No te irás de aquí hasta que me ames.

Capítulo diecisiete. 📌

Narrador.

Kara había logrado lo que siempre quiso tener a Lena pero a que costó tan grande frente a ella se encontraba la mujer de la cual ella decía estar profundamente enamorada, pero acaso eso era verdad. Era difícil saberlo, era una gran pregunta, justificar los errores de las personas por lo que han tenido que pasar en la vida era algo innecesario en todo los aspectos ya que en uno siempre estaría la decisión de ser bueno o malo, el amor que juraba ser el más sincero era sólo una mentira y lo sabía como también sabía que sería rechazado siempre mientras viniera acompañado de toda esa oscuridad. Sus acciones eran justificar lo que era y cómo actuaba por lo que había pasado y lo que antes fue un infierno permanentemente en el presente era mucho peor. Lena nunca cedió en nada de lo que deseaba y esa obsesión que deseaba tapar la llevó a vivir en un lugar donde jamás deseó volver a estar en la más profunda y desesperada amargura.
El amor era algo que nunca nacería en esa relación,si las actitudes déspotas se mantenían allí, además de eso por que todo había sido a la fuerza todo había sólo sido decisión de una y eso acabó por hundir cualquier leve esperanza en ese momento, la ojiazul lo negaba pero no podía engañarse de que en verdad fue lo que la llevó a este extremo.

La obsesión.

Lena era hermosa físicamente y eso era todo lo que siempre pudo apreciar, jamás busco saber algo más profundo eligió lo superficial y eso sólo marcó el inicio de una gran barrera.

¿Por qué?

Porque nunca podría buscar o desear conocer algo que nunca le interesó, el amor tiene muchos conceptos y se muestra de manera diferente entre las personas, es algo que pocos logran tener el resto de su vida y es algo con quien también pocos se conforman.

Se sufre en momentos como también se lloran y si eso vale a veces tener al amor de tu vida a tu lado, pero hay algo que siempre debe estar es la curiosidad en conocer a quien así como te puede mostrar el dolor también la felicidad algo que a la heroína más temida, nunca le había nacido y por elección propia.

Los días después de su boda fueron casi iguales a los días anteriores, se pasaba días y noches peleando con la ojiverde.

Quién no dejaba de pelear quién no se rendía por recuperar su libertad, ella buscaba forma tras formas para acercar a la ojiazul al límite a ese borde de la locura que no la hiciera realmente analizar la situación ni tampoco analizarla a ella, todo era un plan calculado que corría un alucinante peligro de cualquier momento terminar muy mal.

Kara:- Yo no quería esto.

Lena:- Querías ser mi esposa, este es el precio soportarlo y vive con el.

Kara:- No quiero, no lo haré.

Lena:- Entonces dame mi libertad.

Kara:- Nunca, eres mía.

Lena:- No soy tuya soy libre y lo sabes.

Kara:- ¿Por qué no puedes amarme? Te estoy dando lo mejor de mi.

Lena:- Porque al hacerlo sería mi condena, perdería lo único que siempre me ha hecho feliz, mi libertad.

Kara:- No lo creo, tienes a alguien más ¿verdad?

Lena:- Por mi piensa lo que quieras Kara.

Había infidelidad, no Lena sólo era sincera y eso dolía, pero bueno eso pasaba cuando te decían la verdad de frente y de la manera más cruda.

Tres meses después de la boda del cual toda la ciudad habló por semana la noticia de que la ahora Ceo de Luthor-Corp estaba embarazada fue algo que causó un revuelo aún más que aquella renuncia pública que hizo Supergirl.

Si la heroína renunció ya que deseaba que alguien más fuera un cambio mejor que el que ella deseaba, y sin duda fue la mejor decisión ya que la población no estaba para nada feliz con ella, Kara Danvers por su parte era la dueña de Catco ya que Cat como regalo se la había heredado por su parte, su vida familiar por otro lado no era buena como la laboral Alex por fin se había librado de todo lo que su hermana le había hecho pagar desde aquel incidente.

Y de había marchado a Metrópolis con Eliza y Maggie con la cual iba a casarse en menos de un mes, no había ningún tipo de contacto entre ambas y su madre había decidido expulsar a Kara de la familia y entre dos círculos tanto el pequeño como el más grande todos estaban conscientes del rechazo.

Fortaleza de la soledad.