Un Nuevo Mundo

Volumen 1 - Capítulo 5: El destino.

Volumen 1 - Capítulo 5: El destino.

Habían pasado ya varias horas desde lo ocurrido en el entrenamiento, el joven moreno miraba cansado al cielo nocturno de este mundo, apenas era el primer día de su entrenamiento en el control de la magia y si de verdad tenía que decir algo al respecto, es que había hecho un entrenamiento muy pesado.

Aun así, su cuerpo físicamente estaba recuperándose, aunque su energía espiritual lo hacía más lentamente su energía física estaba ya al 100% de nuevo.

— Vaya sí que aprender Magia cansa señor Hugo, cómo demonios en las películas es tan fácil, no tiene sentido alguno, esto es un entrenamiento muy intenso... De verdad no lo entiendo. — comentó riendo cansadamente el chico mientras las chicas volvían del pueblo para ver a ambos hombres entrenando.

— Venga Ikal, levanta tengo que entrenarte de esa forma, al final quieres ser fuerte ¿No? Pues debes entrenar como tal. — Comentaba Hugo sonriendo.

— Eres un demonio... — decía Ikal mientras se levantaba de golpe y usaba ambas energías en su cuerpo nuevamente.

Las manipulaba a la vez y entrenaba físicamente sin perder el control esto a la vez a petición de Hugo quería someterlo a niveles de estrés elevado y el mago comentó que el estrés podría mejorar el control de su energía si lo hacía de esta forma.

El mago miró al moreno levantarse y seguir con el entrenamiento, un suspiró salió de su boca, este tipo tenía una energía demasiada alta y su recuperación era incluso aún mejor.

— Para mí el demonio eres tú... Maldito gigantón, no es natural lo mucho que te esfuerzas. — respondía Hugo.

Fein y Hilda estaban sentadas, había mejorado tanto en todas esas horas de entrenamiento, que realmente estaban celosas de ese avance, paso de no tener control sobre sus energías a un manejo casi completo de sus energías base que incluso la gente experimentada no puede, aunque Fein sabía que su padre le mentía, no era necesario aprender individualmente usar las dos energías para dominar la magia, pero suponía que Ikal era diferente de ellos, pues si ése tipo no era un prodigio, la única palabra que se le venía a la mente era la de un mounstro.

No sabía que seria, acaso quería enseñarle los secretos de todo su poder, acaso él quería que Ikal fuera su pareja.

Podría imaginar que luego del mes, a su padre reunirlos y de la nada decir unas palabras que realmente la hicieron sonrojar.

— Bien Ikal, ahora que eres un mago excelente, a partir de ahora tu puedes casarte con Fein y ser el nuevo mago mas fuerte. — la chica se sonrojó y negó.

No es que no le gustara ese chico y tampoco es que fuera mal partido, incluso tenía todos los elementos mágicos pero no sentía nada por él, por lo que miró a Hilda sonrojada y algo enfadada viéndole.

Para las chicas él se veía tan ajeno a la magia y todo lo que lo rodeaba, el verlo sorprenderse por cualquier cosa, ver a los animales pacíficos que pasaban como también ver la forma en la que entrenaba, los ejercicios que realizaba era algo extraño para ellas de ver.

Para Hugo era lo mismo sin embargo él sabía la verdad de todo esto, él sabía el por qué a diferencia de ellas.

Aún así estaba asombrado, Ikal estaba intentando de todas las formas posibles entender más sobre la magia y todo lo que lo rodeaba comenzado desde lo básico de este mundo, Hugo creía que aprender esto era necesario y no era mala forma de comenzar en lugar de la magia inicial si tenía más armas aparte de la magia entonces era bueno.

— Bien, creo que es suficiente entrenamiento para hoy, ya han pasado más de 6 horas y creo que es hora de ir a comer. — dijo Hugo con una sonrisa viendo a Ikal el cual caía al suelo por el cansancio.