En toda la novela Las Amazonas, várias veces me pregunté por qué la conversación de Inés y Victoriano nunca sucedió realmente, y por qué se casó con Débora, en mi concepción ella lo hizo por pura birra, por creer que Inés lo había dejado por y en el caso de que se trate de una persona que no sea de su familia.
Durante una cena en la granja de negocios Inés quedaba pendiente de todo y de todos, pero lo que ella no percibió que uno de los socios de negocios de Victoriano estaba en todo tiempo mirando a Inés, a cuidando con los ojos, hasta que surgió una oportunidad.
Casi al final de la cena con los inversores, que ya se iban cuando uno de ellos se acerca a Inés.
XX: Buenas noches señora. - habló el hombre de traje gris con risa de tiza, además de elegante su perfume era maravilloso.
I: Buenas noches, usted necesita algo. Don Victoriano esta en la casa, pero puedo llamar si así lo desea. - ella se iba a levantar, pero él la impidió gentilmente.
XX: No, gracias. ¿Puedo sentarme con usted? Placer Alfonso Nava, soy uno de los inversores en la empresa del Sr. Santos. Ellos estaban en el balcón de la casa, la noche estaba linda y fresca.
I: Placer Sr. Nava, soy Inés Huerta, ama de llaves del Sr. Santos. En verdad soy la nana de sus hijas. Sí puede sentarse.
Al: Gracias, así hacemos compañía el uno para el otro. Aquella allí que está con la hija de Victoriano. - apuntó a una muchacha que conversaba con Cony. Es Mirela mi hija, la luz de mi vida, su madre nos dejó hace mucho tiempo.
I: Lo siento mucho.
Al: Todo bien hace mucho tiempo. Pero hace mucho tiempo para el Victoriano, te vi con un chico educado, que me llamó bastante la atención como él trata a los animales. - él sabía que era alguien que Inés amaba, pues vio cómo ella le miraba. Y sería un punto para acercarse a la mujer que le pareció encantadora.
I: Trabajo tiene muchos años, ese muchacho es mi hijo Emiliano, él amo a los animales, quiere ser veterinario.
Al: Su marido también trabajo aquí, no lo vi. Quería felicitarle por la hermosa y encantadora esposa y el hijo. - Inés corrió y bajó la mirada.
I: No estoy casada. - ellos se quedaban conversando por mucho tiempo, eran risas, Inés estaba encantada con la gentileza y el cariño de Alfonso.
En cierto momento Alfonso llamó a la hija y presentó a Inés, ellas se dieron muy bien, pues Inés es un amor y todos que la conocen se encanta con ella, después se despidieron.
Horas después Inés fue a su cuarto, cuando llegó a percibir que la puerta estaba abierta, ella arregló la cama, colocó la camiseta encima y se fue al baño, se quitó la ropa encendida la ducha. El agua caliente caía en su cuerpo hermoso, ella tenía el cuerpo perfecto para la edad, es un cuerpo de dar envidia a cualquier mujer más joven, ella se sintió observada, era algo bueno, pero estaba molestada, lavó el cuerpo, estaba cansada del día entero preparando la fiesta que Victoriano dio.
Cuando estaba finalizando, deligó la ducha y abrió la caja para recoger la toalla, no encontró en el lugar de siempre, cuando miró de nuevo él estaba con la toalla abierta para ella se seque.
I: Qué hace aquí hombre de Dios. Victoriano sale de aquí anda.- hablaba tratando de taparse con los brazos.
V: Entonces usted puede ser cortejado por un hombre cualquiera, pero no puedo ni acercarse a usted Inés.
I: De que estás hablando. - ella cogió la toalla y se enrolló y fue a coger la bata. - Victoriano, sale de mi cuarto, no es correcto.
V: No es seguro que te quedas en la cena de risa con Alfonso.