JoelDespués de aquellas palabras, Erick no me permitió seguir hablando, no quiso tampoco ser él quien siguiera con esa conversación y muy a pesar de querer saber hasta el mínimo detalle de la mentira que Christopher me había dicho, salí de su habitación dejando que tuviera espacio. La cabeza me daba vueltas en todas las direcciones, el dolor latente en mi pecho seguía ahí comiéndome vivo, él estaba de regreso, estaba de regreso con una pancita que llevaba a mi bebé, nuestro bebé y yo no sabía ni siquiera como debía reaccionar.
-¿Joel? ¿Estás bien? -Fue Daysi quien me habló con tono de voz preocupado, alcé los ojos para ver los suyos, tan parecidos a los de Erick, mirarme con pena.
-No. -Admití mientras entraba a mi habitación, quería llorar, necesitaba soltar todo el dolor que llevaba conmigo y ya no me importaba si todos se enteraban de lo mal que estaba.
-¡Ay mi niño! No te pongas así, tranquilo, todo va a pasar.
Sentí sus manos abrazar mi cuerpo, fue extraño, dado que era la primera vez que teníamos un encuentro así de cercano pero me permití desahogarme en los brazos de la persona que le dió la vida a Erick. Las lágrimas salían veloces y crueles de mis ojos mientras ella dejaba caricias reconfortantes en mi espalda, era tan extraña la situación pero no podía moverme, no podía hacer más que dejar que todo saliera de mí, que la tristeza y la pena llegaran a su nivel más alto, que los sentimientos encontrados que estaba teniendo justo ahora, desbordaran sin tapujos y ahí, arropado por las manos cálidas de mi ex suegra, en el suelo alfombrado de mi habitación, dejé que mi corazón se abriera dolorosamente.
-Daysi yo...
-No te castigues más, no te hagas más daño.
-Yo soy...yo le hice daño. -Lloré a sangre viva, el recuerdo de esa mañana en que me dejó por culpa de un error jodidamente insignificante y estúpido, me golpea una y otra vez sin remordimientos. Merezco todo esto, merezco quedarme solo y vacío, merezco que me odie.
-Yo se...ya se lo que pasó pero no te culpes más. -Ella trataba de confortarme con algo en lo que yo no merecía ser reconfortado, no debería estar aquí conmigo, yo no era su hijo, yo no era la víctima.
-Es mi culpa, yo hice esto. -La miré a los ojos aún en el suelo, ella me devolvía la mirada con paciencia, con bondad, con cautela y con esperanza. No debería, no era justo para Erick que su madre me apoyara así. -Creo que...mejor ve co él, te necesita y yo...
-Shhh, no digas más. Erick es mi hijo, lo que más amo en la vida y obviamente voy a estar cuando me necesite pero llevo meses viendo como te apagas lentamente y aunque estoy muy molesta porque lo engañaste, me queda claro que no fue tu intención lastimarlo, te he visto llorar más veces de las que te imaginas y se que realmente estás arrepentido.
-¿Qué?
-No voy a justificar jamás una infidelidad y realmente si él nunca te perdona, voy a estar de su lado y apoyaré su elección pero se que lo amas, lo demostraste siempre y lo hiciste feliz. Mi hijo volvió a brillar cuando te conoció, es un niño roto, con un pasado difícil, su corazón está marcado por un acto repugante. -Ella hace una pausa y sacude su cabeza, se de lo que habla y entiendo perfectamente por que le duele tanto sin embargo espero que pueda seguir. -El hecho es que nunca lo vi tan vivo y completo como cuando estaba contigo y eso te lo tengo que agradecer siempre. Mi hijo te ama, si no lo hiciera no habría vuelto pero dañaste su confianza y estuviste con otra persona, es obvio que no quería verte más. Yo no entendía por que se había ido a tan solo días de la boda, después lo supe y el resto ya lo sabes.
-Daysi...
-Espera...yo tampoco sabía lo del bebé, yo no...no sabía que mi pequeño...¡Oh Dios! Todos estos meses sin saber que... sin poder...-Sus lágrimas solo se incrementaron y su dolor se trasmitió a mi pecho, entendía perfectamente su tristeza porque yo estaba sintiendo la misma. -No sabía que cargaba con algo tan importante, debí saber, debí estar ahí para cuidarlo.
-No es tu culpa, es mía, por mi culpa es que se fue, yo fui quien...
-Si...es tu culpa que se fuera pero también es de él por no confiar en mí. -Tragó en seco un momento y supuse que estaba tratando de no decir palabras duras porque a fin de cuentas, también tenía derecho de enojarse. -Pero ya...no quiero buscar culpables, solo...solo quiero que sepas que también estoy para tí, se cuanto has sufrido y cuanto te arrepientes, se que siempre quisiste un bebé y ahora...ahora se hará realidad. -Sonrió un poco y tomó mi mejilla, un acto reconfortante y maternal. -Creo que él necesita tiempo, necesita sanar y confiar otra vez pero se que no ha dejado de amarte. No pierdas la oportunidad de hacer las cosas bien esta vez, a fin de cuentas, también es tu hijo ese que lleva en su vientre y Erick nunca te lo negaría.
-Yo lo amo, Daysi, yo...yo...
-Entonces demuéstraselo, si lo amas como dices y como pienso que haces, enséñale a él.
Me sonrió otra vez, tan cálida y dolida, con sus ojos verdes también marchitos pero tenía razón, tenía razón y yo necesitaba agradecerle. La abracé con fuerza, tratando de hacerle entender lo mucho que había significado esta conversación y me alivié enormemente cuando devolvió el abrazo maternal. Cuando nos separamos, ella solo caminó a la puerta y cerró suavemente después de salir. Quedé un rato más en el suelo, mi corazón latía como un caballo a todo galope y la reciente conversación rondaba constantemente mi cabeza. Había una esperanza, Daysi me había dado una esperanza que yo creía inexistente y eso me bastaba para intentarlo.
-Gracias.
Susurré a la nada mientras lloraba un poco más, estaba muy dolido y el corazón se me exprimía en el pecho, habían pasado varios meses horribles que hicieron caos en mí. No creí que lo volvería a ver jamás, en mi mente solo estaban las palabras de Christopher diciendo que Erick tenía a otra persona, me destruyó, él me destruyó y aunque estaba muy enojado ahora mismo, entendía que solo lo hizo para proteger a su amigo, a fin de cuentas fui yo quien fue infiel, fui yo quien lo alejó, fui yo quien falló pero ya no más, ahora tenía un motivo para aferrarme a la tarea de buscar su perdón, tenía un hijo y la pequeña creencia de que aún me amaba.
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Walls ll Joerick
FanfictionLas paredes que nos separan de nuestra felicidad, no son solo de ladrillos.