Victoria en el país de las maravillas - Parte V - final.

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Parte V - Su finca - Victoriano Santos

Victoria salió del coche, miró a su alrededor, no había venido a recibirla, cerró la cara.

Caminó hasta el balcón de la casa, y nada, se dirigió al jardín y allí encontró una mesa con el desayuno, dio una leve sonrisa. Caminó un poco más y lo vio a lo lejos, estaba hermoso como siempre, pantalones y botas, camisa y su sombrero de vaquero. Aquel hombre la estaba volviendo loca de pasión y cachonda, sólo con mirarlo caminar se estaba mojando, se avergonzaba de sus bragas en ese momento.

Ella se acercó a donde él estaba, estaba preparando uno de los caballos, sintió su perfume en el aire, sonrió pero siguió haciendo lo que estaba haciendo.

Vic: Me encanta cuando llevas esos pantalones beige ajustados, tu culo es delicioso para mis ojos. - dice ella apretando su culo y luego abrazándolo.

Victoriano: Um, buenos días mujer, qué haces aquí tan temprano, te esperaba más tarde.

Vic: Estoy aquí porque he echado de menos a cierto campesino de mi finca, creo que lo habrás visto por ahí, ah sí ahí está, me muero de ganas de montar y disfrutar de él montando tanto. - se aleja y va hacia un hombre, era un jornalero, Arnaldo.

Victoriano: Estás loca Victoria, ¿por qué dices eso? - la abrazó con fuerza, pero sin hacerle daño. - Mira a cualquier peón de esta granja y verás de lo que soy capaz.

La acercó a su cuerpo y la besó con fuerza, el beso se hizo intenso, Victoria bajó la mano a su pantalón y apretó su miembro, le oyó gemir entre sus labios.

Vic: Soy el único que cabalga aquí, atrévete a cabalgar en otros pastos, ven a llevarme de aquí, te quiero, te extraño tanto mi vaquero.

Victoriano sonríe y la coge de la mano, y entran en la caseta donde se guardaban sus caballos, estaba reservada y sólo podían entrar allí personas autorizadas. - Antes de hacerte mía quiero hablar contigo mi amor, quiero hablarte de tu granja.

Vic: ¿Qué es? - preguntó impaciente.

Victoriano: Tengo que ir a su granja, me ha pedido que vaya allí para ver unos caballos.

Vic: Debes estar loco, este es tu lugar ahora Victoriano, ella no tiene derecho sobre ti, ya no. Quién se cree que es, sólo porque...- se paseó de un lado a otro, nerviosa ante la posibilidad de que Victoriano fuera a su finca, a conocer a Gaby Vergara.

Victoriano: Nena, ven aquí, te quiero a ti, sólo a ti, ella no me quiere y lo sabes, quiere al otro. Ya sabes lo que te dije sobre las grabaciones, ya sabes lo que hicieron a escondidas.

Vic: Y te gustó, ¿no? Todavía estaba contigo. Y es una puta que consiguió lo que todos querían.

Victoriano: Lo sé, pero estoy aquí contigo, sólo te quiero a ti. Hm. Ven aquí, déjame quitarte esa mirada de enfado de la cara. Qué quieres, quieres algo salvaje, quieres que tu caballo esté aquí para domar mi yegua pura sangre.

Victoria sonrió y cuando la levantó y la puso sobre la mesa gimió socarronamente.

La admiró y le quitó los zapatos, le besó las piernas subiendo con amor, luego le quitó la chaqueta que llevaba, bajando la cremallera del vestido, dejando a Vicky sólo en ropa interior.

Ella gimió al sentir su tacto, era grande, sus manos siempre la ponían cachonda, se apoyó en la mesa apoyándose en los codos y él la ayudó a poner los pies en la mesa, no le preguntó, simplemente le arrancó las bragas, las olió y se las guardó en el bolsillo.

Bajó besando sus piernas, llegó a la intimidad de Victoria y la olió, la besó y luego la chupó, succionando con fuerza, haciendo que su cuerpo se estremeciera de tanto placer.

