no quiso despertarla, se fue a su habitación y se dio un largo baño, cuando Inés volvió estaba sentada frente a su cuaderno investigando sobre el autor del libro que acababa de leer.
C: Ah, usted leyó mi nuevo libro, y en ese momento ¿qué le pareció?
I: Misterioso y emocionante. Quiero saber más sobre el autor y si tiene más libros.
C: Estabas muy emocionado, bien, pero luego buscas eso, ahora prepárate, vamos a una fiesta en casa de un amigo, su hermano acaba de dar una conferencia en la universidad que ha sido un éxito y vamos a ir allí a celebrarlo.
Inés no quería ir a la fiesta, pero Camila le había dicho tanto que fue, la fiesta era bonita, pero sus pensamientos estaban en el libro, quería más, quería volver a sentirse viva. Estaba en el muelle con vistas a la playa, allí estaba tomando la fresca brisa nocturna y escuchando las olas, con los ojos cerrados, sentada en una tumbona, cuando escuchó una voz gruesa y ronca que la volvía loca, si la decían muy cerca de su oído en un sensual susurro.
V: Hermosa noche no es esta noche si sigue así vamos a tener una lluvia de meteoritos.
I: Sí, la noche es hermosa, y cómo sabes que tendremos una lluvia de meteoritos.
V: Soy profesor en la universidad y mi mejor alumno estudia astronomía, y me ha avisado de que vamos a tener la noche despejada y veremos la lluvia de estrellas caídas. O si lo pensamos de forma literaria, lluvias de ángeles caídos. Encantado de conocerte, Victoriano Santos, - le tendió la mano para saludar a Inés.
I: Un placer Inés Huerta. - al tocar su mano el mismo escalofrío que sintió al leer el nombre del libro. - ¿Vives aquí?
V: No, esta es la casa de mi hermano y estoy aquí para el fin de semana. ¿Y vives por aquí?
I: No, estoy en casa de un amigo el fin de semana. Mira, ha empezado a llover. - dijo señalando al cielo.
Se quedaron mirando la lluvia de estrellas, cuando Inés se pasó las manos por los brazos y se encogió de hombros, estaba haciendo frío. Victoriano se quitó la chaqueta y se la puso a ella, que sonrió y le dio las gracias. Al cabo de un rato la invitó a entrar.
