JoelOtra semana ha transcurrido desde que esa mañana Zabdiel me dejó parado como idiota y se fue detrás del frentes, al comienzo me enojé y quise ir a gritarle por priorizar a ese imbécil albino pero con el paso de los días y las recurrentes llamadas telefónicas entre nosotros, supe que si le gustaba el chico y que estaba manteniendo también contacto con él. Una parte de mí sintió alivio pues era la confirmación de que ninguno de los dos estaba interesado en Erick y eso era lo único que me importaba sin embargo también me alegré por Zabdiel, desde su fallida relación anterior, no lo había vuelto a sentir así de emocionado aunque debía reconocer que el carácter de ese frentes, era bastante insoportable para mi gusto.
Ahora estaba alistándome para salir, no había vuelto a poner un pie en la calle desde la noche en que amanecí con aquella morena, la noche en que bebí tanto y tan incansablemente que terminé explotando como un gran idiota. El destino de hoy era ese mismo bar, Richard fue quien nos motivó para que pasáramos un rato y a pesar de que me negué al principio, terminé accediendo. No había visto más a Erick y aunque me moría por hacerlo, comencé a practicar técnicas de relajación mental para que su ausencia no me comiera vivo, a fin de cuentas el chico me odiaba y hasta cierto punto lo entendía, yo me había desquitado cada frustación y enojo con él y lo había humillado bastantes veces.
-¿A dónde vas Joel? -No esperaba la pregunta y definitivamente no esperaba la cara de asombro de mi padre al hacerla, supongo que ha notado que ni siquiera salgo de mi habitación desde que Erick llegó a vivir con nosotros.
-Hola papá, voy con Rich y Zab un rato al bar de siempre.
-Me alegra saber que lo haces, no me gusta sentirte mal y se que no vas a contarme que te pasa, tampoco voy a cuestionarlo pero soy tu papá y te conozco. Solo quiero que sepas que estaré para tí si decides contarme. Ahora ve a divertirte y por favor no manejes si vas a beber.
-Gracias... Yo... Bueno, nos vemos.
Salí de ahí con una sensación extraña arremolinándose en mi pecho, las palabras de mi padre me tomaron desprevenido y no por el hecho de escucharlo decir que puedo contar con él, eso ya lo sabía pero algo en su tono se escuchaba sumamente preocupado, casi compasivo, como si tuviera idea clara de lo que estaba sucediendo en mi atormentado cerebro y destruído corazón. Pedí el taxi y le entregué la dirección al amable señor que conducía y pasé todo el viaje dándole vueltas al mismo asunto, sin poder sacar de mi mente las palabras de papá y su rostro comprensivo mientras hablaba. ¿Será que de alguna forma ya se ha enterado?
-Joven, hemos llegado. -Iba tan sumido en mis pensamientos que no pude percatarme antes, el taxista me miraba con una sonrisa pequeña mientras yo salía de la burbuja de pensamientos que me comían las neuronas.
-Muchas gracias señor, quédese con el cambio. Buenas noches.
Hablé mientras sonreía de vuelta y bajaba del auto, al parecer estaba bastante idiota porque sentía mi cuerpo y mi cabeza desconectados de la tierra. Entré al bar con toda la calma del mundo, recibiendo de golpe el sonido de la música y parpadeando cuando las luces de colores hicieron presencia en mis pupilas. En otro momento habría estado animado, listo para buscar entre la multitud cualquier rastro de una posible presa en la que desahogaría mis fluidos al final de la noche pero justo ahora, solo sentía un vacío creciente abrirse paso en mi pecho, recordando que acá comenzó todo y lamentando el hecho de que no ha mejorado absolutamente nada en cuanto a Erick respecta.
-¡Hey Joel! -Suspiro al tratar de eliminar los malos pensamientos que me recorren y dirijo mis pasos a donde están Zabdiel y Richard sentados, hago una mueca imposible de controlar cuando distingo a dos mujeres que jamás he visto antes pero trato de no ser demasiado evidente.
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Walls ll Joerick
FanfictionLas paredes que nos separan de nuestra felicidad, no son solo de ladrillos.