Siembras lo que cosechas

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Dos ligeros golpes a la puerta fueron suficientes para que Lana la abriera del otro lado se encontraba Lex, los años por ambos habían pasado sin duda alguna pero aquella parte que en un inicio llamó la atención del otro no, esa escasa sustancia permanecía y tal vez lo haría siempre sin disimular el nerviosismo de la mujer se vio presente cuando está no sólo ninguna palabra, solo quedó allí, estática viendo hasta que la voz de su hijo la devolvió a la realidad cerró la puerta y caminó por el pasillo hasta llegar a las escaleras.

Lex por su parte también había oído a quién era su hijo y como sabía que no sería capaz de afrontar verlo cara a cara volvió al coche y esperó allí, este salió a los minutos camino a la oficina de Jonathan. Tras eso nuevamente salió y tocó la puerta, Lana volvió a abrir y está vez sí le ofreció entrar.

Lex:- Él creció.- Comento rápidamente solo para romper el ambiente tenso creado por la situación.

Lana:- Si, ya dejó de ser aquel bebé.

Lex:- Al final tuviste razón, si se parece a mí.

Lana:- Por desgracia... ¿Qué haces aquí?

Lex:- Vine a pedirte perdón.

Lana:- Ya es tarde para el perdón.

Lex:- Puede ser pero lo creo necesario.

Lana:- Si eso hará que te marches ahora, vete seguro que te he perdonado hace años

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Lana:- Si eso hará que te marches ahora, vete seguro que te he perdonado hace años.

Lex:- Lana... yo no quería que las cosas sucedieran así, éramos jóvenes y...

Lana:- Y tú te aprovechaste de esa situación, éramos jóvenes sí es verdad, pero tú siempre supiste que querías conseguir conmigo y no te importaba que iba a sentir cuando notará que todas las promesas que me diste eran falsas, solo te importaba el número de una más en tu cama.

Lex:- Nunca fuiste una más, eres la mamá de mí hijo.

Lana:- Fue tu hijo en algún momento lejano, ahora como dije solo por desgracia tiene un leve parecido contigo pero no hay más.

Lex:- Él siempre será mí hijo, mío.

Lana:- No fuiste tú el que dijo que el que compartamos la misma sangre en las venas no nos convierte en familia... Bueno Lex, vive con ello como lo has hecho todos estos años.

Lex:- Estoy seguro de que mí hijo si me quiere en su vida.

Lana:- Tu hijo, no te llenes tan arrogantemente la boca llamándolo así cuando no sabes nada acerca de él.- Sonríe con desagrado.- Tu lo perdiste por tus actos, me perdiste a mí y todo lo que ahora ves.- Toma una fotografía.- Su padre se llama Jonatan, su abuela se llama Lois y su familia se compone de esos dos chicos que ves felizmente allí, son sus hermanos. Mí hijo el día que te perdió a ti ganó algo mucho mejor y fue esta vida donde tiene mucho más de lo que mendigaba de ti.

No te irás de aquí hasta que me ames.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora