Seonghwa me acercó más a sí mismo, como si fuese una niña que necesitaba que alguien la protegiera.Le agradecí en mi mente porque era cierto, me sentía así. Pero no pude formular palabra ni pensar un segundo más en eso ya que de alguna manera esperaba que alguien derrumbara la puerta en cualquier momento. Estaba nerviosa.
Todos estábamos petrificados del miedo.
Los chicos habían salido hace un rato, imposible que fueran ellos. El viaje hasta acá no era de cinco minutos.
Nadie se atrevía a siquiera acercarse a la puerta.
¿Hola? -Dijo una voz masculina desde afuera- ¿Hay alguien? -Preguntó.
Todos seguíamos en silencio.
¡Vengo en son de paz! -Dijo la misma persona desde el otro lado de la puerta.
Los chicos y yo nos miramos, y luego a Hwall.
Este suspiró y se acercó a la puerta.
¿Quién es? -Preguntó.
¿Me puede dejar pasar? Hace mucho frío... -Dijo la voz e inmediatamente fruncí el ceño.
Evadió la pregunta.
Otra vez se cruzaron varias de nuestras miradas.
Los vampiros no pueden entrar a una casa ajena sin invitación o permiso del dueño, así que si Hwall aceptaba y era un vampiro de verdad, estábamos jodidos.
Afortunadamente él al parecer también lo tomó en cuenta y negó con la cabeza luego de haber escuchado esa frase de corderito degollado.
No. -Dijo con la voz más firme que he escuchado- Y no vuelva. Le advierto que tengo un rifle y pienso usarlo si es necesario. -Amenazó y todos buscamos el susodicho rifle.
Y vaya arma. Estaba colgada en la pared como si fuera un trofeo, pero al alcance de la mano.
No, no es para tanto... —Dijo nerviosa la persona de afuera— Perdón por molestar, seguiré aquí afuera pasando frío, gracias.
Todos nos miramos con cara de: "¿En serio dijo eso?"
De todas maneras me sentí un poco mal.
Me levanté, separándome del abrazo de Seonghwa y él me miró sorprendido junto con los demás.
Se Rim —Susurró— ¡Se Rim! —Exclamó en un susurro llamando mi atención— ¿Qué vas a hacer? —Me miró preocupado y yo lo miré con tranquilidad intentando transmitirle esa sensación y supiera que esto está bajo control.
Los demás me miraron nerviosos al notar que caminaba hacia la puerta.
Hwall no dijo nada, y tomó su rifle de la pared, y lo preparó y recargó esperando por algún paso en falso de parte de cualquiera.
Me acerqué a la puerta y quité la viga de la puerta.
Dejé una marca en ella pero no me importó. Eso significaba que no se me había pasado lo de las manos, que por ahora era lo mejor para todos.
Abrí la puerta lentamente y me encontré con un chico de unos veinti-algo de años, cabello pintado en la parte superior de rojo y lo demás negro. Vestido con una chaqueta beige y un jean azul oscuro.
Él también se quedó mirándome por un momento. Al parecer no esperaba verme, pero a los pocos segundos sonrió amigablemente.
¿Quién eres? —Pregunté seria, lo más seria e intimidante posible que pude.
Él pareció ponerse nervioso por un momento pero luego habló.
Mi nombre es Bang Chan. —Me ofreció su mano y yo la miré pero no la tomé, haciendo que la encogiera nuevamente.
Me acerqué un poco a su cara analizandola, hasta que mi mirada recayó en una mancha de sangre que tenía en la barbilla.
La limpié con mi dedo y él se quejó alejándose inmediatamente de mí y mirándome sorprendido.
Luego miré mi dedo pulgar, y la sangre luego de unos segundos, hirvió y se disolvió en él.
Miré al supuesto Bang Chan y tenía su mano en la zona afectada. Lo había quemado.
Como fue rápido no fue una quemadura muy severa, pero si notable.
¿Tú mataste a la persona que está por allá tirada? —Pregunté directamente, señalando el "baño" de Hwall, y el chico pareció detenerse en seco— Responde. —Ordené seria.
N-no. Yo no maté a nadie- —Dijo nervioso mirándome fijamente pero lo interrumpí.
Si no me dices la verdad, te mataré. —Amenacé.
Wow Se Rim, así se habla.
¡No, yo no lo hice-! —Puse mi mano frente a su cara pero no lo toqué.
Cállate y dime qué haces aquí. ¿Quieres otra víctima? —Dije seria y él negó con la cabeza irritado.
Como ya dije, tengo mucho frío. Necesito pasar la noche en algún lugar cálido. Ví esta cabaña y por eso pregunté. —Lo miré con desconfianza.
¿Por qué debería creerte? —Pregunté nuevamente.
AAAGH. —El chico frunció el ceño y se abalanzó contra mí, haciendome caer al suelo y tomándome de las muñecas impidiendo mi huida.
Vi las siluetas de los chicos, se habían levantado preocupados.
Bang Chan era bastante pesado, y fuerte. Más de lo que parecía.
Yo fruncí el ceño y puse ambas manos en sus muñecas por unos segundos, quemandolo al instante, y logrando que se alejara, mientras gateaba hacia la puerta nuevamente y mirándome con miedo.
¡Muy bien, bellezas! Pensé mirando mis manos con orgullo.
Pronto escuché que hizo como un perrito cuando lo lastiman.
Los chicos inmediatamente vinieron hacia mí para ver si estaba bien. Yo solo miraba a Bang Chan sorprendida.
Eres... ¿Eres un hombre lobo? —Pregunté examinandolo.
Las quemaduras que le causé no habían sido para menos, pero en vez de gritar, como Yunho lo hizo, sonó como un cachorro.
Si. —Bajó la mirada— Mi manada murió a causa de los vampiros, y yo fui el único que pude escapar. —Todos lo miramos sorprendidos.
¿Hace cuánto? —Preguntó Hwall sin dejar de apuntarle con el rifle.
Hace unas horas. Vengo de la montaña que está a unos kilómetros de esta cabaña. —Señaló hacia la derecha.
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¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//
Fanfiction//EN PROCESO// CAPÍTULOS HECHOS: 24 Jo Se Rim era una chica normal, que desde pequeña vivió con toda su familia (padre, madre y hermana). [ Å l g ō l ė p å s ó å s û f å m î l î å ] Pero hubo un lapso de su vida que fue olvidado.. Que ella olvi...