|Favor|

29 8 0
                                    

Tomé el objeto.
No salió a la primera.
Halé varias veces pero estaba bastante atorado en la tierra.

Según lo que podía ver parecía una especie de placa de metal. No estaba oxidada, así que supongo que era de acero.

Estuve por un rato mirándolo, tenía mucha curiosidad y quería sacarla, pero para eso necesitaría una pala.

Me gusta jugar a la búsqueda del tesoro, era experta en eso.

Sonreí mientras miraba el objeto aún desconocido.

Luego vendré por ti, cariño. —Dije levantándome, puesto que antes estaba agachada, y me dirigí nuevamente hacia la ventana.

Entré a la casa y apenas coloqué mis dos pies sobre terreno doméstico cerraron las ventanas rápidamente.

Yunho a mi derecha, San a mi izquierda.

Cerré los ojos y fruncí el ceño regañandome a mí misma.

Ambos estaban de brazos cruzados mirándome serios.

Hola. —Dije amistosamente con una sonrisa para intentar cortar este silencio tan tenso.

¿Qué hacías afuera? —Preguntó Yunho acercándose a mí sin cambiar su postura ni su semblante.

Y-yo... No hacía nada. —Bajé la cabeza mirando el suelo.

Ambos te vimos haciendo algo en el jardín. —Dijo San mirándome con sus ojos entre cerrados— ¿Qué era?

No estaba intentando escapar. —Aseguré rápidamente.

Si fuera así no hubieses regresado, eso es obvio.—Dijo Yunho mirándome con obviedad.

¿Por qué volviste? ¿Nos extrañabas? —Dijo San con un tono de burla pero sin sonreír.

Chasqueé mi lengua en símbolo de fastidio.

No. —Dije con disgusto— Solo salí porque me estaba cansando estar tanto tiempo aquí dentro. —Me crucé de brazos.

Y luego volviste. —Analizó Yunho y  descruzó sus brazos con cansancio— Definitivamente estás loca. —Me miró serio— Esa fue tu oportunidad para huir de nosotros, tus secuestradores. —Dijo lentamente, levantando sus cejas mientras me miraba a los ojos.

Si quieren que me vaya yo no tengo problem- —Dije mientras me volteaba para abrir la ventana nuevamente.

Pero Yunho se atravesó en mi camino y San me tomó de la cintura atrayendome hacia él, y al mismo tiempo alejándome de la ventana.

No. Tu oportunidad ya pasó. —Dijo Yunho serio mirándome a los ojos— Y no te irás de aquí hasta que nosotros te dejemos. ¿Está claro? —Iba a refutar pero luego de unos segundos bajé la mirada y asentí.

¿No querías averiguar sobre tu hermana? —Dijo San, y por lo cerca que se escuchó su voz caí cuenta de que aún no me había soltado— Sin nosotros no lo lograrás, y sin ti, nosotros tampoco lograremos nada. —Tomé las manos de San y las separé de mi cintura.

Ya entendí, y les dije que no estaba escapando. —Miré a Yunho seria y luego a San.

Menos mal. —Dijo Yunho un poco amenazante.

¿Bueno y a este qué le pasa?
¿Por qué está así?

La más interesada a parte de ti, —Miré a San— en saber de mi supuesta hermana, soy yo. Así que cálmense. —Dije un poco molesta— Yeosang me dijo que Hongjoong y los demás vienen mañana. Quiero saber qué descubrieron por fin.

Los dos asintieron luego de unos segundos de haberme escuchado atentamente.

Pero... Si me voy a quedar aquí tengo una condición. —Los miré.

¿Cuál? —Preguntó Yunho— Formula una respuesta lógica. —Asentí ignorandolo.

Necesito ropa. —Yunho y San se miraron— Sé que no me van a comprar nada, así que conque sea mi ropa vieja basta. —Dije en un tono suplicante— ¿Por favor? —Insistí.

Luego de un rato de miradas entre San y Yunho, este último habló.

Sígueme. —Dijo pasando por mi lado para dirigirse hacia las escaleras.

San y yo lo miramos confundidos por un momento, pero después sonreí un poco e hice lo que me pidió.

Llegamos a una puerta, él la abrió y pasó. Era una habitación.

Yo me quedé afuera mientras miraba lo que hacía.

De debajo de la cama sacó una maleta negra que creía haber visto antes.

Ven aquí. —Dijo sin mirarme porque estaba subiendo la valija para ponerla sobre la cama, y yo obedecí y me coloqué a su lado.

Abrió la maleta y había ropa mía dentro.

Sonreí emocionada y lo miré.

¿Me la puedo llevar? ¿A mi habitación? —Pregunté dudosa.

Si. Es tuya de todas formas. —Dijo tranquilo mirándome.

Me reí feliz, lo abracé con un poco fuerza y me separé luego de unos segundos.

Gracias. —Miré la maleta y la cerré— Me iré a bañar. —Lo miré y estaba un poco sonrojado.

De acuerdo. —Dijo sin mirarme.

No le presté atención a su comportamiento y salí de esa habitación rodando la maleta en dirección a las escaleras.

San me miró, ya que aún seguía en la sala, y rápidamente me ayudó a bajar la maleta por las escaleras.

Le agradecí y me dirigí a mi habitación. Quería revisar qué tanto había de mis cosas.

Llegué, abrí la puerta, entré y la cerré con seguro.

¿Ella? o... ¿Ella? //Imagina con Choi San//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora