|Placa|

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Ya estábamos todos nuevamente reunidos en la sala.

Hongjoong, Seonghwa, Yunho, Yeosang, San, Mingi, Wooyoung, Jongho, y yo.

Bueno. —Hongjoong dió un aplauso y nos miró a cada uno.

Todos teníamos un semblante muy... Serio.

Eh... —Volvió a pronunciar Hongjoong sin saber por dónde empezar— Ayer me reuní con Hwall, mi amigo experto en vampiros, y le conté nuestra situación. Dijo que era complicado, pero que antes de darme algún consejo me contaría una historia.

“En los años 1600 brotó un virus. Los contagiados de ese virus tenían características en común con lo que se conoce actualmente como vampiros. El virus hasta el día de hoy no se sabe cómo ni por qué apareció, pero si se sabe que se contagia al ser mordido en los laterales del cuello, por alguien que lo tenga.

Luego de eso, las víctimas desaparecían por unos días para hacer, vete tú a saber qué, y reaparecían días después, siendo monstruos. Atacaban a la gente, tomaban su sangre, no salían al sol porque se quemaban, tenían la piel fría, su personalidad y estilo anteriores cambiaban, volviéndose oscuros y frívolos, tenían una fuerza de 10 hombres o más, y eran rápidos, astutos y ágiles.

A simple vista no se puede decir quién es o no un vampiro, ya que cada humano es diferente. La piel pálida, entre otros detalles comunes de la apariencia vampírica, los humanos también los tenemos, así que no se puede acusar así como así. Solo podemos ser precavidos.

En fin. Cuando la locura de los vampiros estuvo desatada, los humanos fueron evacuados hacia los bunkers más cercanos, custodiados por la milicia. Al cabo de 30 años, se dió por terminado ese encierro ya que habían informado que todos los chupasangre habían sido eliminados. Pero al parecer su táctica no fue del todo eficiente, ya que aún se encuentran entre la gente. Y han pasado tantos años que las personas creen ahora que son leyendas urbanas.

Como ya sabemos, los vampiros no pueden entrar a un hogar sin ser invitados, por eso normalmente atacan en lugares públicos. Viven por muchos años más de los que viviría un humano normal. Son intolerantes al ajo, debido a su olor y sabor, les hace mucho daño a sus sentidos y les quema. Clavarles una estaca de madera en donde va el corazón los mata, y el agua bendita los quema también. ”

Eso fue lo que pudo informarme Hwall sobre los vampiros. —Dijo Hongjoong— Y sobre nuestra situación... debo llevar a Se Rim con él para que la examine. —Lo miré y él también a mí.

¿Y qué me va a hacer? —Dije con un poco de miedo.

Unas pruebas sencillas. Tu comportamiento, tu personalidad, quiere escuchar tu historia también. —Me miró tranquilo y yo asentí todavía un poco desconfiada— El resto, hay que seguir buscando a Onda.

¿Cómo? —Preguntó, si mal no recuerdo, Wooyoung.

Hwall mencionó que si Se Rim es hermana de Onda, tal vez ella sepa dónde está. —Dijo Hongjoong.

Pero ella perdió la memoria y ni siquiera recordaba que tenía una hermana. —Dijo Yunho frunciendo un poco el ceño.

Por eso. Siempre hay un objeto muy especial entre la familia. —Dijo Hongjoong— En mi caso, de pequeño me regalaron un brazalete de buena suerte, y mis papás también lo tienen. Todavía la conservo. —Sonrió un poco— La cuestión es que tiene que haber algo especial entre ustedes también. Y eso, si es que perdiste la memoria, te ayudará a recuperarla y podrás encontrar a tu hermana.

Miré el suelo pensativa.

Yo... ¿Puedo ir al patio? —Señalé la ventana.

¿Para qué? —Preguntó Hongjoong con desconfianza.

Hay algo enterrado ahí y quiero saber qué es. —Respondí.

Mmm... —Me miró dudoso— Bueno. Pero Yeosang, Jongho y San irán contigo. —Asentí y él caminó hacia la puerta de madera de la entrada y la abrió.

Salí al patio e intenté recordar donde estaba esa placa de metal, pues ya era de noche y no veía mucho que digamos.

Vi la ventana y recordé los pasos que había dado hacia donde había visto la placa de metal.

Necesito... —Murmuré— Una linterna. Necesito luz para poder encontrarla. —Dije volteandome hacia los chicos y Yeosang dió un paso al frente.

Con la linterna de su celular iluminó el suelo y un pequeño destello llamó mi atención. Así que señalé hacia allí mientras caminaba en su dirección, y los chicos me siguieron.

La encontré. —Dije con una sonrisa, agachándome frente al metal que destellaba incansablemente por la luz de la linterna de Yeosang.

San me pasó una pala y yo empecé a cavar al rededor del objeto desconocido, para luego sacarlo como un cubo de tierra.

Empecé a pisarlo para quitarle la tierra, pero llegó Jongho y lo pisó una sola vez, deshaciendo la tierra y dejándome ver el objeto.

Era una pequeña placa de metal, algo abollada y perforada.

Vamos a dentro para que lo puedas ver mejor. —Dijo San y yo lo seguí, con Jongho y Yeosang detrás.

Entramos a la casa nuevamente y los demás nos miraban expectantes.

Esto fue lo que encontré. Lo había visto ayer, pero no había podido sacarlo. —Informé a Hongjoong y él asintió.

Me senté en uno de los sillones grandes, y Hongjoong y San a mis costados.

La placa era de metal. Medía aproximadamente 7 u 8 centímetros. No estaba oxidada así que supongo que era de acero. Tenía forma rectangular y habían unas letras talladas.

Jo Seongwoo, Sarah Lim, Onda Jo y Jo Se Rim. 180500... —Leyó Hongjoong y luego me miró.

Él estaba cerca de mí ya que yo tenía la placa sobre mi regazo. Se acercó para leer y al subir la vista para mirarme quedamos muy cerca.

Yo aparté la mirada y él se alejó incómodo.

¿Ese no es el nombre de tus padres? —Preguntó Seonghwa mirándome y yo alcé las cejas.

Si... Ahora que lo dices puede ser. —Ladeé un poco mi cabeza pensativa— De hecho... Esta —Señalé los números— es la fecha de mi cumpleaños. 18 de mayo del 2000. —Los miré y ellos estaban pensativos al igual que yo.

¿Pero qué hacía eso aquí? —Dijo San mirando hacia la ventana con el ceño un poco fruncido.

No sé... —Dije yo— ¿Cómo consiguieron esta casa? —Pregunté mirandolos, y todos miraron a Seonghwa.

Bueno. Estaba abandonada. La remodelamos y aquí nos mantuvimos por unos años, hasta que te trajimos. —Se rascó la nuca incómodo.

¿Osea que esta casa la encontraron por casualidad? —Todos se miraron entre ellos y asintieron luego de unos segundos— ¿Pero qué hace algo como esto aquí? —Volteé la placa pero no había nada más.

No será que... ¿Esta era tu antigua casa? —Propuso Wooyoung.

Miré la sala con más cuidado.

Vagos recuerdos junto con flashes blancos se apoderaron de mi mente.

Agarré mi cabeza con ambas manos por el dolor, soltando rápidamente la placa, que por alguna razón sentía que me quemaba las manos.

¡Se Rim! —Gritaron los chicos casi al mismo tiempo y sentí que me fui hacia adelante, pero caí en los brazos de alguien.

¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora