STRUGGLE | Taila Unmel ha dejado atrás su entrenamiento fallido como Padawan y sus días de rebelde. Se dispone a vivir una vida tranquila cuando un mandaloriano que no dice su nombre ni muestra su rostro llama a su puerta, buscando a una Jedi. Envue...
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TAILA UNMEL: Estamos entrando en el sistema de Mandalore. Siento no poder hablar por transmisión. La conexión viene y va.
RIANE UNMEL: Ten cuidado, hija. Puede que el planeta no esté maldito... pero todo lo que sucedió es cierto.
TAILA UNMEL: Seremos precavidos. Din va conmigo: no dejará que me pase nada. Además, ahora Grogu maneja un droide, IG-12. Deberías verle. Din está desesperado por controlarle.
RIANE UNMEL: Los niños crecen más rápido de lo que a los padres nos gustaría. Tu padre dice que le digas al mandaloriano que te proteja, o se las tendrá que ver con él y con tu tío Wolffe. Ya sabes.
TAILA UNMEL: Se lo diré. Contactaré contigo cuando volvamos a la órbita del planeta y recuperemos las transmisiones.
RIANE UNMEL: Está bien, cielo. Cuidaros. Te quiero. (Tu padre y Wolffe dicen lo mismo).
TAILA UNMEL: Os quiero (a todos).
Cuando el nuevo grupo de reconocimiento (formado por mandalorianos en ambas tribus) estuvo sobre la superficie del planeta, incomunicados con el grupo de mandalorianos que les esperaba en la órbita de Mandalore, comenzó la misión.
Como nueva líder, Bo-Katan Kryze iba a la cabeza. Din y Taila iban detrás del todo, mientras que la armera caminaba frente a ellos, acompañando a Grogu (quien manejaba a IG-12, el droide rehabilitado, que, para rabia de Din, daba al niño bastante independencia).
Fue durante las primeras horas de la exploración que Din vio un gran transporte que, para sorpresa de todos, se acercaban a ellos. Eran supervivientes del planeta, que vagaban por Mandalore tras la Purga, pero, aun así, no se habían olvidado de Kryze, y de quién había sido en el pasado.
Les dieron la bienvenida a bordo de su barco/speeder, a todos, incluso a Taila. Les explicaron que habían sobrevivido a base de moverse constantemente por el mundo.
Pensaban que habían fallado a Mandalore, a Bo-Katan, pero ella les explicó que, después de que las fuerzas mandalorianas fueran aniquiladas en la famosa Noche de las Mil Lágrimas, se había visto con el Moff Gideon.
—El BSI me había propuesto negociar un alto el fuego. A cambio de someternos al Imperio y entregar las armas, las ciudades y las vidas de los mandalorianos serían perdonadas. Y así, el Moff Gideon acabó empuñando la Espada Oscura. No me fiaba de él, pero era la única manera de salvar a nuestro pueblo. Luego me traicionó y... no pudimos resistir a la Purga de Mandalore.
Hubo un momento de silencio tenso y cargado de emoción, hasta que uno de los hombres preguntó:
—¿Cómo sobrevivieron ellos? —señaló con la cabeza a Din, y al resto de su clan.
—Estuvimos escondidos en la luna de Concordia —le dijo la armera.
