Johnny, mi nuevo favorito

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Draco Malfoy

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Draco Malfoy

Lucy trataba de no meterce en
problemas, cosa que no le salía muy bien. Era torpe, olvidadiza, distraída y sobre todo, devil. Bastaban unas cuantas palabras para que ella bajara la cabeza de manera sumisa. Odiaba que la gente abusara de ella por el simple hecho de tener carácter dulce y suave. 

Caminado por los pasillos de la escuela llegó a su casillero. Cuando estaba por abrir recibió un suave golpe en la nuca giro con disimulo y miro a Alex y su grupo de amigos riendo y apuntándola. Giro la vista a su casillero y resoplo.

–Deberías hacerme caso– comentó su amiga Ana cuando llego a su lado
–¡ni lo pienses!– exclamó –además, te dije que esa seria mi última opción– guardo unos cuantos libros en su mochila
–bueno si cambias de opinión mi hermano me dijo que él tipo acostumbra a sentarce a fumar detrás de la cancha, en las gradas–
–gracias, te veo después– le regalo una dulce sonrisa para encaminarse hasta su clase de ciencias.

Al llegar tomo asiento en su lugar y espero pacientemente. Abrió su libro revisado algunos apuntes cuando el profesor entró dando por iniciada la clase. Siempre era así, llegaba, se sentaba y trataba de soportar los murmullos de Paola y sus secuaces. Eran pocas las clases que compartía con Ana por lo que tenía que juntar fuerzas y soportar toda aquello. En algunas ocasiones la situación no era mala pero otras se volvía una verdadera pesadilla.

Para cuando la clases termino guardaba sus cosas con paciencia cuando la voz de Paola se escucho en todo el salón.

–¡miren! Nuestro patito decidió traer el cabello suelto el día de hoy– Paola dio un manotazo en el cabello de Lucy –es una verdadera lástima– Lucy miro que en el salón solo encontraban ellas, los demás junto con él profesor ya habían salido.

–tengo que irme– Lucy tomo su mochila con nerviosismo abrazándose a ella. Cuando estaba por levantarse Paola la sentó de un empujón.

–¡tú no te vas! Aún no termino contigo– sonrió con malicia –hace un agradable día es una pena que tu cabello se vea dañado– Lucy no entendía el significado de aquellas palabras fue ahí cuando una de las chicas detrás pego un chicle a medio masticar en la parte baja de su cabello. Lucy con terror llevó sus manos a esa zona mirando a la chica reír junto con las demás.

–besitos– Paola salió del salón riendo a carcajadas mientras que Lucy aguantaba las ganas de llorar.

Tomo sus cosas y corrió a los baños de la escuela con desesperación. Al llegar intento quitar todo aquello pero no podía, el chicle se había vuelto pegaso y solo lograba pegarce más. Quito lo más que pudo antes de cometer la locura de cortarlo, se miro al espejo y se decidió.

–tendré que pedir sus servicios– y salió rumbo a las canchas.

Sus pasos eran inseguros pero ya no había nada que hacer y no cambiaría de opinión. Esa zona de la escuela era poco concurrida. Había uno que otro chico conversando pero nada más.

𝕽𝖔𝖒𝖆𝖓𝖙𝖎𝖖𝖚𝖊. ᴿᵉˡᵃᵗᵒˢ ʸ ᵒᵗʳᵃˢ ᶜᵒˢᵃˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora