Capítulo 22

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Suran le había dado una idea estupenda. Solo quedaban unos días para San Valentín, y por una vez, quería hacer las cosas bien. Quería demostrarle a Yoongi que realmente le importaba, y que tenía fe en que las cosas les irían mejor.

No habían podido hablar en todos esos días, a Jungkook, el entrenador Minson, le había aumentado las horas de entrenamiento, además estaba hasta arriba de trabajos y le resultaba imposible estar a solas con Yoongi, que andaba de aquí para allá por los ensayos de la prueba que tenía el día quince. Pero no le importó, podía esperar, y se le ocurrió un plan perfecto.

Había planeado para San Valentín un día solo para ellos dos. Jungkook suponía que Yoongi de un momento a otro dejaría a Suran, pero todavía seguían juntos por lo que parecía. Jungkook les veía por los pasillos y en la cafetería, pero no se preocupaba demasiado, confiaba en Yoongi. Mientras, pensaba en la manera perfecta de volver a empezar de nuevo, y también en un regalo, no quería regalarle otro CD más, sabía que tenía que ser algo de música, y se le ocurrió la brillante idea de comprarle unas entradas para algún concierto, pero Jungkook era muy malo para los nombres de esos estrepitosos grupos que le gustaban a Yoongi, por lo que no tenía ni idea de cuál comprarle. Se quejaba de todo eso a Chanyeol.

—¿Por qué no le preguntas a sus amigos? —propuso Chanyeol, ya que él tampoco tenía ni idea de los gustos de Yoongi. Jungkook bufó.

—Yo con esos desechos no cruzo palabra, ni ellos conmigo —dijo Jungkook con aspereza.

—¿Y no conoces a nadie que tenga gustos similares? —continuaba Chanyeol.

—Por favor, no tengo en mi lista de amigos a emos pintarrajeados y agujerados, que escuchen esa música de mierda —contestó Jungkook con desagrado.

—Es bonita la definición que tienes para la gente que es como el tío del que estás enamorado —dijo Chanyeol con sarcasmo.

El azabache resopló.

—¿Vas a ayudarme o a sermonearme?

—A entretenerme más bien —contestó Chanyeol, justo en el momento en el que Jungkook vio pasar a Yeri.

—Ahora que lo pienso, sí que conozco a alguien así...

—¿A quién? —preguntó Chanyeol, pero Jungkook ya se había marchado a hablar con Yeri.

—¡Yeri! Mi querida amiga... —comenzó a decir cuando estuvo a su altura. Ella sonrió.

—¿Amiga? —preguntó alzando una ceja—. ¿Qué quieres?

—Necesito que me hagas un gran favor.

Yeri seguía sonriendo.

—¿Ah sí? ¿Qué favor? —decía divertida.

—Es sobre Yoongi —empezó Jungkook y en cuanto Yeri escuchó su nombre su sonrisa se esfumó.

—¿Min? —preguntó con una mueca de disgusto—. ¿Qué quieres de ese bobo?

—Verás, él y yo éramos algo así como que... muy amigos y... —decía Jungkook pensando aprisa.

—Ajá, amigos... —asintió ella.

—Bueno, como habrás notado últimamente andábamos algo... distantes...

—Sí, vamos, que estaban enfadados.

—Eso es.

—¿Y qué pinto yo en todo esto? —quiso saber ella con impaciencia.

—Había pensado que para hacer las paces podría hacerle un regalo, ya sabes, para reconciliarnos, y la verdad es que tú y él sois bastante parecidos... —ella ladeó los ojos con irritación—. Así que me vendría muy bien tu ayuda para elegir algo.

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