Capitulo 19

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Ir a la escuela se siente diferente esta vez. Quizás porque ahora se lo que soy y se que hay mas como yo. Quizás porque hay algo mas importante que aprobar las clases entendiendo solo la mitad del material. O quizás ahora que soy consiente del peligro que conlleva ser lo que soy hace que la escuela se vea diferente. También pueden ser todas esas razones juntas. Pero la escuela se siente diferente, no sabría explicar el modo exacto solo...se siente...ajeno. Como si los estudiantes y yo vibráramos en secuencias diferentes. Siempre lo hicimos, ellos son normales-al menos la mayoría-y yo soy telepata. Pero la distancia se siente mas ahora.

No son ellos los que tienen un grupo de desquiciados deseando comerse su cerebro. Y no son ellos los que se unieron a la causa suicida de cazar a los desquiciados.

La manipulación de Mar y Ezra funciono mas que bien. Pero tal como le dije a Ezra, no voy a ser participe del punto final. Ayudare en localizar y dar una cara o nombre a nuestros eternos perseguidores. Y eso es todo lo que are.

Empezando hoy. Esta misma tarde, al culmino del horario escolar. Ezra me llevara a mi peor pesadilla: un centro comercial, el único de la ciudad.

El timbre del primer llamado me saco de mis pensamientos, obligándome a concentrarme en el presente. Recupere mis sentidos y me apresure a llegar a mi casillero donde me espera los materiales para mi primera clase. Llegue a la caja de metal con mi nombre y coloque la contraseña del candado. Abrí la puerta con un chirrido de las bisagras oxidadas y rebusque en el interior hasta que hallé el libro de química y mi cuaderno con apuntes de la materia, el cual esta casi impecable a excepción de las tres primeras hojas del principio y unos garabatos en la ultima hoja.

Pensando en química, recordé las ranas que tuvimos que diseccionar el año anterior. Y de alguna forma el hilo de pensamiento me llevo a la cocina del antiguo apartamento de Mar y lo que quedo de su prometido.

—Ah—suspire, frotando mis cienes, sintiendo el inicio de una fuerte jaqueca.

A veces mi mente es lo suficiente ruidosa por si sola sin necesidad de ayuda externa.

El timbre del segundo llamado retumbo con agudeza por los pasillos y los alumnos rezagados como yo se apresuraron a llegar a tiempo a sus respectivas clases. Corrí al laboratorio donde imparten química y llegue a tiempo para sentarme en una ubicación promedio. Ni muy atrás ni incómodamente adelante.

Levi se sentó a mi lado. Me saludo con una sonrisa y estuvo a punto de empezar una conversación cuando llego la profesora a salvarme.

Curve mis labios en una sonrisa rara y centre mi atención en la pizarra y el balbuceo de la vieja señora. No es como si escuchara algo realmente, mi compañero me distrae con su perorata mental.

'Debería invitarla al cine. El viernes. O el sábado ¿Quizás prefiera el domingo? ¿Si no le gusta el cine?¿debería llevarla a un restauran?' Divago.

Primero debería averiguar si estoy interesada.

Hubo un tiempo, cuando era pequeña y mis hormonas despertaban por primera vez, en el que tuve un enamoramiento infantil y Levi era el protagonista de mis sueños románticos. Dibuje en mi cabeza un romance entre ambos y me imagine acariciando el pelaje cálido y suave de su lobo. Mi atención estaba todo el día en el, así que sabia cosas que no debía saber, cosas que me llevaron a curar mi enamoramiento y darme cuenta que seria imposible para mi vivir un romance. Si en aquellos dias Levi se hubiera sentado a mi lado y divagado sobre invitarme a salir habría aceptado de inmediato con una sonrisa en la cara.

Levi llego muy tarde.

El sonido del timbre interrumpió el discurso de la profesora sobre equilibrio químico. Conociendo las intenciones de mi compañero de banco, barrí mi mesa y deje caer todas mis cosas en mi bolso. Me puse de pie y corrí afuera cerrando el cierre al mismo tiempo. Pero mi arriesgada huida no surtió efecto en el lobo. Levi me atrapo a tres pasos de la puerta.

—¡Nine!—me llamo y cuando mi apodo salió de sus labios me fue imposible ignorarlo sin ser extremadamente grosera.

Detuve mis pasos. Respire hondo y di media vuelta, encontrando al hombre lobo a centímetros de mi.

—¿Necesitas algo?

—En realidad yo...—Levi sonrió torpemente, rasco su cabello con nerviosismo—¿Te gustaría ir al cine este sábado... conmigo?

—No puedo, estoy ocupada—mentí sin parpadear.

Lo vi titubear, pero mi negativa solo alimento su espíritu de lucha.

—¿Y el viernes?—me miro con ojos de cachorrito.

—No creo...—busque la manera de decirlo sin dañar su ego, demasiado, o ofenderlo. Pero antes de que una negación amable se formara en mi mente, un brazo me rodeo los hombros y me empujo contra un pecho masculino.

Casi grite de la sorpresa y el miedo. No oí llegar a nadie. No oí Ezra.

La mano de Ezra apretó ligeramente mi hombro, empujándome mas cerca de su cuerpo. Un aroma a lavanda me acaricio, un perfume que me encanto. Seguro presentamos una imagen ambigua y por la manera en que Levi nos mira , capto el mensaje equivocado pero el que Ezra quiere dar. Ezra sonrió con sorna, sus ojos se achicaron y un hoyuelo apareció en sus mejillas, tuve el infantil deseo de pincharle. El pecho de Ezra vibro cuando hablo:

—Lo siento—se disculpo Ezra sin sentirlo en absoluto y era muy obvio en su tono—pero Ninette ya tiene planes todo el fin de semana, y la próxima semana y el resto del año.

—Ya...disculpa Nine, no sabia—Levi nos miro ocultando sus emociones, lo que convirtió su rostro en una piedra, pero sus pensamientos no me engañan. Esta ofendido.

Sonreí a medias como disculpa. Levi asiente y se va. Cuando ya no ocupa mi rango de visión me permito liberar todo el aire contenido en mis pulmones.

—Ah...—suspire, liberándome del medio abrazo de Ezra. Su aroma particular se pego a mi y ahora huelo a lavanda y limón—gracias por eso.

—No mentí—El Ezra que conocí regreso, el chico con ojos vacíos y pensamientos misteriosos—tenemos planes, aunque no es lo que tu chico imagina.

—No es mi chico—espete, demasiado brusca—¿Para todo el fin de semana?—cuestione.

—Da igual si lo es o no. Y si, para todo los dias hasta que hallamos encontrado a todos los cazadores. Empezando por hoy, te veo a las 5 en la avenida Seven.

Dicho eso Ezra se fue. Quede sola en un pasillo solitario. Suspire otra vez. Y yo que por un momento creí que me habia ayudado por el simple hecho de ayudar. No saber lo que cruza por su cabeza es desesperante.

Y es justo lo que yo quería conocer.

Mente_En pausaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora