Cuando la señora Lee dio la clase por terminada, Yoongi se levantó medio adormilado de su asiento, recogió sus cosas con parsimonia y bajó las escaleras para salir de clase.
—Señor Min, ¿puede venir un momento? —preguntó Lee desde su mesa.
Yoongi ladeó los ojos y suspiró.
—¿Qué he hecho ahora? —preguntó con voz cansina.
Aquella mujer no había parado de regañarle, acusarle de vago y de mandarle trabajo extra.
—¿Este trabajo es suyo? —preguntó la mujer levantando el trabajo que Yoongi le había entregado la semana pasada.
—Sí, es mío. ¿Qué le pasa? ¿No le gusta la portada? ¿Quería que usara otra letra? ¿Los folios son demasiado gruesos? —dijo con sarcasmo mientras se acercaba.
A ver con qué le saltaba ahora aquella mujer para que repitiera el trabajo. Cualquier excusa era buena para fastidiarle.
—Nada de eso, señor Min. ¿No lo habrá copiado o sacado de...? —comenzó a decir la mujer con cara de sospecha.
—¿Qué? —preguntó Yoongi con tono agudo e indignado—. Por supuesto que no.
—No me mienta porque...
—¿Qué pasa? ¿Que piensa que es demasiado bueno para que ser mío? —quiso saber Yoongi molesto.
La mujer no contestó, lo que significaba que sí. Yoongi emitió un bufido.
—Pues que sepa que está totalmente equivocada conmigo. Puedo hacer sonetos mucho mejores que ese. No es la única que domina esto, ¿sabe? Las apariencias engañan —Yoongi se dio la vuelta para marcharse.
—¡Señor Min! —gritó ella. Yoongi sabía que se había ganado otra sanción por haberla gritado, se giró lentamente—. ¿Le importaría mostrarme algún día más trabajos como estos?
—¿Más trabajos extra? ¿O es que necesita pruebas para creer que eso es mío? —preguntó Yoongi con una mueca.
—Nada de eso. Creo que es un trabajo muy bueno y estaría interesada en ver más —lo dijo con un tono amable que hizo que Yoongi se desconcertara por completo.
¿Que le gustaba su trabajo y que quería ver más?, se preguntaba.
—Eh... claro —dijo Yoongi dejando de estar a la defensiva.
—Bien, pues eso es todo —contestó ella antes de sentarse y volver a sus papeles.
Yoongi salió de clase del todo confuso, era la primera vez que la profesora Lee había sido amable con él. Iba de camino al aula de Historia, pero pararía antes, necesitaría un cigarro antes de entrar en aquella clase donde tendría que estar dos horas en la misma habitación que Jungkook, cosa que le parecía insufrible. Después del día en el Vas Happenin' no habían vuelto a dirigirse ni una sola palabra, pero le dio muchas vueltas a aquellas palabras que se dedicaron.
Llevaban sin hablar casi dos meses y para una vez que lo hacían era para empeorar aún más las cosas. Suran le preguntó que qué les había ocurrido, ya que pensaba que eran amigos. Yoongi le contestó que en realidad nunca habían sido amigos. Por el tono que usó, Suran decidió no volver a preguntarle por el tema.
Cuando habló con Jimin le contó que Eunha estaba muy arrepentida y que por favor la perdonara, Yoongi le dijo que no estaba enfadado y que no se preocupara, aunque le había jugado una mala pasada. Enterarse de que Jungkook andaba con otras era una tortura, pero verlo con sus propios ojos era una historia totalmente distinta.
Desde aquella noche dejaron de esquivarse cada vez que se encontraban por los pasillos, pero siempre se dirigían miradas llenas de ira y desagrado. Chanyeol no sabía si aquello era un paso adelante o atrás en su reconciliación. Yoongi se sacó el tabaco de su bolsillo trasero y cogió un cigarro. Solo le había dado una calada cuando la señora Lee apareció con Suran detrás.
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bastard
أدب الهواة[kookgi - yoonkook] - segundo libro ☆ /𝗮𝗱𝗮𝗽𝘁𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝘀𝗶𝗻 𝗳𝗶𝗻𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗹𝘂𝗰𝗿𝗼.