Un balde de agua fría, un nerviosismo realmente alto, tal vez hubo diferentes formas de expresar el sentir de aquella semi elfo al momento de recibir una noticia tan preocupante de un momento a otro, los sentimientos en ese día fueron muy cambiantes en muy poco tiempo, desde la felicidad de haber logrado entablar una relación con aquel joven aventurero que llegó hace poco más de dos semanas, el cual conquistó su corazón en ese mismo tiempo, hasta un miedo ferviente nacido por enterarse de que ese chico había sido herido en combate y se encontraba hospitalizado en la sede de la familia Dian Cecht por algún motivo desconocido hasta ese momento.
La reacción de la pequeña diosa del muchacho no era menor a la de Eina, ella igual estaba muy preocupada, y con justa razón, su primer hijo tuvo un combate muy intenso por lo que logró decirle aquella chica rubia con armadura, la princesa de la espada.
Ambas emprendían el camino, con un rostro rojo entre lágrimas, a paso veloz, sin perder el tiempo, cada segundo que pasaba aumentaba el miedo.
-Ya voy en camino... Bell-Dijo la atemorizada semi elfo para sí misma, tenía que verlo, tenía que asegurarse de que estaba vivo, no quiere perder a nadie, no quiere perderlo a él, su corazón no lo soportaría, un muchacho que conoció hace poco, del que sabe casi nada, una persona así estaba haciendo que su corazón latiera.
Sede de la familia Dian Cecht.
Bell yacía acostado en una cama, su tratamiento ya había finalizado, pero él aún no despertaba, seguía con sus ojos cerrados, frunciendo el ceño, al parecer estaba teniendo un sueño no muy agradable en ese instante.
-Riveria... ¿Qué le sucede? ¿Ya está bien?-Preguntaba la princesa de la espada al ver la escena del joven.
-Físicamente lo está pero parece que no está viendo algo muy agradable dentro de su mente, tal vez por el trauma de su batalla contra el minotauro, no es raro que algunos aventureros desarrollen miedo al calabozo después de una experiencia tan... fuerte-Respondió la alta elfo hacia la muchacha a su costado.
-Debemos dejarlo descansar, no sería recomendable forzarlo a reincorporarse, así que abandonen el cuarto-Comentó Airmid, capitana de la familia Dian Cecht, una joven de cabello plateado con ojos color morado, que vestía un uniforme semejante al de una enfermera.
-Pero, Bell...-Dijo Lili al oír la instrucción de la chica, ella no deseaba apartarse del peliblanco.
-Sé que estás preocupada pero por el momento, lo único que podemos hacer es seguir las instrucciones y esperar, él ya está curado, no hay riesgo alguno, no hace falta que nos sigamos preocupando-Contestó Riveria hacia la hobbit.
Y de esa manera, las tres chicas abandonaron el cuarto donde Bell se encontraba, Aiz, antes de salir de la habitación, echó un vistazo rápido y pudo ver lágrimas en los ojos del chico.
Sala de espera.
-Ya tardó su diosa en llegar, debió desviarse por una razón pero ¿Cuál?-Se preguntó Aiz, quien fue la encargada de dar el aviso.
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¿Está mal enamorarse de un aventurero?
FanfictionLa historia comienza desde que Bell llega a Orario, conociendo a la bella semi-elfo Eina Tulle, los sucesos que se desencadenarán desde aquel momento, no se los esperaban ni ella ni el propio Bell. ¿Lograrán romper ese dicho de "No debes relacionart...