|Discusión|

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Cuando terminé de lavar todo me sequé las manos, y las puse en las esquinas del lavamanos. Bajé mi cabeza para mirar el suelo.

Suspiré y me quedé en esa posición por unos minutos.

Volví a mi postura normal, y me puse los mechones de cabello sueltos, por detrás de mis orejas.

Me volteé e inmediatamente conecté miradas con Yunho.

Me asusté por un momento pero casi no lo hice notar.

Otra vez esa mirada.
Estaba serio.
De brazos cruzados.

Me puse seria también e intenté pasar por su lado para salir de la cocina, pero se atravesó.

¿Hasta cuándo vas a seguir haciendo eso? -Fruncí el ceño y él me tomó de los hombros obligándome a caminar hacia atrás.

Quedé pegada a la pared y él cerca de mí, más de lo normal.

No quería mirarlo a la cara directamente porque estábamos muy cerca, así que miré hacia el frente, encontrándome con el logo de 'Nike' de su sudadera negra.

¿Por qué actúas así? -Preguntó frunciendo un poco el ceño.

¿Así cómo? -Dije de la misma manera mirando la puerta- ¿Sabes? Quiero ir a mi habitación. No hablar contigo. -Dije algo enfadada.

¿Por qué estás molesta? -Esta vez lo miré.

No sé. ¿Por qué de repente tú lo estás? -Pregunté seria.

¿Te refieres a lo de la comida? -Asentí y él relajó un poco sus facciones- No querías comer. Vi la manzana que agarraste esta mañana, y desde ahí hasta hace un rato no comiste nada. -Dijo aún con ese leve tono de molestia.

¿Por qué de repente esa atención de tu parte? Se supone que no confías en mí. ¿Por qué cuidar mi alimentación? -Lo miré frunciendo un poco el ceño.

No puedes morir. -Dijo serio alejándose un poco de mí.

Pero... -Fruncí el ceño sin entender- Eso pasó hoy solamente, no exageres.

Se te puede hacer costumbre y te necesitamos viva y con energías. -Dijo sin cambiar su semblante.

¿Pero de qué estás hablando? -Dije perdiendo la paciencia- ¿Es que acaso no viste las miradas que me dedicaron cuando Seonghwa me ofreció comer con ustedes? Casi me atraviesan. -Dije mirándolo muy enojada y resaltando las últimas palabras- Me incomoda, me molesta, y me parece totalmente innecesario tener que convivir con alguien a quien no le agrado. -Revelé- ¿Y cómo crees que se siente cuando son ocho? -Dije un poco dolida y él me miró con un poco de lástima.

Iba a hablar pero cerró la boca, y yo suspiré internamente.

Por eso comí algo tan simple como una manzana. No quería estar mucho tiempo en ese ambiente. -Dije de la misma manera, con algo de rencor- Hasta tú tenías cara de estar incómodo con la idea. Así que no quieras hacerme creer que sí te preocupas por mí. —Me acerqué más a él mirándolo desafiante— Porque cuando tuviste la oportunidad de interferir para hacerme sentir mejor y más tranquila, para que pudiéramos comer todos en paz, no lo hiciste, y preferiste que me fuera. -Me alejé mirándolo con frialdad y lo empujé con fuerza hacia un lado para sacarlo de mi camino.

No dijo nada.

Caminé hacia la puerta de la cocina y la abrí de golpe, encontrándome con Yeosang, Mingi y San sorprendidos.

Idiotas. -Dije mientras caminaba hecha una furia hacia mi habitación.

Si me quedaba más tiempo cerca de alguno de ellos me pondría a llorar, y eso no era lo que quería.

××××××××

Miré como la puerta aún se mecía debido a la fuerza con la que Se Rim la había azotado.

Aaagh... —Pronuncié con frustración— ¿Qué hice? -Murmuré pasandome la mano izquierda por la cabeza y agarrando un mechón de mi cabello con fuerza.

Si, Yunho, yo también me pregunto lo mismo. -Dijo Yeosang entrando por la puerta de la cocina.

Tenías la discusión perdida mucho antes de que empezara. -Dijo luego San, llegando detrás de Yeosang.

Debiste apelar a sus sentimientos, porque al parecer si los tiene. -Dijo Mingi apareciendo desde atrás de los dos primeros.

Los miré con el ceño fruncido.

¿Viste lo enojada que estaba? -Dijo Yeosang riéndose mientras se tapaba la boca.

Es que tiene razón en enojarse. -Dijo Mingi serio, me miró de reojo y luego a Yeosang.

Que Seonghwa se preocupe por ella lo creo. —Dijo San mirándome— ¿Pero tú? —Se cruzó de brazos— ¿Qué pretendes? —Me miró con desconfianza.

Bufé mirando hacia otro lado.

¿No tengo razón en lo de que no puede morir, y debe mantenerse sana? —San suspiró cerrando los ojos.

Si, la tienes. Pero es raro que tú, precisamente tú, lo digas. Ni siquiera yo, que soy el mayor involucrado con ella. —Miré hacia otro lado con aburrimiento.

La verdad, amigo. —Habló Mingi— Considero que no tienes la suficiente amabilidad a veces para hablar con las mujeres. —Dijo serio.

¡Está bien, está bien! No me vuelvo a meter con ella. Pero ya que tanto se quejan de cómo hago las cosas, de ahora en adelante ustedes se encargarán de Se Rim. —Fruncieron el ceño a punto de refutar— Y si llego a saber de alguna queja o que algo no anda bien, como soy el mayor de nosotros cuatro, me comunicaré con los hyung, y se las verán con ellos. Yo no me involucraré. —Advertí metiendo las manos en los bolsillos de mi pantalón— Cuida al elemento vital, si es que no quieres perder la pista. —Le dije a San.

Yunho, esto no es neces- —Los interrumpí.

Última palabra. —Dije antes de salir de la cocina e ir directo a mi habitación para poder dormir y descansar un poco de tantos pensamientos.

¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora