Agh... Estaba tan molesta.
Alguien tocó la puerta.
Me levanté de la cama y abrí la puerta.
Me encontré con San.
Se te hizo costumbre no presentarte cuando tocas esta puerta. -Me crucé de brazos y él sonrió.
No es necesario. Este lugar es más seguro de lo que crees. -Entre cerré los ojos.
¿A qué viniste? -Dije con el ceño fruncido.
A ver cómo estabas. -Dijo empujandome hacia dentro de la habitación.
Cerró la puerta.
¿Y luego qué? -Pregunté mirándolo con desconfianza y él cruzó los brazos frunciendo el ceño.
¿Te has dado cuenta de que te quejas mucho porque nosotros desconfiamos de ti, pero tú también desconfías de nosotros? -Descrucé mis brazos y me senté el la orilla de la cama.
Ustedes son ocho, y son hombres. -Me defendí y él rodó los ojos.
Todavía no está comprobado al cien por ciento que en realidad seas humana. -Atacó y esta vez yo rodé los ojos— Aunque no te haremos nada de todas formas.
Ok, basta. —Dije un poco enojada, pero la razón había cambiado.
Miré el suelo y puse mi mentón sobre mi mano derecha, que estaba sobre mi pierna.
¿Sabías que te ves muy linda enojada? —Lo miré sorprendida.
Él me miraba con una sonrisa en su rostro. A diferencia de las anteriores, no era burlona, y estaba dirigida a mí.
Sonreí por un momento, algo avergonzada, pero luego desconfié.
¿A qué juegas, Choi? —Pregunté mirando todos sus movimientos.
A nada que tú no quieras, Jo. —Sonrió de lado acercándose a mí lentamente, como un depredador.
Se sentó a mi lado mirándome profundamente a los ojos y luego se acercó a mi rostro.
Cerré los ojos por instinto, y me desperté.
Estaba soñando.
Me senté en la cama asustada, sorprendida y sonrojada.
¡AAAAAH! —Grité agarrándome la cabeza con ambas manos.
¿Pero qué te está pasando, Se Rim?
¿En qué locuras estás pensando?¿Besarte con tu secuestrador?
Estás demente.Miré la puerta asustada ya que por un momento pensé si era verdad y no un sueño.
Me alivió el no ver a nadie ahí, por lo que suspiré más tranquila. Pero de repente abrieron la puerta asustandome mucho.
Era San.
Hablando del Rey de Roma...
¡¿Qué pasó?! —Preguntó preocupado.
Yo tenía la boca abierta. Me había tomado desprevenida, así que la cerré y tragué saliva nerviosa. Inmediatamente me sonrojé y evité su mirada.
¿Por qué gritaste? —Preguntó y entró a la habitación, lo que me puso en tensión.
Por nada. Jajaja. Locuras mías. Solo eso. —Dije mirándolo nerviosa.
Y vaya qué locuras...
Inconscientemente miré sus labios, entre abiertos por lo agitado que estaba. Supongo que vino corriendo.
Eran muy tentado- ¡Basta Se Rim!
Los cerró y yo aparté la mirada.
Oye... ¿Estás segura de que no te pasa nada? —Dijo mirándome con desconfianza y acercándose un poco más a mí.
Yo lo miré y asentí con una sonrisa que estaba segura de que a kilómetros se notaba lo falsa que era, pero a él pareció convencerle.
Se sentó a mi lado.
Justo. A mi lado.
Estaba cerca. Y si mal no recuerdo, muy parecida a la distancia que teníamos en mi sueño.¿Entonces por qué estás nerviosa? —Dijo ladeando su cabeza un poco mientras me miraba, mientras que yo solo miraba a la pared frente a mí.
Apreté mis labios.
¡Estaba siendo obvia, lo sé!
Pero tenía miedo de que algo pasara si lo miraba directamente a esta distancia.Aunque por absurdo que parezca, en ningún momento se me ocurrió la idea de alejarme de él, o levantarme.
Me gustaba estar de esta forma, pero al mismo tiempo no.
Extraño.
De repente siento que él se acerca más a mí, y mi respiración se detiene por un momento.
Luego, sin esperarmelo, me da un beso en la mejilla.
Volteo a mirarlo muy sorprendida, y ahora sí me levanto alejándome de él.
San me miraba con una sonrisa. Estaba disfrutando mi reacción.
¿Qué te sucede? —Dije mirandolo sorprendida aún, tapando con mi mano mi mejilla derecha.
Estamos a mano, ¿no crees? —Cruzó sus brazos y piernas, mirándome con superioridad y burla.
Pronto recordé el momento en el que le había dado el beso en el cuello.
¿En serio hice eso?
¿Yo que con cualquier cosa parecida ya estoy nerviosa?Se levantó y me tomó de la cintura, apegándome a él.
¿Quieres que te recuerde lo que me hiciste? —Levantó un poco su ceja izquierda y luego me miró desafiante con una pequeña sonrisa, esta vez poniendo ambas manos sobre mi cintura.
Lo admito.
Él es demasiado sexy para lo que mi cuerpo puede soportar.Yo no pude responder nada.
No sabía qué decir.
Es una propuesta demasiado directa.¡Ay diablos, Se Rim, ¿Por qué carajos hiciste eso?!
Él solo me miraba.
No parecía tener intenciones de realmente hacerme lo que yo le hice a él.Entonces si te acuerdas... —Aflojó su agarre mirándome de la misma manera que lo había hecho todo este rato, y luego sonrió un poco.
Yo había quedado perpleja.
Con el sueño que tuve fue suficiente para subirme la presión.Pero en la realidad ya no es lo mismo. La sensación es mucho más fuerte, ayuda.
¿No vas a decir nada? —Dijo con una pequeña pizca de burla— ¿De verdad quieres que lo haga? —Preguntó esta vez poniéndose más serio.
De verdad yo no podía decir nada.
Su presencia ya de por sí era apabullante, arrolladora.Miró mi cuello y luego mis ojos.
Se acercó a mi cuello, más rápido de lo que yo lo había hecho, y me dió un beso más lento que el que yo le había dado a él.
Solté una respiración agitada y apreté mis piernas.
Él no se detuvo.
En cambio.
Me dió más besos.Cerré los ojos.
Poco a poco iba desmoronandome a su gusto.¿Ya estás mejor? —Dijo San.
Abrí mis ojos lentamente y asentí.
¡¿PERO QUÉ DIABLOS ESTÁS HACIENDO?!
No, no. Suficiente.
Me autodefino como la vergüenza en persona.Él sonrió de manera dulce, me soltó y salió de la habitación dejándome nuevamente sola.
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¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//
Fanfiction//EN PROCESO// CAPÍTULOS HECHOS: 24 Jo Se Rim era una chica normal, que desde pequeña vivió con toda su familia (padre, madre y hermana). [ Å l g ō l ė p å s ó å s û f å m î l î å ] Pero hubo un lapso de su vida que fue olvidado.. Que ella olvi...