Para mi horror, no fue Abu quien me vino a buscar cuando me dieron el alta.
Mis progenitores estaban de pie frente al mostrador conversando seriamente con la enfermera, pagando los gastos de mi hospitalización.
Mis padres podrían pasar tranquilamente como hermanos, lo cual es muy raro. Ambos tiene el cabello rubio claro y ojos azules. Cuando apareció frente a ellos, mi madre me miro incomoda, sus ojos temerosos esquivando los míos. Por otro lado, padre fue menos obvio con su rechazo y me sonrió como un político sonriendo a las masas.
Falso.
—¿Te sientes mejor?— pregunto el donante de esperma.
'No me habrían dado el alta sino fuera así' quise contestar. Pero me contuve y solo hable con un monosílabo.
—Si.
La donante de óvulos, la que me cargo por nueve meses en su estomago y luego me rechazo como si fuera un monstruo, dibujo una sonrisa torcida en su rostro y me indico que la siguiera. Obedecí, esperando que afuera estuviera la abuela. Esperanzas en vano, porque se que hay afuera solo estaban los autos de ambos. Y que ninguno de ellos quiere que me suba.
¿Por que vinieron, entonces?
Madre estaba cantando el himno, en un modo desesperado para evitar que leyera sus pensamientos. Padre estaba concentrado innecesariamente en cálculos sobre gastos médicos y comparando preciosos con no-se que del mercado.
Una vez llegamos al estacionamiento, nos detuvimos los tres frente a los autos sin saber que hacer. Mis progenitores se miraron confundidos y yo solo contuve las ganas de bufar y mandarlos al diablo.
—¿Dónde esta la abuela?¿Por que vinieron los dos?— pregunte.
Ante una pregunta directa, ya no pudieron hacer cosas absurdas para evitar que leyera sus mentes. Las respuestas vinieron de inmediato a mi antes de que las exteriorizaran.
'Yo no quise venir, si Jasha no hubiera insistido tanto no estaría aquí.' pensó ella.
'Madre esta demasiado mayor para cuidar de una adolescente, además de que vive muy lejos para que crezcas bien. Quiere que te mudes mas cerca de la ciudad y de tus amigos, si es que tienes amigos. Además, Joel insiste en que es muy injusto que te alejemos... tiene razón, pero...'
Abrieron la boca sin saber por donde empezar o que decir, así que sin preocuparme por como me vieran, decidí contestar sus pensamientos directamente. Atormentarlos un poco... es demasiado tentador.
—No quiero dejar a la abuela. Puede que sea mayor para cuidarme, pero yo ya soy lo suficientemente mayor para cuidarme a mi misma y a ella. No pienso mudarme mas cerca de la ciudad. Dile a Joel que deje de ser tan hipócrita, y de paso tu también deja de serlo. No te va el rollo de político— hable mirando fijamente sin parpadea a mi padre. Este retrocedió dos pasos asustado, una mueca incomoda se instalo en su rostro al notar su propia reacción ridícula. Rodé los ojos, esta vez fijándome en mi "amada" madre.
—Si no quieres venir, no lo hagas. Me odias tanto que el sentimiento es reciproco. Asi que abstente de aparecer ante mi, yo hare lo mismo ¿hecho?— sonreí, cada centímetro de mi cara cargado de perfundo desdén y sarcasmo.
Aunque eh dicho que los trato como extraños, me e dado cuenta que no puedo. Es verdad, los conozco tan poco que bien podrían ser extraños. Sin embargo, deberían ser mis padres, pero no lo son. Me abandonaron y me excluyeron, tratándome como un monstruo. No puedo evitar sentir desdén hacia ellos.
—No se molesten en alcanzarme, regresare sola.
Y dicho eso, les di la espalda y deje el estacionamiento. Unos minutos después el hospital había desaparecido de mi vista.
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Mente_En pausa
FantasyDe principio, ser un adolescente no es fácil. Pero la vida se vuelve un infierno cuando puedes leer la mente. Nacer con esta "habilidad" me llevo al asilamiento de mi familia, al punto en que mis padres me enviaron a vivir a la casa de mi abuela...