Capitulo 7

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A la mañana siguiente, todos se despertaron completamente descansados y listos para enfrentar un nuevo día en ese extraño lugar, comenzando con un delicioso desayuno en el comedor. Mientras observaban a Janson repetir el mismo procedimiento que la noche anterior:

—Alice, Berry, Walt, Edgar, Samantha...

—¿Qué creen que hay tras esa puerta? —susurró Thomas, captando la atención de toda la mesa.

—Aaron.

—Ya hemos tenido esta conversación esta mañana, Thomas —susurró Newt, de la misma manera que Thomas, sin darse cuenta de que Eiden estaba atento a cada palabra. —Me dijiste que los cuerpos estaban cubiertos. Por eso, no sabes lo que viste. ¿Y si era otra cosa?

—Sé lo que vi, Newt. Eran cuerpos.

En ese momento, no solo Eiden había dejado de prestar atención a la voz de Janson para enfocarse en la conversación. Ahora, toda la mesa estaba pendiente de sus palabras, pero eso parecía no importarles. En ese momento, su única familia era ese grupo, y en las familias no hay secretos.

—Aris me dijo que todas las noches llevan a gente nueva.

—¿Y quién demonios es Aris? —preguntó Minho, visiblemente cansado del mismo tema.

Thomas levantó su brazo derecho para señalarlo, pero Eiden fue más rápido, y todos siguieron la dirección de su dedo hasta una mesa donde se encontraba el chico de la capucha azul de la noche anterior. A diferencia de entonces, ahora tenía la cabeza alzada, observando un trozo de bizcocho entre sus manos, como si aún no se hubiera acostumbrado a comerlo.

—Ah, ya sé quién es. El larcho del laberinto de chicas.

—¿En serio te acuerdas de él por eso? —reprochó Eiden a Minho.

—Bueno, es un larcho con suerte... —Pero Minho se detuvo abruptamente al recordar la escena de la noche anterior. —Pero no es tan afortunado como yo.

—Y, para terminar, ¡Davis! —Janson nombró al último chico. —¡Gracias por vuestra atención! Disfruten del resto del día.

—Oye, Thomas. Hasta que no estemos seguros de lo que realmente está pasando, tenemos que ser lo más discretos posible.

Newt estaba hablando con Thomas, sí, pero este miraba fijamente a los guardias que acompañaban al grupo mencionado por Janson. Más que a los guardias, observaba la tarjeta con la que abrían la puerta.

—¿Entendido?

Thomas se levantó de golpe de la mesa y, a paso rápido, se dirigió hacia el grupo que estaba saliendo.

—¿Qué está haciendo?

—Llamando la atención, supongo. —Dijo Fritanga, observándolo al igual que todos.

—Tal vez tenga un plan, ¿no? —intervino Eiden, quien también veía la espalda de Thomas avanzando hacia la puerta. —Thomas siempre tiene un plan.

—Un plan poco inteligente. Como el resto.

—Al menos piensa en cómo escapar de aquí. No como tú, que solo piensas en las comodidades de este lugar y, al igual que el estúpido ganado, crees que estás en un lugar seguro. Pero en realidad, solo te estás alimentando para llevarte al matadero.

—Vaya, parece que el pequeño Eiden tiene más confianza ahora que tiene a su perro detrás. —Dijo Newt mordazmente. —Yo solo soy realista, a diferencia de ti. No puedes vivir siempre en un maldito mundo de fantasía.

—¿Crees que mi vida es una fantasía? ¿Acaso solo tú puedes sufrir? Por si no te has dado cuenta, ¡todos los que estamos aquí tenemos una vida de mierda! —Eiden le plantaba cara a Newt, sorprendiendo a Minho y al resto. —¡No es mi culpa que hayas perdido la esperanza!

Enigma de corazones ( Minho Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora