-Te amo. Mi niño-Concluyó. Lágrimas caían desde arriba e impactaban en el fino y blanco cutis del conejo blanco.
Sintió una especie de punzada en el pecho tras aquello.
-Debo irme. Pero siempre estaré contigo. Cuidándote, observándote y sobre todo... Apoyándote-Dijo la mujer, separándose de él.
El cabello plateado, único rasgo percibido a simple vista, se ondeó al voltear y, antes de que la fémina de desmaterializara, dos luces, que se asemejaban a ojos, brillaron.
Luces de color verde y plateado...
-Tienes los ojos escarlata de tu padre-Finalizó.
De repente Bell se despertó, encontrándose en el mundo real, y de su boca, con dificultad, salió una única palabra.
-¿Mamá...?-
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.En el capítulo actual.
El joven conejo yacía recostado en la cama de su pareja, entre las suaves y delgadas sábanas que cubrían delicadamente su cuerpo hasta la zona del cuello.
La cabeza le dolía y se sentía extremadamente cansado. Obviando dichos detalles podemos concluir que está en buenas condiciones teniendo en cuenta que hace poco se enfrentó a un juego de guerra y, a su vez, le plantó cara a una "Criatura", terminando en victoria para el peliblanco.
Deslizó el cuerpo e inclinó la espalda hacia adelante, sentándose.
-Ugh...-El quejido salió de su boca mientras fruncía el ceño.
Se agarró la frente y empleando la yema de los dedos la frotó.
Sentía que le reventaría en cualquier momento.
-¿Qué pasó? ¿En dónde estoy? Solo recuerdo haberme desmayado en los brazos de Eina-Se cuestionó un centenar de cosas pero únicamente esas dos preguntas salieron de sí.
Suspiró pesadamente, cerrando los ojos y recargando la nuca en la fría pared.
Lentamente movió el dedo índice y medio al centro de su frente y frotó cuidadosamente.
-¿Fue un sueño...?-Preguntó.
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¿Está mal enamorarse de un aventurero?
FanfictionLa historia comienza desde que Bell llega a Orario, conociendo a la bella semi-elfo Eina Tulle, los sucesos que se desencadenarán desde aquel momento, no se los esperaban ni ella ni el propio Bell. ¿Lograrán romper ese dicho de "No debes relacionart...