Capitulo 21

72 10 12
                                    

Eiden, todavía tambaleándose y con un fuerte dolor de cabeza por el golpe que había recibido, se incorporó lentamente del suelo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Eiden, todavía tambaleándose y con un fuerte dolor de cabeza por el golpe que había recibido, se incorporó lentamente del suelo. Los ojos de todos se posaron en él cuando la doctora lo señaló, y la incomodidad de estar en el centro de atención lo invadió. Se apartó un poco de Minho, buscando espacio para respirar. La tensión en el aire era palpable, y Eiden, atrapado en el caos desatado por Brenda, no sabía qué decir ni que hacer.

La mirada fría de la doctora lo mantenía en vilo, aumentando su inseguridad. Eiden trató de concentrarse, tratando de calmar el ritmo acelerado de su corazón y la confusión que lo envolvía. Finalmente, sintió la necesidad de romper el silencio.

—¿ Cómo es posible que Thomas y yo nos conociéramos y no lo supiéramos? - preguntó, buscando respuestas en el rostro serio de la doctora.

 La doctora suspiró antes de responder.

—No tengo todas las respuestas, Eiden. Pero lo que sé es que Thomas quería ayudarte, incluso antes de que supiéramos quién eras realmente.

Eiden frunció el ceño, tratando de recordar cualquier indicio de su pasado que pudiera relacionarlo con Thomas, pero no encontró nada.  

—¿Y por qué me ayudaría? ¿Qué tiene que ver conmigo?

—Esa es una pregunta que solo Thomas puede responder. Pero parece que, de alguna manera, eras importante para él.

 Sin decir nada más la doctora, con una expresión resoluta, se giró hacia Thomas y Brenda, y junto a los dos hombres que custodiaban a Brenda, se adentraron en una de las tiendas verdes.

Y Eiden se quedó allí, de rodillas en el suelo, incapaz de moverse por el impacto de la noticia.

Minho observó a Eiden con preocupación mientras la doctora y Thomas se metían en la tienda. Sabía que el rubio estaba claramente perturbado. Sin perder tiempo, se acercó a él y lo ayudó a ponerse de pie.

—Vamos, Eiden —dijo Minho con una firmeza suave —. Necesitamos ir a la tienda. Vince dice que nos va a dar algo de ropa de abrigo.  

Eiden asintió con la cabeza, todavía aturdido. Minho lo guio, casi arrastrándolo, hasta una tienda cercana que parecía ser un almacén improvisado. Vince los esperaba a la entrada.

 —Entrad y coged algo que os sirva —indicó Vince, con la mandíbula tensa—. La noche será fría.

Dentro de la tienda, los estantes estaban desordenados, la ropa dispersa por el suelo. Minho empezó a seleccionar chaquetas y abrigos, mientras Eiden, ausente, apenas prestaba atención. Su mente seguía atrapada en la conversación anterior.

—¿Todo bien? —preguntó Minho, observando la expresión perdida de Eiden.

—Sí, solo... necesito pensar.

Minho asintió, respetando su espacio. Después de elegir la ropa, siguieron a Fritanga hasta otra tienda más pequeña, mejor organizada y más acogedora con unprobador al fondo.Eiden se probo una chaqueta y se miró en el espejo,pero su mente estaba en otro lugar. Minho y Fritanga esperaron fuera mientras Eiden se cambiaba.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 20 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Enigma de corazones ( Minho Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora