Robert Pattinson
Carolina llegó un poco tarde a la cita (como su buena costumbre lo amerita), no sabía que ponerce. Al final, solo opto por una falda color vino y un crop top tejido color crema.
Llego con mucho disimulo a la fuente y había unas cuantas personas. A lo lejos distinguió a un tipo fingiendo leer una revista, era Douglas. Cuando levantó la vista del papel la miró y con la cabeza le indicó el camino. Caminaba detrás de él a pasó rápido llegando al elevador. Y justo entró antes de que las puertas se cerrarán.
Nadie dijo nada, a pesar de que existía un silencio de por medio no era incómodo. Al salir ella se dio cuenta que estaban en el último piso del hotel.
—Es por aquí.— Habló y ella lo siguió.
Ese día Neil vestía una pantalón negro y camisa blanca, sus grandes brazos se marcaban bastante bien.
Abrió la puerta de la habitación y le permitió entrar primero. Al estar dentro pudo observar todo y cuando se dio cuenta unas manos la tomaron con fuerza acorralandola en la puerta. La boca de Neil se estrelló en la boca de Carolina en un beso salvaje. Sus manos la tenían muy bien sujetada, no tenía escapatoria.
Carolina acariciaba los brazos que la tenían sujetada y besaba con necesidad la boca de Neil. Disfrutando de su sabor.
Neil, sin soltarla, comenzó a caminar hasta la habitación. Se sentó en la cama llevándo entre sus piernas a Carolia. De un tirón quito el crop top topandoce con los senos libres de ella. Él levantó una ceja y la miró.
—Las niñas buenas usan siempre ropa interior— se burló de ella.
–Entonces lo que esta debajo de mi falda te dejará sin aliento— respondió mordiendó su labio interior. Neil bajó su mirada y sin más quito la prenda encontrándose con un coñito sin ninguna atadura. Levantó la vista de nueva cuenta y sonrió.
Carolina tomo iniciativa y lo beso ya comenzaba a acostumbrarse al sabor de Neil, mientras él acariciaba con suavidad la espalda desnuda de Carolina.
En un momento a otro se levantó con ella en brazos y dando un tierno beso la dejo caer en la cama donde sus senos rebotaron con el suave impacto.
Se acercó con lentitud, disfrutando de la vista hasta que sus ojos se posaron en la linda hendidura de Carolina.
Se inclinó y tomó una posicion cómoda. Beso los muslos internos con suavidad y poco a poco se acercaba cada vez más a un lindo botoncito hinchado. Con sus labios lo tomó y su lengua era la encargada de darle placer.
Carolina dejó caer su cabeza, hace mucho tiempo que un hombre no la besaba. Neil movía su lengua de arriba a bajo centrándose en su botón y con un dedo acariciaba su entrada. Él dejó de besarla y se puso de pie.
—Ven aquí y ensañame que tan buena babygirl puedes ser— Carolina se deslizo con suavidad hasta llegar a él. Tomó el borde de su pantalón y comenzó a quitarcelo. Bajo de un golpe su pantalón y se encontró con una polla a medio despertar. Lo tomó con suavidad acercadolo a su boca donde comenzó su trabajo.
Estaba algo nerviosa porque era la segunda vez que hacía eso, no tenía experiencia y no quería quedar en vergüenza.
Levantó su mirada y se encontró con los ojos de Neil. Su cabeza se movía de arriba a bajo sin dejar de observarlo. Con su lengua hacia círculos mientras que con su mano se encargaba del tronco. Neil tomó la cabeza de Carolina, ella sabia lo que estaba apunto de hacer. Él mismo le movía la cabeza con algo de rudeza mientras que Carolina trataba de no ahogarse.
—Si te relajas entrará un poco mas— habló con firmeza.
Carolina hizó lo que le indicó. Pudo sentir como su polla crecía poco a poco y la falta de aire se hacia presente en ella.
Respiró con la nariz mientras que Neil colocaba una mano en su garganta y la otra en la nuca. Así se quedó por unos minutos, mientras él trataba de llenarla por completo. Sintiendo que estaba por quedarse sin aire lo miró y el la soltó.
Tomó una gigante bocanada de aire en el momento en que el pedazo de carne salió de su boca, saliba se mezclaba con fluidos. Lo tomó con sus mano y comenzó a masturbarlo de arriba a bajo. Ella lo sentía muy suave y palpitante, ya sentía la necesidad de poder sentirlo dentro de ella.
Cuando Neil terminó por desvestirse tomó a Carolina en brazo y está de inmediato lo abrazo por la cintura y cuello. Se sentía como una muñeca de trapo. Sin perder tiempo la penetro.
—¡Ah! ¡más despacio!— Carolina soltó un pequeño grito de sorpresa
—Eres tan estrecha— dio un beso en la mejilla derecha de la chica y sin mas, comenzó un mete y saca que volvía loca a Carolina.Carolina no se limitaba en gemir, su voz salía bastante alta, sería una suerte que nadie la escuchara fuera.
—¡Oh, papi!— una nalgada fuerte fue lo que recibió ella. Besaba la boca de Neil mientras su mano debaja marcas en su espalda. Cuando ya no pudo más dijo:
—Pido arriba, vamos papi quiero ser yo la que cabalgue— y así fue.
Neil salió de la habitación con ella en brazos hasta llegar al sillón individual.
Tomó asiento con ella encima y colocando sus manos en su cintura la ayudó a cabalgarlo. Carolina recargo parte de su cuerpo en el pecho de él mientras sus caderas subían y bajaban con rapidez. El pedazo de carne salía casi por completo pero una vez arriba ella se dejaba caer. Neil cerró los ojos con satisfacción, soltando gruñidos mientras su sudor bajaba por su rostro. Carolina de detuvo y se giro dándole la espalda. Rápidamente se empalo y de nuevo, comenzó la cabalgata, esta vez abrazaba por los hombros Neil.
—Ah, papi— soltó un gemido glorioso una vez que Neil comenzó acariciar con suavidad el clictoris de Carolina.
Ella le regalo un beso sonoro en su mejilla y recargo su cabeza en su hombro mientras seguía subiendo y bajando por ese tronco.
La habitación estaba llena de gemidos de ambos y los sonidos del cuerpo al chocar. Carolina podía sentir como una de las venas estimulada un punto dentro de ella haciéndola mirar las estrellas.
En un momento a otro Neil movió sus caderas y la penetracion se hizo más profunda dejándola sin aliento. Se sujetaba de sus rodillas mientras Neil colocaba sus manos en las caderas de ella impidiendo moverse.
—¡Ah papi! Estoy tan cerca!— decía Carolina en gemidos, sentía como ese calor tan familiar se formaba en su vientre. Tanto tiempo que no lo sentía.
Ahora fue Neil quien besó la mejilla de Carolina y en una última estocada logró el orgasmo de ambos. Las piernas de Carolina temblaban mientras besaba con pasión la boca de Neil.
—Papi que rico— murmuró Carolina con voz juguetona. Neil salió de ella y se relajó. Tomó en brazos a Carolina mientras ambos se recuperaban de aquello. Carolina lo abrazo sintiendo su el calor de su cuerpo y lo grande que era.
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𝕽𝖔𝖒𝖆𝖓𝖙𝖎𝖖𝖚𝖊. ᴿᵉˡᵃᵗᵒˢ ʸ ᵒᵗʳᵃˢ ᶜᵒˢᵃˢ
Short StoryRelatos sumamente largos con una carga de: antigüedad, romanticismo, fetiches y fantasía. El sexo con amor abunda en este lugar. Historias basadas en mis crushes favoritos. En edición constante.