Capítulo 11

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Caminaron hacia el edificio de KAE, se trataba de una casa de dos pisos, mucho más grande que la de Jungkook. Era de arquitectura clásica, la hermandad de KAE era muy antigua y prestigiosa.

Aquel edificio llevaba más de cien años en pie, el padre de Haechan contribuyó a sus reformas, por ese motivo él era el presidente de la hermandad en aquel momento, no por su madera de orador o de líder, es más, no tenía ni un ápice de aquellas cualidades. No era más que un niño mimado que hacía todo lo que le decía su querido amigo Taeyong, al que veía como a un dios.

Jungkook pensó que sería fácil conseguir entrar si tenía a favor al presidente, o al menos sería más sencillo que pedir dinero a su padre para que donara a la hermandad. Yoongi había estado quejándose de aquellas hermandades y de sus miembros desde que salieron de la habitación.

—Si tanto las odias, quédate durmiendo —se quejó Jungkook.

—Que va, más razón para ir —Yoongi compuso una mirada maligna, siempre había sido así. También acudía siempre a las fiestas de Jungkook, aunque le odiara tremendamente, porque Yoongi nunca podía perder la oportunidad de fastidiar aquellas fiestas de esnobs.

Recordaba todas aquellas veces en el instituto y no podía evitar sonreír. Dirigió la mirada a Jungkook y le sonrió de forma juguetona.

—Además, me encantará ver la cara de idiota que se te queda cuando entre. —Yoongi pasó un brazo por la cintura de Jungkook, olvidándose completamente de que Baekhyun estaba a su lado. Acercó sus labios a su oreja y susurró—. Estás tan guapo cuando...

No pudo acabar la frase, Jungkook le dio un codazo para que se apartara y se callase. Le lanzó una mirada señalando a Baekhyun y Yoongi se maldijo a sí mismo. Odiaba tener que esconderse y estar pendiente de si había gente continuamente, solo quería llevarse a Jungkook a un rincón y estar toda la noche despierto. Menos mal que Baekhyun estaba inmerso en sus pensamientos.

—¡Jungkook! —se escuchó de repente.

Un grupo que estaba cerca de la casa saludaba a Jungkook desde lejos. Éste les sonrió y se giró hacia Yoongi y Baekhyun.

—Bueno, yo me voy. Que no se les de mal la noche.

—Nos vemos luego entonces —dijo Baekhyun con una tonta sonrisa.

Yoongi puso los ojos en blanco.

—No lo creo —respondió Jungkook dirigiéndole una mirada malintencionada a Yoongi, y se encaminó a reunirse con el grupo.

—Capullo... —susurró Yoongi para sí.

Jungkook saludó a todos los presentes del grupo, los chicos se limitaban a darle la mano o hacerle un gesto con la cabeza, pero las chicas le dieron un beso en la mejilla. A Jungkook le pareció un exceso de confianza, pero él se mostraba siempre encantador con los desconocidos, todo por la apariencia. Se movieron hasta la entrada de KAE, pero antes buscó a Yoongi con la mirada. Estaba tan guapo como siempre, o incluso más. Por suerte a Yoongi no le dejarían entrar, no le apetecía que un montón de universitarias borrachas empezaran a rondarle. Si el destino era bueno con él, dejaría a Yoongi fuera de la fiesta.

Dos chicos de la puerta reconocieron a Jungkook y le dejaron paso. Jungkook vio que Yoongi le observaba desde el lugar donde le había dejado. Le sonrió con maldad, le levantó un dedo en gesto obsceno, y entró en la fiesta. Yoongi frunció el ceño, Baekhyun al verle abrió los ojos perplejo.

—Para ser amigos tienen una relación algo extraña —dijo sin cambiar la cara de desconcierto.

Yoongi gruñó.

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