Capítulo 17. Evilus ataca

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Carpa de Bell, a altas horas de la noche.

Bell, Welf, Ouka y Hermes se encontraban dentro de una pequeña tienda, como no había suficientes para albergarlos a todos, debieron repartirlas, así tengan que dormir más de 2 en ellas, es por eso que prácticamente hubo una "Reunión de hombres" en esta ocasión.

Todos trataban de conciliar el sueño, con excepción de cierto Dios curioso y un muchacho de cabellos color blanco, el cual miraba fijamente hacia arriba suyo, pensando profundamente a tal punto de que no se daba cuenta de que ese mismo Dios lo miraba como si tratara de descifrar lo que cruzaba por su mente.

-O te gustan los acabados de la tienda o estás durmiendo con los ojos abiertos, en caso de ser la segunda tengo que admitir que es un poco perturbador-Dijo Hermes con un tono de broma desde su bolsa de dormir.

-¿Uh? ¿Hermes-Sama? Pensé que ya se había dormido ¿Sucede algo?-Preguntó Bell, saliendo de su trance, al parecer no se percató de la presencia del dios.

-Nada, nada, simplemente me pregunto en qué es lo que piensas, llevas un buen rato mirando hacia arriba con una sonrisa en tu rostro ¿Será por aquella asesora que casi mata a Take?-Dió su respuesta el dios, seguido de una pregunta.

-Está claro que ese es el motivo-Contestó Welf, destapándose y sentándose.

-¿No estabas dormido?-Preguntó Hermes.

-Ustedes hablan muy fuerte, además, estoy tan acostumbro a trasnochar que me es difícil conciliar el sueño-Fue la contestación del herrero.

-Pues a Ouka no parece molestarle, está muerto como un tronco-Opinó Bell.

-En fin, volviendo a lo que decíamos ¿Es verdad que lo que te tiene tan feliz es esa chica? ¿Es tu novia o algo así?-Le preguntó Hermes al joven peliblanco de manera insinuante, casi burlona, como si dudara de que esa fuera la respuesta.

El rostro de Bell se tintó de un fuerte color rojo, aún no estaba acostumbrado a la palabra "novia".

-Oh... interesante-Fue el comentario del mismo dios, al percibir la reacción del interrogado.

-S-Sí, es mi pareja, desde hace un par de semanas, no puedo dejar de pensar en ella al estar en esta situación-Respondió el muchacho, con tranquilidad aunque con su sonrojo todavía.

-¿Y eso? ¿Tienen algún plan cuando vuelvas?-Arrojó la pregunta Welf, extrañado por ello.

-Oh, cierto, no les dije, le prometí a Eina que tendríamos una cita este fin de semana, el cual es mañana, quiero mantener mi promesa. Muy probablemente cuando volvamos ella me regañará efusivamente por haberme metido en problemas nuevamente, se enojará y arrugará su ceño, al igual que su nariz, mientras su mirada se agudiza, sus lentes se asentarán un poco más abajo de donde deberían estar y una pequeña vena se marcará en su frente por la misma furia, me amenazará con aumentar el tiempo de las sesiones de estudio del calabozo, sin embargo, cuando ella logre descargar toda su preocupación, será nuevamente esa dulce y tierna chica que sale a relucir cuando su corazón está en calma, cuando está conmigo. No deseo hacerla preocupar, tampoco hacerla llorar, quiero que sepa que siempre estaré con ella y que sin importar el muro a cruzar o la prueba que se interponga en mi camino, siempre regresaré a su lado. Le juré no hacerla llorar nuevamente y tengo pensado cumplirlo-Fue la larga respuesta de Bell, mientras su sonrisa crecía aún más y que, al mismo tiempo, por su mente pasaban los recuerdos e imágenes de Eina guardadas en lo más profundo de su cerebro y corazón. Recordando los regaños, la cita, los sonrojos, los momentos en que se comportaban más cariñosos que una pareja de muchos años.

 Recordando los regaños, la cita, los sonrojos, los momentos en que se comportaban más cariñosos que una pareja de muchos años

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