Confession

72 5 0
                                    

Volkov desde pequeño ha tenido una vida complicada.

Perdió su familia, entró a la milicia, fue policía y parte de la CIA.

Podría ser que en la actualidad estaba todo bien pero había algo que le molestaba desde hace tiempo, como si de una espina se tratase.

Ciertamente, todos los ambientes en los que estuvo fueron los causantes de que aquella espina se clavara más y más profundo.

Rusia era un país en donde la homosexualidad era un tema tabú. La milicia y la policía era exactamente igual o incluso peor que el pueblo en donde él vivía.

A él siempre le habían atraído los hombres pero jamás lo dijo en voz alta. Era muy difícil para él hablar sobre su sexualidad. 

Siempre pensaba que lo que él sentía era algo malo y la gente a su alrededor no ayudó. Hasta que llegó cierta persona que hizo que su fachada se fuera a la mierda.

Horacio Pérez.

Un carismático muchacho que rompía todos los estereotipos y si alguien no lo respetaba él le cerraba la boca.

Era fantástico.

Como una brisa refrescante que lo envolvía con una linda sensación.

Pensaba que era lindo.

Pensaba que era un poco tierno.

Pensaba que podría ser igual que él.

Él solo negaba con la cabeza para sacar todos esos pensamientos que consideraba "malos". 

Los años pasaron. No volvió a ver más a ese chico. Volkov estuvo en coma por mucho tiempo.

Despertó completamente sólo.

A partir de ese momento, decidió que era hora de cambiar. Estaba solo porque las personas a su alrededor habían desaparecido pero también era porque él era muy cerrado y no había mirado más de ese círculo.

Fueron años de rehabilitación. Estar tanto tiempo en coma requería mucho trabajo para volver a la normalidad. Pero luego de eso, se arriesgó a volver a trabajar aunque no duró demasiado. 

El comisario Volkov se tomó unas vacaciones y desapareció de la faz de la tierra.

Lo que al principio fueron unas vacaciones terminó siendo una infiltración. Infiltración que lo ayudó a pensar sobre su vida y a cambiar.

En ese trabajo pudo encontrarle valor a la vida. No quería morir solo. Ahora su objetivo era encontrar su verdadero yo y finalmente poder ser libre.

Durante su última infiltración, pudo contactarse con un viejo compañero. Él mismo muchacho alegre que a veces envidiaba por su forma de ser pero que, desde las sombras, admiraba.

Trabajaron juntos por un par de meses intercambiando información hasta que Horacio le propuso que escapara de ellos y del gobierno. Volkov se negó inmediatamente y le preguntó las razones.

Él solo le dijo que merecía ser libre y feliz.

Ese fue el verdadero detonante.

Estuvo muchos días pensando sobre eso. ¿Si o no?, ¿Aceptar y escapar o quedarse atrapado ahi para siempre? ¿Realmente merecía ser libre? 

Finalmente aceptó.

El federal le había facilitado el boleto a Rusia. Solo de ida.

Realmente quería cambiar y el ambiente en el que se encontraba no le ayudaba. Quería descubrir que sus gustos no eran algo malo. Quería aprender a convivir consigo mismo.

Some Volkacio And Something ElseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora