Capitulo 3

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Gianna Bianco se paro frente a mi, sus pensamientos torciéndose en saludarme o morderme. Eran confusos, una lluvia de ideas sobre como atraerme a un rincón para alimentarse y como luego borrar mis recuerdos. El lado racional no parecía estar activado en este momento.

Mis instintos me decían que huyera. Da media vuelta y corre. Pero eso solo atraería su instinto cazador y no soy rival para un vampiro centenario. 

—Hola ¿eres nueva?.

Gianna se acerco a mi con una sonrisa deslumbrante que me hizo dudar sobre mi heterosexualidad. Sin embargo, sus pensamientos hambrientos y planes de como beber mi sangre eran lo suficientemente fuertes para sacarme del encanto vampiresco.

—No lo soy.

Quizás si me demuestro reacia a ella, me deje en paz y busque otra victima.

—¿De veras? Es la primera ves que te veo. Soy Gianna ¿y tu?.

—Ninette.

Mi nombre salió de mi boca antes de que pudiera darme cuenta. Un aroma dulce y tentador me envolvió como las cuerdas de una enredadera a un viejo árbol. Estoy consiente de como me esta hechizando, pero eso no puede evitar los efectos en mi. Y yo que creía que mi mente era fuerte.

Gianna se acerco hasta que solo unos centímetros nos separaban. Alzo su mano y acaricio un mechón rebelde de mi cabello, lo acomoda detrás de mi oreja y aprovecho para acariciar mi rostro con coquetería. Me estremecí por la increíble dulzura del acto, pero el miedo fue mas fuerte. Di un paso atrás, parpadeando mientras el olor de quimios de limpieza típico de la escuela me ayudo a mantenerme cuerda.

—Perdona, es que eres muy bonita Ninette. Tienes un cabello precioso.

La vampiresa volvió a alzar la mano para tocarme, afianzando su hechizo sobre mi. El pánico y el terror acelerando el ritmo de mi corazón. Cuando otro pensamiento llego a mis oídos.

'Huelo miedo y a vampiro. Mierda.'

—Tengo que irme— Hable de inmediato en cuanto me di cuenta de quien era el que venia hacia nosotras. Si empezaba un enfrentamiento entre ambos, no hay posibilidades de que salga ilesa. Debo irme ahora.

Apreté los puños, clavándome las uñas en las palmas. Ignore la sed abrasadora que gritaba la mente de Gianna y camine hacia atrás, tropezando con mis propios pies.

—¿Por que te vas? ¡Cuidado!

Gianna se acerco para atajar mi caída, pero un cuerpo enrome se interpuso entre la vampira y yo. Mi trasero beso el suelo. Mierda, llego demasiado rapido. Apenas fue un destello.

Aproveche la confusión del momento y me puse de pie, lista para correr.

'Llegue a tiempo, no le hizo nada'

'Maldición, este asqueroso perro se interpuso. Mi desayuno...'

No me despedí, considero que la situación no lo ameritaba. Salí corriendo como alma que persigue el diablo de ese pasillo infestado de criaturas sobrenaturales.

***

Llegada la hora del almuerzo, tome mi lonchera con mis famosos sándwiches de tocino y huevo, una pesadilla para las modelos, pero una delicia grasosa al fin. Almuerzo en mano, evite el comedor con la mayor concentración de ruidos, charlas en voz altas y secretos susurrados. Las mentes de los adolescentes son mas conspirativas y retorcidas que la de los políticos, y lo digo con razón. 

Me escabullí por el campo de futbol hasta el bosque donde me esperaba mi árbol. Si, literalmente escribí mi nombre en el árbol para que nadie lo ocupara, una medida preventiva en caso de que una parejita extraviada se le ocurriera entrar en mi territorio y usurpar mi lugar especial. 

Mente_En pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora