Relatos sumamente largos con una carga de: antigüedad, romanticismo, fetiches y fantasía.
El sexo con amor abunda en este lugar.
Historias basadas en mis crushes favoritos.
En edición constante.
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Will Poulter
Aurora llegó al viejo continente con la emoción de encontrarse con aventuras inolvidables, la ilusión de comenzar una nueva vida era lo único que su mente albergaba, como todo inmigrante; con la esperanza de tener una vida mejor.
Llegó por la mañana a la tan agraciada Inglaterra, país que anelaba conocer. Consiguió un trabajo de turno completo en una antigua casa, la cual se encontraba en un pequeño pueblecillo de no más de 150 personas. Al llegar lo primero que noto fue lo antiguo que era ese lugar, Tudor era el nombre pueblo, pueblo donde las personas no te miraban a la cara ni se detenían a contestar tus preguntas de turista.
Camino por las calles de piedra hasta llegar a lo que parecía ser la entrada, una reja enorme, oxidada y vieja. Sin ningún problema la abrió y se dispuso a entrar. Siguió el sendero lleno de hojas secas y detuvo su paso cuando sus ojos lo captaron todo. Una mansión vieja, con ventanales enormes y llenos de polvo, en la entrada una pequeña fuente seca y en el jardín dos árboles apunto de morir.
Trago saliva y antes de continuar su paso se detuvo por un momento y reflexionó si era adecuado continuar o salir huyendo, terminó aceptando la primera opción.
Dejo su maleta de lado una vez que llego a la puerta de la mansión y con un suspiro se anunció. No pasó mucho tiempo para que una hombre mayor de traje abriera con un aire tranquilo y despreocupado.
–¿es usted Aurora Vital?– Aurora se quedó sin palabras. El hombre la miraba esperando una respuesta pero ella solo tartamudeaba, pues no esperaba un recibimiento así.
–Así es caballero, soy Aurora la nueva ama de llaves– fueron las palabras que salieron de su boca una vez que carburo su cerebro.
–estamos contentos de que haya venido hasta acá, pase por favor, en un momento el señor William estará con usted– el hombre se corrió a un costado dando el paso libre a Aurora.
La casa por dentro era muy diferente, tenía toques tintos, rojos, cafes y negros, la decoración era brillante y la luz era de un amarillo opaco. Las cortinas cubrían de buena manera y no permitían el paso a la luz, cosa que no era de importancia ya que el clima en sí era bastante lluvioso y oscuro.
–es un lugar fabuloso– murmuró Aurora por lo bajo –asi es– respondió el hombre que abrió la puerta anteriormente, Aurora se giro de inmediato con sorpresa y un ligero tono rosado en sus mejillas. –mi lady, ¿me permitiría hacerle una pequeña recomendación?– Aurora se extraño por aquella petición. –¡claro! Siempre son bien recibidas las advertencias– –más que una advertencia es una precaución, trate de no romper las reglas, sea honesta siempre y sobre todo sea cautelosa. Esta casa tiene muchos demonios dentro, pero de entre todos ellos hay uno solo que puede parecer el peor, más no es así– las palabras que decía para Aurora no tenían sentido alguno por lo que decidió seguir el juego.