Las luces de los espejos de los camerinos le cegaban, iba de un lado a otro, se había recorrido el backstage por lo menos tres veces, no encontraba su camiseta nueva. Yoongi llevaba una hora preparándose para salir al escenario, el peinado, el maquillaje, el vestuario... y no encontraba su estúpida camiseta nueva. Jimin le observaba con la mirada cansada desde su tocador como rebuscaba por todos lados.
— ¿Y estás seguro de que te la has traído? —volvió a preguntar por enésima vez ya cansado.
— ¡Pues claro! Es lo primero que he metido en mi bolsa... Joder... ¿Dónde estará? —decía Yoongi mientras se movía de un lado a otro estrujándose los sesos por recordar dónde la había dejado
— Bueno, no importa... —dijo Jimin levantándose de la silla y cogiendo la corbata de Yoongi —. Te ponemos esto así y... —le pasó la corbata roja y negra por sobre la cabeza y la colocó rápidamente sobre el pecho desnudo de Yoongi — ¡Ya está! ¡Look rockero!
Jimin lo miraba de forma convencida, Yoongi arqueó las cejas con un gesto de incredulidad.
— ¡No! ¡Quiero la camiseta nueva! —exclamó quitándose la corbata del cuello.
— ¡A mí me gustaba! ¿Qué tienes? ¿Dos años? ¿O es que Jeon te está pegando la tontería? —le espetó sin ya paciencia en el cuerpo.
Yoongi se disponía a contestar cuando fue interrumpido.
— Nada, ni rastro —dijo Zico entrando en el camerino.
— ¿Has preguntado a todos? —preguntó Yoongi sin fiarse mucho de la búsqueda de Zico.
— A todos y cada uno —contestó éste orgulloso. Yoongi bajó la mirada, puede que no se la hubiera traído después de todo—. Nadie ha visto tus pantalones.
Yoongi lo fulminó con la mirada al instante.
— ¿Qué pasa? —preguntó Zico sin entender aquella mirada.
Yoongi suspiró fuertemente, no entendía de qué le sorprendía, con Zico era imposible que encontraran la dichosa camiseta. La puerta volvió a abrirse, dejando paso a Jackson que desde el concurso se había convertido en su manager.
— Chicos, Seokjin ya está aquí, en cuanto deje sus cosas y se prepare salen al escenario —dijo rápidamente y tan pronto como entró se marchó.
— ¡Por fin! ¿Dónde narices estaba ese lerdo? —preguntó Jimin angustiado.
— Cambiándose el pelo, seguro —contestó Yoongi mientras se peinaba un poco por última vez antes de salir—. Pues nada, saldré únicamente con la estúpida corbata.
Yoongi cogió bruscamente la prenda y se la volvió a colocar alrededor del cuello.
— ¿De qué color creen que llevará el pelo esta vez? ¿Apostamos? —preguntó Jimin con una pícara sonrisa. Yoongi y Zico le miraron divertidos.
— Apuesto veinte dólares a que vuelve a estar azabache —dijo Yoongi bastante animado y sacando el dinero de su bolsillo, aquello pareció que le quitó los recuerdos de su camiseta.
— Bien, yo digo que lo trae azul eléctrico —Jimin agarró los dólares de su amigo.
— Yo opino que... se ha rapado la cabeza —Yoongi y Jimin miraron incrédulos a su amigo.
— Bromeas ¿no? —preguntó Yoongi.
— A Jin le gusta innovar y raparse es algo que nunca ha hecho —argumentó Zico muy seguro de su teoría.
— Ni se ha untado mierda en el pelo, pero eso no quiere decir que vaya a entrar con una puta alcantarilla en su cabeza —le espetó Jimin.
— Déjale que haga lo que quiera... Hacer apuestas con Zico es una manera fácil de conseguir dinero —dijo Yoongi con una pícara sonrisa.
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bastard
Fanfiction[kookgi - yoonkook] - segundo libro ☆ /𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗶𝗻 𝗳𝗶𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝘂𝗰𝗿𝗼.