Mi primer amor.

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Alan Rickman

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Alan Rickman

El suave atardecer de esa noche de marzo era como una caricia para Julieta. Había pasado la mayor parte de su día suspirando e imaginado una vida que quizás nunca lograría llegar a realizar.
"No es bueno fantasear tanto", recordó las palabras de su abuela, quizás tenía algo de razón pero, para Julieta, las fantasías eran las únicas que la mantenían cuerda.

La fiesta a la cual fue invitada era sumamente aburrida, gente vacía sin una pizca de gracia sin olvidar la monótona situación que se repetía una y otra vez como una manecilla de reloj.

Su mirada viajo de un lugar a otro mientras sostenía su bebida observando a las parejas divirtiéndose.

—¿Por qué no puedo ser feliz por una sola vez en la vida? ¿Por qué no puedo disfrutar de un amor tan profundo que quede clavado en mi memoria por el resto de mis días?— Eran las preguntas que se hacía con frecuencia pero aún no lograba encontrar respuesta alguna.

Caminó entre las personas hasta llegar a una puerta de color crema con cristales blancos que ocultaba del otro lado un jardín abundante y verdoso. Se abrió paso hasta llegar al jardín logró observar que no había muchas personas ahí, algo que su tranquilidad agradeció. Mientras caminaba miro a ambos lados buscando un lugar adecuado y no tardo mucho en encontrarlo. Un kiosko pequeño de color blanco sin luz fue el lugar perfecto para su soledad. Subió las viejas escaleras hasta llegar al barandal algo oxidado donde decidió recargarse, en un lugar como ese sus pensamientos no serían un problema.

El paisaje era hermoso, tranquilo, silencioso y algo oscuro. El viento soplaba con intensidad moviendo sus cabellos oscuros de un lado a otro, esto logró que Julieta soltara un suspiro.

El frío hizo que sus brazos se estremecieran pero la melancolía podía más que el viento golpeado su piel.

—Es bueno saber que no soy el único que salio huyendo de la fiesta— una voz grave a su espalda la hizo saltar en su lugar. Se giró con rapidez debido al pequeño susto ocasionado, llevando una mano a su pecho comenzó a reír.

—Lo siento mucho, no era mi intención asustarla— respondió el hombre con una sonrisa coqueta.
—No sé preocupe— Julieta nunca había visto al sujeto que tenía justo enfrente suyo.

Era alto de cabellos castaños pintando ya algunas canas, su piel era clara y poseía un par de ojos color miel siendo estos cubiertos por unos lentes redondos, además de una linda sonrisa.

—¿Le molesta si la acompaño?— la miró esperando una respuesta.
—no— Julieta atinó a murmurar.

Regresó a su antiguo lugar, recargandose de nuevo en ese viejo barandal observado a la distancia las luces del la fiesta.

—Tenían razón mis amigos cuando me dijeron que el clima de este país era un regalo para la piel— el hombre a su lado exclamo con alegría. Julieta lo miró con interés —bueno, yo no soy de aquí así que espero entiendas que todo en este lugar me resulta fantástico— Julieta sonrió.

—¿Eres americano?— ella preguntó con voz suave.
—¡no, gracias a Dios!— exclamó el hombre riendo —adivina— se recargo en una mano posada en el barandal, cruzó sus piernas y llevó toda su atención a Julieta.

—Bien— ella pensó por un momento —¿Europa?— preguntó y el asintió con una sonrisa en sus labios. —¿Francia?— él negó —¿Alemania?— negó de nuevo —¿Italia?—

—¡oh, vamos! Te daré una pista, The Beatles— exclamo con un inglés bastante marcado
—¿eres ingles?— pregunto levantando una ceja
—así es, nací en Hammersmith un lugar ubicado al oeste de Londres— se acercó un poco más a ella mientras hablada con alegría de su ciudad natal, en cambio Julieta no tenía idea de donde quedaba ese lugar, con suerte y sabía la diferencia entre: Londres, Gran Bretaña y Reino Unido, en cuanto llegue a su casa buscaría el mapa para no quedar como ignorante.

—Debo decir que tu español es muy bueno— Julieta lo elogió —suenas muy natural—
—gracias, lo aprendí en la escuela. Ellos me dieron a elegur entre el frances o español y aquí estoy. Pero dime, ¿me dirás cuál es tu nombre?— le sonrió coqueto
—Julieta, ese es mi nombre—
—estoy encantado de conocerte Julieta, mi nombre es Alan— el estiró su mano esperando tomar la de Julieta y ella sin hacerlo esperar la tomó, lo que no se esperaba era que aquel hombre besara su dorso con mucha suavidad. Río con un pequeño sonrojo en sus mejilla, era la primera vez que alguien hacia ese gesto con ella.

