|Celular|

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Al día siguiente me levanté.

Hoy Hongjoong y los demás vendrían con noticias, y eso me ponía ansiosa. Bueno, creo que a todos.

Fui a la cocina para desayunar. Al parecer los chicos se estaban empezando a acostumbrar a mí, y yo de igual forma con ellos.

Terminé de comer y me levanté de la mesa. Agarré el plato de todos los que habían terminado de comer y fui a la cocina, para lavarlos.

La verdad no tenía nada interesante que hacer así que ¿Por qué no ayudar un poco?

Cuando terminé de lavarlos, volví a la sala y me senté en uno de los sillones.

Crucé mis piernas, y me mantuve por un rato un poco inclinada debido a que tenía mi codo en el posabrazos derecho, mientras que entrelabazaba mis manos y miraba a un punto perdido del suelo, con la cara seria.

Hasta que alguien se sentó delante de mí, es decir, en el sofá opuesto.

Era Yeosang.

Él estaba revisando su teléfono, serio también, con su tobillo derecho sobre su rodilla izquierda.

Te... —Comencé hablando— ¿Te dijeron algo? —Yeosang alzó la vista para mirarme a los ojos.

No. —Dijo sencillo y volvió a ignorarme.

Lo observé por un rato largo, hasta que mi mirada cayó en su celular y decidí volver a hablarle.

¿Será que tienes mi teléfono también? —Dije mirándolo curiosa.

Él sonrió por un breve momento.

No. —Me miró de nuevo— Lo rompí. —Dijo serio.

¡¿Qué?! —Dije enderezandome con el ceño fruncido.

¿Y qué harías si fuera así? —Preguntó altanero pero burlón, ladeando su cabeza y mirándome con una leve sonrisa.

Tú- —Lo miré con rencor.

¿Por qué crees que aún conservaría tu celular? ¿Para que te rastrearan? —Dijo sarcástico riéndose al final.

¡Pero-! —Me interrumpieron.

Dejen de discutir... —Habló Yunho un poco irritado, con un vaso de agua en su mano derecha.

Yo tengo tu celular. —Dijo Mingi caminando hacia mí, con las manos en los bolsillos.

¿En serio? —Pregunté con una sonrisa.

¿Por qué tienen que arruinar mi diversión? —Se quejó Yeosang mirándolos con el ceño un poco fruncido para luego volver a mirar su celular.

Porque tu diversión es macabra. —Respondió Mingi mirándolo serio, a lo que Yeosang bufó.

Mingi se sentó a mi lado y me miró.

¿Para qué quieres tu celular? —Me miró con desconfianza cruzando sus brazos.

No es para llamar a la policía. —Respondí con la verdad— Estoy demasiado aburrida y todos parecen estar malhumorados hoy. —Me quejé frunciendo el ceño y cruzandome de brazos.

No es nuestra obligación entretenerte. —Dijo Mingi.

Lo sé, por eso quiero mi celular. —Respondí lógica, alzando mis cejas con una sonrisa.

Él se rió y miró a Yeosang.

¿Está desactivado el internet, no? —Preguntó Mingi y luego de una mirada malhumorada de Yeosang, el susodicho asintió volviendo a mirar su móvil— Bueno, dudo que te entretengas con tu teléfono sin internet pero no puedo hacer más. —Sonrió de lado mirándome tranquilo y yo asentí.

¿Dónde está? —Pregunté dispuesta a levantarme.

San está en su habitación. Él lo tiene. —Dijo Mingi sonriendo un poco y mi cara se deformó.

¿S-san lo tiene? —Pregunté nerviosa y Mingi asintió lentamente— ¿Y tengo que ir yo? —Dije mirandolo con súplica y él se levantó al igual que yo.

Sip. —Y se fue.

Me dejó con las palabras en la boca, y luego de unos segundos, Yeosang y yo conectamos miradas.

Yeo... —Dije poniéndome un poco tierna y él se levantó riéndose un poco.

Adiós. —Se fue por un lado distinto al de Mingi.

¡Aaagh! —Me tomé la cabeza con las manos.

Cerré los ojos con resignación y me volteé, encontrándome con Yunho en el mismo lugar que lo había visto antes.

Yo no dije nada.

A mí no me mires. —Dijo para luego darme la espalda.

¿Por qué son así conmigo? —Pregunté caminando hacia él, quejumbrosa, y me detuve cuando estuve a poco menos de un metro.

Su habitación es la primera a penas subes las escaleras. —Informó sin mirarme, por seguir de espaldas, y yo suspiré y caminé hacia esa dirección.

Pero me detuve un paso antes del primer escalón.

No es... —Sonreí nerviosa— No es tan necesario entretenerme. —Dije volteando a mirarlo y él hizo lo mismo.

San no te hará nada... —Tranquilizó y tomó otro sorbo de agua para luego dejar el vaso sobre la mesa— No muerde. —Lo miré— O tal vez sí. —Sonrió y caminó a no sé dónde rápidamente, desapareciendo de mi vista.

Estoy perdida.

Me fui a mi habitación para evitar ir a la habitación de San, no quería encontrarmelo porque estaba segura de que sacaría el tema, y eso me incomoda mucho.

Estuve ahí varias horas, hasta que decidí levantarme de mi cama para ir al matadero.

Subí las escaleras, y toqué la puerta de la habitación que se suponía era de San.

Él abrió.

¿Qué pasa? —Preguntó mirándome.

Los chicos me dijeron que tú tenías mi teléfono. ¿Me lo puedes dar? —Pregunté dudosa.

Oh, claro. —Entró a su habitación y volvió con mi precioso celular en sus manos.

Gra- —Lo alejó de mí y yo lo miré.

¿No creerás que esto es así de fácil, cierto? —Dijo con una sonrisa traviesa y yo tragué saliva nerviosa.

¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora