𝗽𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲

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Estabilizó la nave y se giró hacia atrás, donde Bo-Katan había acabado con el dirigente del transporte imperial sin siquiera sacarle nada de información. Mando se tragó un suspiro. En realidad, Bo-Katan no le había matado, pero el hombre se había suicidado.

El resultado era el mismo, pero eso no era problema de Din.

—Vámonos —ordenó la mandaloriana sentada a su lado—. Ha mandado una señal de socorro.

Mando, como todo el mundo decidía llamarle, se giró hacia los controles de nuevo.

—Preparémonos para saltar —decidió Bo-Katan.

Mando dejó todo listo y se levantó del asiento, caminando hacia Kryze.

—¿Seguro que no quieres venir? —preguntó ella.

Mando frunció los labios antes de responder.

—Hay algo que tengo que hacer.

—La oferta sigue en pie, si cambias de opinión —continuó ella.

Intercambiaron un silencio. Mando decidió que debía irse ya. Tenían un trato, después de todo, así que le preguntó:

—¿Dónde puedo encontrar a los Jedi?

La mujer pelirroja suspiró, quitándose el casco.

—Al final de las guerras clon, luché junto a una Jedi: Ahsoka Tano. —Negó con la cabeza antes de continuar—. Aunque es una buena amiga, le perdí el rastro hace tiempo. —Miró el visor de Mando, frunciendo el ceño—. Pero creo que sé dónde puedes encontrar a su aprendiz. Lleva al huérfano a la ciudad de Kywar, en el planeta desértico de Seelos. Allí encontrarás a la familia Unmel y a su hija: Taila. Dile que te envía Bo-Katan —sonrió—. Ella podrá ayudarte con el niño, y quizás sepa dónde encontrar a su maestra, Ahsoka. —Mando asintió—. Y gracias. No olvidaremos tu valentía. Este es el camino.

Mando sonrió y asintió hacia la mujer, que, aunque vestía la misma armadura que él, tenía otras creencias.

—Este es el camino —le respondió.

Se dio la vuelta y se acercó a la puerta de la nave. Atravesó la apertura y se acercó a la barandilla. Después saltó hacia la atmósfera y encendió su propulsor.

Cada vez estaba más cerca de devolver al niño a su lugar.

STRUGGLE ━ The MandalorianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora