Robert Pattinson.
En el verano del 2008 Carolina decidió asistir a unas vacaciones con su amiga Sofia. La cosa pintaba muy bien, ese viaje era un regalo de graduación para Sofia, pero decidió invitar a Carolina para pasar juntas el verano. La playa estaba a tres horas de la ciudad, ellas llegarían primero y los padres de Sofia las alcanzarían después.
—¿Qué te parece el lugar?— preguntó Carolina una vez dentro de su habitación.
—Esta lindo, espero que hayas empacado toda la ropa que te seleccione— miró a Carolina.
—Si, empaque todo lo que me pediste. Lo que no entiendo es por qué tú no vestiras igual— habló con un poco de enojo
—¡Claro que lo haré! El que Daniel salga conmigo no significa que olvidaré lo que hace con las demás zorras, yo también tengo derecho a disfrutar.—De acuerdo, me quedo claro— y continuaron desempacando.
La tarde en aquella playa cayó y tanto Sofia como Carolina se encontraban comiedo en el restaurante del hotel. Ya estaba por ocultarse el sol no debían ser más de las 6 de tarde cuando las figuras de unas personas se acercan a lo lejos.
—Mira, ahí vienen mis padres- comentó Sofia. —Que extraño— dijo con sorpresa
—¿Qué cosa?— preguntó Carolina concentrada en su plato.
—Parece ser que viene un viejo amigo de papá, la última vez que lo vi el estaba por casarse— le explicó a Carolina. Ella miró a su lado y descubrió de lo que hablaba Sofia.
Caminando por delate venían los padres de Sofia con un aire tranquilo y risueño y justo detrás de ellos vio una pareja que nunca antes había visto. Una mujer de cabellos rubios y piel bronceada venía acompañada de un hombre que no pudo distinguir muy bien ya que el padre de Sofia se acercó a saludar.
—Carolina, Sofia espero que no hayan tenido ningún inconveniente al llegar aquí— tomó a ambas por sus hombros.
—No hubo ningún inconveniente papá— ambas mostraron una sonrisa.
—Chicas les presento a Claries y Neil— con un suave gesto el papá de Sofia presentó a la pareja.
—Es un gusto— ambas respondieron en coro.
—De hecho — hablo Sofia —ya teníamos el gusto de conocernos.——¿Ah, si?— preguntó su padre con extrañeza.
—Bueno, solo yo. Fue hace mucho tiempo, cuando tenía 12 años— le regalo una suave sonrisa a la pareja.
—Es cierto, en aquel entonces eras sola una chiquilla de coletas— habló por primera vez el segundo hombre de la mesa.Carolina estaba sin palabras, el hombre era sumamente atractivo. Era alto, de cabellos rubios y unos preciosos ojos azul verdeso. Su piel era clara y desde su lugar podía observar lo suave que lucia.
—Ella es Carolina Adams, la mejor amiga de mi hija y parte de nuestra familia— señaló el padre de Sofia. Ella les regalo una sonrisa.
—Es un gusto conocerlos— respondió con voz suave y dulce.
—El gusto es nuestro— Douglas fue el unicó que respondió, devolviendo la sonrisa.—Bien, tomemos asiento— ambas parejas tomaron sus respectivos lugares.
Todo fue un poco incómodo para Carolina ya que el señor Neil se sentó justo en frente de ella y Carolina no sabía si sería capaz de soportar aquello.
Las chicas seguían comiendo en silencio mientras las parejas conversaban, más los hombres, porque la madre de Sofia prestaba atención a la platica y la tal Claries se mantenía en silencio con un ligero ceño fruncido, casi como si no quisiera estar ahí.
De vez en cuando ella miraba a su alrededor y reparaba en el padre de Sofia y Douglas, pero más en este último. Lo miraba con disimulo, observaba los gestos al hablar y la forma de mover sus labios.
—Verdad, Carolina— escuchó que Sofia la llamaba a su lado.
—¿Comó dices?— preguntó
—Les decía a mi padre y al señor Neil que nos conocimos en la escuela— Sofia comento risueña.—¡Oh, claro! Teníamos 12 años y compartíamos la clase de música con la señorita Alison— dijo.
—Ahora entiendo por qué no te conozco, yo deje de saber de Sofia cuando ella tenía 12 años— comentó Neil mirándola.
—Si, así es— respondió casual.
—El tiempo pasa tan rápido— habló el padre de Carolina.La cena trascurrio con normalidad pero en algún momento de la noche las chicas abondonaron la mesa para ir a sus respectivos cuartos. Ambas se despidieron con abrazos y besos pero cuando llego el turno de Neil Carolina dudo. Se acercó suavemente a él y dio un ligero abrazo, Douglas con mucho disimulo y con rapidez metió un papel en el bolsillo trasero de su viejo pantalón. Carolina aturdida por ello se aparto, pero lo disimulo muy bien. Les mostró una sonrisa pequeña a todos y camino hasta llegar a lado de Sofia y partir a su cuarto.
En cuanto llegaron al cuarto Carolina de un golpe cerró la puerta y se recargo en ella soltando un suspiro de alivio.
—¿Me puedes explicar que te pasa?— preguntó Sofia.
—No se a que te refieres.
—En cuanto nos despedimos tu saliste corriendo, ¿que te sucede?—
—Es el señor Neil—respondió.
—¿Neil? ¿Que tiene Neil?— preguntó de nueva cuenta Sofia está vez con sorpresa.
—Es sumamente caliente— mordió su labio inferior.—¡Lo sabía! ¡Te gusta! Te mire como le hechabas ojitos, ¡eres una desgraciada!— se burlo Sofia.
—Eso no es todo, me dio un papel— sacó el papel de su bolsillo.—¡Dime! ¿Que dice?- preguntó con impaciencia Sofia. Ella terminó por abrir el papel encontrandose con una letra hecha a mano.
—12 del día en la fuente— dijo en voz alta Carolina.
—¡Vaya! Eso sí es... sorprendente— comento Sofia.—¿Qué debo hacer?—Carolina preguntó.
—¿Comó que "que debo hacer"? Tienes que ir, será muy divertido— soltó una carcajada levantando sus cejas acosadoramente.—Pero, ¿y si es una clase de broma o si su mujer aparece de pronto?— habló Carolina.
—No te preocupes, escuché que mañana íremos al arrecife con papá, tú ve y yo les invento algo, sirve que yo me pierdo un poco por ahí— le regalo una sonrisa.
—Por eso te amo.— Carolina cayó encima de Sofia en un abrazo.—Pero después me dices como estuvo—
—Echo.
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𝕽𝖔𝖒𝖆𝖓𝖙𝖎𝖖𝖚𝖊. ᴿᵉˡᵃᵗᵒˢ ʸ ᵒᵗʳᵃˢ ᶜᵒˢᵃˢ
Short StoryRelatos sumamente largos con una carga de: antigüedad, romanticismo, fetiches y fantasía. El sexo con amor abunda en este lugar. Historias basadas en mis crushes favoritos. En edición constante.