—Y dime, ¿eres de aquí?— Alan continuó con su platica.
—Si, mi familia es del centro del país al igual que yo, toda mi vida se ha ido en este país—
—bueno, seguro que no debes tener mucho en este maravilloso mundo— ella sonrió.

—¿Sabes algo? Ahora que se que eres eres inglés entiendo porque mencionaste el clima como primer tema de conversación— ella comenzó a reír
—¡Ay, no! ¡por favor, no! Ese es un horrible estereotipo— Alan le sonrió
—¡Claro que no! El estereotipo más horrible que escuchado acerque de tus compatriotas es sobre sus dientes— Julieta continuó riendo.
—No puedo decir nada acerca de eso, mis dientes me delatarian— ambos rieron —dime, ¿que hace una hermosa mujer como tu fuera de la fiesta?— pregunto con interés.
—Necesitaba un pequeño respiro y ahí adentro, con todo ese ruido, no lo obtendría— murmuró
—entiendo— Alan respondió. Se preguntaba cuales eran las razones de que una mujer como ella tuviera una mirada tan triste, se veía que no estaba aquí sino en algún otro lado, como por ejemplo, el pasado.

—¿Y tú? ¿Por qué decidiste salirte de la fiesta?— ahora fue Julieta la que preguntó, interrumpiendo los pensamientos de Alan.
—Necesitaba tomar un poco de aire, el ruido en aquel lugar es muy molesto, salí por la puerta trasera, camine un poco y te ví aquí así que me acerque a saludar— con un tono risueño el hombre relato su aventura.

—¡Ah!— fue lo único que Julieta respondió. Ella se giro en su lugar y dejó de darle la espalda. Recargo su espalda en el barandal y lo observó con una pequeña sonrisa en los labios. —¿Puedo saber que trae a un hombre tan dulce a un lugar como este?— preguntó con interés.

—Trabajo. Mi trabajo me permite viajar y conocer distintos lugares además de que contribuyo un poco a la sociedad— Julieta lo miró con un poco de duda.
—¿Eres un especie de ambientalista?— Alan soltó una carcajada mientras Julieta se sentía un poco idiota por su pregunta —que bueno que te divierto—
—no me estoy burlando de ti, es solo que me pareció un poco curioso lo que planteas, pero no, no trabajo con temas relacionados al medio ambiente, soy médico — movió su cabeza de un lado a otro pensado en sus palabras —psiquiatra más específico—
—¿no te gusta serlo?— preguntó Julieta después de verlo dudar
—no es eso, me gusta mi profesión es solo que en muchas ocasiones las personas salen corriendo cuando les cuento en que trabajo, ellos tienen la creencia de que mis pacientes me han convertido en uno de los suyos— ella sonrió, pues nunca imagino que el hombre frente a ella fuera un doctor.

—¿Puedo saber a que te dedicas?— Julieta se sentía un poco incomoda con la pregunta.
—Trabajo en un hotel como recepcionista— respondió con voz baja y cruzado sus brazos. No era que sintiera pena de su trabajo, era más bien la decepción que Julieta se planteó en su mente al pensar en su familia, ellos tenían las esperanzas puestas en su futoro pero ella sentia que les había fallado. Había estudiado una carrera de su interés pero, con forme avanzó, dejo de sentir pasión por esa carrera hasta caer en el vacío donde nada importaba. En aquella época Julieta era un robot, el cual se movía de la misma manera, sumamdole a eso sus problemas de autoestima y alimentación, nada parecía que mejoría para ella.

Alan por su parte vio la incomodidad en su cuerpo, pues los músculos de Julieta se pusieron rígidos y cruzo sus brazos en señal de protección.

—¿Sabes? Cerca de este edificio hay un restaurante, ¿por qué no me acompañas?— Julieta le devolvió la mirada. Mordió su labio inferior pensando en que hacer y al final se debió en aceptar, ers algo sumamente loco pues el tipo era un desconocido y no tenía ni idea de sus intenciones pero a esas alturas de su vida ya no le importaba mucho lo que fuera a pasarle.

𝕽𝖔𝖒𝖆𝖓𝖙𝖎𝖖𝖚𝖊. ᴿᵉˡᵃᵗᵒˢ ʸ ᵒᵗʳᵃˢ ᶜᵒˢᵃˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora