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Casi han pasado dos semanas desde que Molly murió y la tienda ha permanecido cerrada ese tiempo en lo que intento recuperarme de la pérdida de dos personas importantes en mi vida, tan cerca una de la otra, preguntándome cómo seguir adelante.

Las fotos siguen llegando a diario de parte de Billy, aún con una simple cita escrita atrás, nada más. Parece que ha estado abriéndose camino entre los clásicos que le mencioné cuando estábamos juntos. Cumbres Borrascosas, Sensatez y Sentimientos y Jude El Oscuro son algunos de los libros que ha estado citando. Aún no puedo imaginarlo con tiempo para sentarse a leer, o con la concentración para hacerlo, pero algo me dice que lo ha logrado.

Las últimas fotos citan a Orgullo y Prejuicio, siendo más conmovedoras porque traen recuerdos de cuando nos conocimos por primera vez y solíamos repasar sus escenas en la tienda.

Sé que probablemente no debería abrirlas, probablemente debería tirarlas de inmediato, pero la felicidad que inunda mi corazón, especialmente las fotos que incluyen momentos con Molly y mamá hacen que me rinda. No he podido tirar ninguna una vez que las he visto. No puedo. En vez de eso las he mantenido en una caja bajo mi cama, en el orden en que llegaron. Cada que saco el montón y las veo encuentro el amor que muestran y siento un cálido consuelo. Por un momento mi dolor amaina.

No es necesario decir que no he respondido, así que justifico el abrirlas diciéndome que Billy seguirá mandándolas sin importar qué pase, sin importar si las vea o no.

A pesar de no verme, el apoyo de la comunidad ha sido inmenso. Algunos de los clientes de la tienda han dejado comida, tarjetas y flores con mamá en la biblioteca, revisando cómo estoy y mandándome sus mejores deseos. Me impresiona su amabilidad, aún con duda de si la merezco. Gracias al cielo, ninguno ha tratado de venir a casa, prefiriendo darme sus regalos a través de mamá mientras me dan el espacio que necesito en ese complicado momento... aunque no uso el tiempo productivamente. He estado tratando de hacer todo lo que puedo para mantenerme ocupada para no pensar mucho en el pasado o futuro - pero no puedo concentrarme. Los pensamientos siguen encontrando un modo de entrar, sin importar lo que intente hacer.

Varios días después del funeral de Molly estoy sentada en la cocina, inmersa en el rompecabezas imposible que Colin trajo para mamá hace meses, piezas idénticas de color naranja me rodean y enojan. Estoy por tirar todo al suelo en frustración cuando un golpe en la puerta me detiene.

Peter está en la entrada, golpeando el suelo rítmicamente en lo que espera.

'¡Peter, hola!'

'¡Jola Sophie! ¿Cómo estás?'

'La llevo, creo, aunque no estoy muy segura de cómo.'

'Te entiendo,' contesta con una sonrisa triste.

'¿Quieres pasar por una taza de té?'

'De hecho no puedo - voy camino al aeropuerto,' dice, señalando el taxi con el motor encendido. 'Es hora de volver a casa.'

'Oh, ya veo.'

'Solo quería dejar estas. Sé que probablemente aún tienes tu propio juego de llaves, pero estas eran de mamá,' dice, dándomelas junto con un sobre café. 'Hay más cosas legales ahí, pero creo que ya todo está arreglado. Es toda tuya,' agrega.

'Wow... gracias,' digo, viendo las llaves en mi mano.

'¿Tienes idea de cuándo volverás a abrir?'

Lo veo con cuidado, mordiéndome el labio mientras decido cómo responder - no quiero que piense que Molly se equivocó al darme la tienda, que no honraré sus deseos.

'Pronto, creo.'

'Bien. A mamá le gustaría eso. Ha sido encantador conocerte, incluso bajo estas condiciones. Adiós Sophie,' dice, inclinándose para darme un abrazo incómodo con un par de golpecitos en la espalda.

Billy & MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora