Hace unos minutos, una mano se cerraba sobre mi muñeca y me obligo a caminar lejos de cualquier lugar donde pudiera pedir ayuda.
En el bosque, me soltó. Creí, como una estúpida, que me dejaría ir. Pero, si esa hubiera sido su intención no me habría arrastrado a un lugar tan apartado.
Entonces, me empujaron y mi cuerpo se estrello contra un árbol de tronco grueso. Y esa mano se cerro alrededor de mi garganta y apretó. Inútilmente, rasguñe su piel e intente liberarme de su agarre, pero eso lo enfureció y apretó mas fuerte. El aire se escapo y deje de respirar.
Llore.
—Para...por favor...
—¿Cómo lo sabes?
—Suéltame...
—Dime como sabes que fui yo y te soltare.
Llore. ¿Qué debo hacer?¿Que puedo hacer en esta situación? Va a matarme. No lo se. Su mente esta en blanco, podría decidir matarme en este instante o no hacerlo jamás. No puedo saberlo, porque no esta pensando.
—Por favor...—llore.
—¡DIME!
Su mano apretó. Abrí la boca para poder respirar, pero era inútil. El aire no pasaba. Mis pies se elevaron del suelo, mi cuerpo se arrastro por el árbol. ¿Cuánta fuerza tiene?¿Por que no me suelta?
—Lo...dire...suelt..me—mi voz se trabo.
Sus ojos dudaron, pero al final me soltó. Llore y tosí, cayendo de rodillas porque mis piernas no respondían.
—Lo siento...lo siento...perdón...— gemí, tirada en el suelo entre el barro y las hojas secas de otoño.
El se puso de cuclillas, agarro mi mandíbula y me obligo a mirarlo a los ojos.
Y un pasamiento destello, lo suficiente para calmarme un poco.
'No quiero lastimarla...'
¡Pues ya lo hiciste! Quise gritar.
Respire hondo y me arrastre lejos de el. Sus ojos azules no dejaron de mirarme, sin embargo me soltó, lo cual agradecí enormemente.
—¿Entonces?¿Como lo sabes?
—¿Cómo sabes que lo se?— pregunte a cambio, con un repentino arranque de valentía.
Sus ojos se entrecerraron y la mirada amenazadora se intensifico. Sentí escalofríos y la repentina necesidad de hacerme un ovillo y esconderme.
Resistí la tentación y lo mire a los ojos, negándome a ceder.
—Contéstame si quieres vivir— dijo con voz de ultratumba, pero sus pensamientos lo contradijeron, dándome valor.
—No lo harás.
Enarco una ceja.
—¿Y como estas tan segura?
—Tu lo dijiste— confesé. El frunció aun mas las cejas.
—¿Que dije?
—Tu...—hay demonios ¿realmente voy a decirle? Pero quiero vivir. Puede ser que ahora no tenga intención de matarme, pero si le miento o me niego a decirle la verdad sobre como se lo que se, podría cambiar de opinión y romperme el cuello mas rapido de lo que canta un gallo.
—Solo....—¿pero como le digo a alguien que puedo leerle la mente?¿Y sino me cree?¿Y si me mata mas rapido?
Trague nerviosa y mi garganta dolió.
'Maldita sea'
—Habla de una vez, estoy perdiendo la paciencia.
—¿Y que me asegura que me creerás y no me mataras?— pregunte, concentrada en sus pensamientos.
'No mato por gusto, idiota. Matarte seria una molestia'
Considerare eso como buena suerte para mi.
—Yo...—dude una ultima vez, respire hondo y solté todo de golpe rezando para que me creyera y cambiara de opinión sobre matarme. —Puedo leer la mente, es así como lo se.
No me atreví a mirarlo. Y su mente estaba tan en blanco como antes, incapaz de darme un pista sobre algo. No... esta vez es diferente. No es que no esta pensando, hay ruido allí, pero es como si hubiera un cortocircuito en mi propia cabeza que me impide saber que diablos esta pensando. Es mas como un ruido de fondo, incapaz de distinguir que significa la palabras y que son las imágenes borrosas. No lo comprendo, nunca me paso antes.
—¿En serio?¿En que estoy pensando ahora?
Empecé a sudar, nerviosa.
—N-no lo se— tartamudee, el pánico me subió a la garganta y empecé a llorar de nuevo. No quiero llorar, pero no se que mas hacer —No pu-puedo o-oir nada, es ra-raro, no se... que sucede...yo ¡NO ESTOY MINTIENDO!¡LO JURO!
Me arrastre lejos, clavándome piedras y ramas en las manos, rasgando mi ropa y ensuciándome por completo. Pero que mas da eso, cuando frente a mi hay un loco que puede matarme en cualquier momento.
En dos zancadas el estuvo encima de mi otra vez, me agarro los brazos y con una fuerza sorprendente me obligo a ponerme de pie. Mis piernas temblaban, pero no me atreví a volver a caer al suelo.
—Mírame— ordeno.
No quiero. No quiero mirarlo.
Su mano me agarro de la barbilla y me obligo a levantar la cabeza. Sin embargo, esta vez fue suave y cuidadoso. ¿Que...diablos?
Sus ojos...ya no eran fríos ni aterradores.
—¿Puedes leer mi mente ahora?— pregunto.
—N-no...— estaba por negar cuando de repente el cortocircuito se detuvo y sus pensamientos volvieron a ser tan claros como antes. Palabras fuertes y imágenes a todo color.
'¿Puedes oírme ahora? Respóndeme ¿eres una mentalista?
—¿Una que?.
Ezra sonrió y me aterro.
—Lo eres— dijo —en ese caso, deberías haber agradecido que matara a los Backet.
¿Que...esta pasando?
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Mente_En pausa
FantasyDe principio, ser un adolescente no es fácil. Pero la vida se vuelve un infierno cuando puedes leer la mente. Nacer con esta "habilidad" me llevo al asilamiento de mi familia, al punto en que mis padres me enviaron a vivir a la casa de mi abuela...