Una mentira causa un giro inesperado en la vida de Lena Luthor una jóven mujer que vive su vida alejada de todos a su manera, tras ese suceso está abandona su hogar y regresa a Ciudad Nacional con el objetivo de arreglarlo todo pero nuevamente se ve...
La puerta de la alcoba se abrió dejando entrar a una rubia que traía con mucha tranquilidad una bandeja grande repleta de comida, la cena.
Lena:- No comeré nada.-Dijo seriamente la azabache sentada en la cama.-Llévatelo.
Kara:- Si no comes morirás de hambre y no tienes permitido tal cosa así que deberás comer ya sea por la buena o por la mala.
Lena:- ¿Quién crees que eres?
Kara:- No me creo soy tu dueña, así que levántate y come.-La ojiverde con toda la rabia del mundo se agunto las inmensas ganas de llorar y se levantó de mala gana pero no precisamente para comer ya que una vez de pie tiró la bandeja al suelo.-Pero qué haces.-Gritó furiosa la ojiazul.
Lena:- Prefiero morir de hambre antes que obedecerte.
Kara:- No morirás, no te lo pienso permitir Lena eres mía y no me dejarás.
Lena:- Yo no soy tuya nunca lo seré lo escuchas nunca.-grito pero no puedo hacer más ya que los labios de Kara se habían apoderado a la fuerza de los suyos, la joven con mucha facilidad la llevó a la cama donde la arrojó sin dejar un sólo segundo de probar el sabor de los labios de Lena.-Déjame-Dijo al liberarse de aquel beso que había correspondido.
Kara:- Yo te dejaré cuando se me dé la gana.-la miro a los ojos mientras su cuerpo impedía cualquier movimiento de la mayor.-Eres más bella de lo que piensas o puedes imaginarte Lena-acarició su mejilla.-Ya no busques luchar contra mi mejor acompáñame a un lugar.
Lena:- No iré contigo a ningún lado.
Kara:- Como quieras.-Se levantó de enzima se paro de la cama para después tomarla de su cintura para levantarla sin mayor inconveniente del colchón.-Ya Lena no seas una niña.-Dijo casi molesta la rubia ya que su acompañante no dejaba de patalear ni de gritar y podía jurar que eso sonaba en toda la mansión.
Camino por un largo pasillo hasta que por fin llegó al lugar que quería el gran salón era una copia exacta de su palacio favorito.
Ya dentro bajo a la prisionera que admiro todo el lugar.
Kara:- ¿Te gusta? -Preguntó en un tono bajo que llamó la atención de Lena quién la miró seriamente y asintió sin más.-Quiero que bailes conmigo o si lo deseas sola pero debes quitarte la ropa.-Kara pudo jurar que escuchó el cuello de su acompañante sonar por lo rápido que volteo a verla con un rostro enrojecido
Días después...
La muerte de Clark fue algo esperable que no hirió en ningún sentido a Kara ya que muy en el fondo siempre quiso verlo así.
Él le había robado lo que por derecho le pertenecía ahora sin su existencia todos la verían como un Dios que los salvaría y aunque al principio parecía imposible con la ayuda de los medios en especial de Catco eso ocurrió la mayoría aceptó a Supergirl como la heroína de Ciudad Nacional que desde que apareció hasta en el momento presente, había enviado a más de diez tras las rejas.
Era inimaginable pensar en que un héroe tenía un doble rostro pero así era, ya que mientras salvaba a la ciudad tenía encerrada a Lena y muy bien vigilada para evitar cualquier intento de escape.
¿Mantenía una imágen? Si la misma que siempre, ante sus seres queridos la chica tierna y calmada que ayudaba a todos sin pedir algo a cambio.
¿Pero qué había en su otro yo que hacía imposible que saliera con alguien más que no fuera esa mujer?
¿Qué tan malo podía ser aquel ser que no podía mostrarlo al mundo?
¿Quién era en verdad?
En la familia Luthor todo seguía igual, el luto permanecía y el dolor se iba combatiendo con una lentitud terriblemente hiriente ya que nadie deseaba tocar el tema.
Lionel siguió con sus planes y se fue de viaje, mientras Lillian decidió quedarse en la mansión para ocuparse de su fiesta de aniversario, que sería en un mes por su lado Lex preparaba sus cosas en metrópolis para regresar a Ciudad Nacional lo antes posible con dos motivos de fuerza mayor.
Mansión de Kara.
Narra Kara.
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Verla dormir era algo que me dibujaba una sonrisa en el rostro parecía un ángel pero estaba lejos de serlo, lo sabía muy bien y por eso aún más me encantaba.
Kara:- Despierta amor mío que tengo una sorpresa para ti.-Me acerqué a ella y bese sus labios.-Lena vamos.-la moví un poco pero no reaccionaba.-¿Lena qué tienes?-Toque su frente, Rao, estaba ardiendo por la fiebre.-Te sacaré de aquí Lena.
