cap 2 -Cala Rossa
Héctor la sujetó por la cintura y pronto abandonaron el lugar, pero unos pocos pares de ojos los vieron marcharse.
- No volverá a ocurrir, de verdad que no. - dijo la señora.
- Deja de ser pesimista Mónica, tu hijo es feliz, no quiere decir que lo que te pasó a ti le vaya a pasar a él, sobre todo si es hombre.
- No madre, Héctor es mi hijo y mayor que la señorita, piensa como sería para su carrera tener una chica pegada a él.
- Mónica de Capri Robledo, a veces dudo de que seas mi hija. Yo no te crié así.
- Mamá, no es eso. Héctor es mayor que ella, tiene toda una juventud por delante....
- Me rindo contigo, eres igual que tu padre, igual que él. Sal de tu plaza jovencita, sal y pronto, os apruebo a los dos, y para tu conocimiento ella ocupará mi lugar aquí en el museo ya que no aceptó la propuesta del consejo y lo que es peor me hizo un flaco favor.
- Mama, ti prego, non farlo, voglio solo che stia bene.
- Vuelve a España con tu Duque, y recuerda que si te metes en el camino de empezar los suyos juntos me verás, ni tu padre aguantará esta vez.
Al otro lado de la sala, Héctor va con Cristina a la terraza del museo, cuando llegan le enseña Florencia desde arriba.
- Esto es precioso, pero lo que hicimos no estuvo bien, estábamos en el centro de la habitación y me besó.
- Sí, pero Cris, sé que puede ser demasiado pronto, demasiado rápido, estoy encantada contigo, eres genial, inteligente, fuerte, lo digo yo, por enfrentarte a semejante consejo de puerta y mantenerte firme, y guapa, Dios qué guapa eres.
- Hector.... -La cara de Cris se sonrojó.
- Cierto. He dado la vuelta al mundo, soy mayor que tú. - le acaricia la cara.
- No eres tan viejo. - sonrió.
- Cris, nos llevamos unos 15 años. Aún nos queda mucho por vivir, y sé que lo que pasemos aquí será un hermoso recuerdo algún día.
- ¡Un recuerdo para siempre!
- ¡Una notte per sempre! - Héctor la besa más intensamente y la conduce al balcón reservado.
Era más bien un rincón en un jardín, donde él la tumba en el sofá y comienzan las caricias más intensas, los besos más excitados.
- ¡Me has hechizado! - inhaló su perfume. Y le besó el cuello.
- ¿Traer aquí todas tus conquistas?
- Si te refieres a los artículos que tengo que leer, los trabajos que entregan las juntas, sí los leo todos aquí, y sí es el primero que saco aquí.