Vic: Nena, ahhhhhhhhhh, me vas a matar antes de la.... Ahhhhhhhhh Victorianooooooooo. - chupó con fuerza y la penetró con la lengua y utilizó el pulgar para masajear su punto de placer.

En poco tiempo Victoria explotó en un disfrute alucinante. Sonrió y besó su cuerpo, que aún intentaba controlar los estremecimientos de placer y su respiración cuando sintió que la besaba.

Como si se fuera a acabar el mundo, Victoriano la hizo bajar de la mesa, apoyando de nuevo las manos en la misma.

Victoriano: Amor, abre bien las piernas, que te voy a domar, mi yegua sucia. - Ella obedeció, él le quitó toda la ropa, y luego le quitó el sujetador que aún tenía en su cuerpo, le mordió el hombro, luego le sujetó el pelo como si fuera la crin de una yegua y la penetró con rigor, su miembro estaba duro como una roca,

Victoria gritó fuertemente al sentirlo entrar en ella, fue una entrada dura, fuerte sin medir su presión ni su fuerza, se lanzó hacia adelante con la forma en que fue penetrada por él.

Vic: ¡Cariño, así de fuerte, me vas a partir en dos!

Victoriano: ¿Quieres que deje el amor?

Vic: Ahhhhhhhhhh, no, no pares, es delicioso, eres delicioso. Vamos, cariño. Hazlo con fuerza, estoy casi listo, ven conmigo. - gimió alucinando con la forma en que la penetraba.

Victoriano: Ahhhhhhhh mi vida, eres demasiado sabrosa, ahhhhhhh, así, aguanta más el culo amor, deja que te lleve más adentro. Ahhhhhhhhh Victoriaaaaaa, voy ahhhhhhhhhhhh.

Ambos estallaron en un fantástico goce, Vicky intentaba recuperar el sentido, y Victoriano cayó encima de ella exhausto, sin perder la conexión tira de ella sujetando sus piernas, y se fueron a sentar en el sofá. Se sacó de ella y le dio la vuelta para que estuvieran cara a cara.

Vic: Cariño eres especial para mí, me encanta estar contigo así, me encanta venir aquí y estar contigo, sin tener tiempo de volver.

Victoriano: Quédate conmigo, sólo conmigo, cariño. Sabes que no me gusta que estés con ellos. - habló entre besos en su cuerpo.

Vic: Tenemos un acuerdo, y lo mantendremos. No seas así, sabes que me quedaré aquí contigo más tiempo.

Se movió y sintió que tenía vida allí. Ella sonrió felizmente y le besó, mordiéndole los labios, volvieron a conectar y cabalgaron felizmente hasta el agotamiento. Victoriano y Vicky durmieron en el sofá de la oficina abrazados y felices.

Un tiempo después...

XX: ¡El amor se despierta! Victoria, estamos aquí, bajemos del avión.

Vic: ¿Pero ya? - habló abriendo los ojos, parpadeando con la luminosidad del avión.

XX: Nuestro amor, has dormido todo el viaje, estás cansado ¿no?, has soñado tanto que hubo momentos en los que gemiste como si, ¡bueno espero que fuera yo!

Vic: Sí, estos días fueron agotadores para mí. El estreno de la película, las entrevistas y todo.

XX: Vamos a casa. ¿Los niños están en casa de Marcela?

Vic: ¡Sí, lo son! - regresan a Hidalgo a la casa de su padre en unos días. César: Ayúdame aquí, el cinturón no se abre.

César: Sí, lo haré. Cariño, fijemos una fecha para nuestra fiesta de aniversario de boda, quiero llamar a mis hijos.

Vic: César llevamos poco tiempo casados, vamos a cumplir un año.

César: Para mí es mucho más pequeño, mucho más.

César la besa con pasión y pronto desembarcan y se dirigen a su casa.

¡¡¡¡¡Fin!!!!!

¡¡¡¡¡Fin!!!!!

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