bastard

Capítulo 32

Entró en la bonita casa de KAE. Era tan espectacular como había escuchado. Se notaba que les quedaban pocos días para acabar y estaban a punto de terminar los exámenes, ya que todo estaba en un completo silencio. Encontró el salón, donde había un grupo de chicos tirados en el sofá, leyendo sus apuntes.

—Eh... hola —saludó Soojin a los chicos.

Levantaron las cabezas de sus libros y apuntes, y enseguida sonrieron como hienas.

—Hola guapa. ¿A quién buscas? —preguntó uno de ellos.

—¡A mí por supuesto! —exclamó otro entre risas.

—¿Vienes a ayudarnos a estudiar? —siguió, ya levantándose de su asiento.

—En realidad, vengo a... —comenzó a decir ella.

—¡Eh! ¿No eres la chica de Taeyong? —preguntó Jiho, que justo entraba por la puerta—. Eres tú, ¿verdad?

—¿Me puedes decir cuál es su habitación? —preguntó ella en un tono cortante.

—Sí, claro. Es la del fondo del pasillo —explicó él.

Ni siquiera se lo agradeció, se dirigió directamente a las escaleras.

—Tío, pero, ¿Taeyong no estaba con una tía ahí arriba? —preguntó uno de los tipos. Jiho se encogió de hombros.

—Entonces ambos se llevarán una sorpresita —respondió antes de que todos estallaran en risas.

Soojin se dirigió a la habitación que le habían indicado. Tocó una vez a la puerta y entró sin que nadie la hubiera contestado. Al entrar, vio a Taeyong con una tía rubia en la cama, que gritó y rápidamente se cubrió con la sábana.

—¡Eh, qué coño...! —maldijo Taeyong, hasta que la reconoció—. ¡Tú! ¡Lárgate de aquí!

—Siento molestar, pero tenemos que hablar —dijo con seriedad, sin achantarse por los gritos de Taeyong.

—¡No quiero hablar contigo! ¡He dicho que te largues! —continuó gritándola con furia.

—¿Estás seguro? Porque créeme, esto te va a interesar mucho —insistió.

—Veamos, ¿qué me apetece más, follar o escucharte a ti? Creo que no hace falta que conteste, ¿no? ¡Cierra la puerta cuando salgas! —le espetó él.

Soojin lanzó su as en la manga.

—Es sobre Jeon Jungkook —dijo Soojin sin inmutarse.

La expresión de Taeyong cambió totalmente, de pronto aquel tema le interesaba.

—¿Jeon? ¿Qué tienes tú que decir de ese? —quiso saber Taeyong.

—Algo que realmente te interesará —le aseguró ella. Taeyong se lo pensó unos segundos.

—Alin... —dijo de pronto.

—Me llamo Lina —contestó la chica ofendida.

—Eso. ¿Puedes salir un momento? Tengo que hablar con esta tía —dijo Taeyong mirando con curiosidad a Soojin.

—Está bien —aceptó la tal Lina.

Cuando salió, Taeyong se puso en pie y cogió una de las cervezas abiertas que tenía en el suelo.

—Creí que estabais de exámenes —dijo Soojin viendo que Taeyong no es que se estuviera dedicando precisamente a estudiar.

—Yo estudio así. Al contrario que otros, aprovecho al máximo a mis tutores.