El rey de la matanza estaba sentado en su trono mientras miraba hacía el frente. Su mano apretada en un puño levemente estaba afirmando su mejilla mientras su codo estaba en el reposa brazos de su trono. Su cabello largo y gris caía sobre sus hombros mientras su armadura brillaba levemente. Sus ojos rojos como la sangre no se apartaron de las grandes puertas, como si estuviera esperando que alguien entrara.
Hoy se sentía mucho más tranquilo que en otros días. Su mente, que parecía dividirse en algunas ocasiones y en otras perderse en maldad, se había tranquilizado un poco al recordar el poder que descendió sobre la ciudad de la matanza hace poco. Él, Tang Chen, como un anterior heredero del Dios Asura, conocía el sentimiento. Nunca había recibido un anillo espiritual otorgado por dios, porque ya era un titulado douluo cuando encontró la herencia del Dios Asura.
En esos años, había viajado con un viejo amigo y rival, Qian Daoliu. Ellos terminaron en la isla del dios del mar y conocieron a Bo Saixi, una mujer increíblemente hermosa, pero que también era igual de poderosa que ellos dos. Se decía que él, Tang Chen, era invencible en tierra firme y Qian Daoliu invencible en el cielo. Bo Saixi, por otro lado, era invencible en el mar. La mujer titulada douluo tenía un espíritu marcial especial, después de todo.
Ambos se enamoraron, pero Bo Saixi los había rechazado, diciendo que solo serviría a un Dios. Tang Chen, en su búsqueda de poder y aceptación de la mujer, busco y encontró una herencia divina. Lamentablemente, sus pruebas fueron corrompidas por el Dios Rakshasa, causando que se convirtiera en el rey de la matanza mientras su mente se degeneraba poco a poco con el tiempo.
¡BANG!
Tang Chen, perdido un poco en sus pensamientos y mirando hacía el suelo, levanto un poco la mirada hacía el frente. Las puertas se habían abierto con fuerza mientras Percy, el tirano sangriento entraba hacía el salón del trono. Los ojos rojos de Tang Chen contenían un poco de ira, pero sobre todo curiosidad. El joven frente a él no podía tener más de treinta años, pero la intensidad de su intención asesina y la presión del poder del alma y espiritual eran sin duda poderosa, incluso un poco asfixiante.
"Sentí el poder del Dios Asura... ", Tang Chen comentó tranquilamente mientras se levantaba lentamente de su trono. "¿Eres el nuevo heredero?"
"Estas mucho más tranquilo de lo que pensé", Percy comentó mientras sostenía Anaklusmos, su sable asesina dioses.
Tang Chen decidió sonreír, no fue una gran sonrisa, pero la curvatura en sus labios era clara.
"Mi mente esta mucho más tranquila. Generalmente tengo momentos de tranquilidad, pero ahora es mucho mejor que en todos estos años"
"... Entonces eres más peligroso"
La sonrisa de Tang Chen creció un poco más al escuchar eso. Parece que su oponente era inteligente. Él sabía que tendría que luchar contra el actual heredero. No sabía que misiones/tareas había completado, pero Tang Chen tenía claro que en algún momento, si el Dios Asura consiguiera otro heredero, tendrían que luchar. Él, después de todo, tenía el armamento divino del dios. Apenas podía usar la espada demoniaca Asura, quizás podría usarla unas cuantas veces, pero no sería en toda su extensión de poder, y posiblemente termine muerto luego de eso.
La espada demoníaca Asura era un arma ultra divina, por lo que los requisitos de uso eran demasiados.
"¿Cuantas tareas has completado, heredero?"
"Siete", respondió Percy.
"Siete... ya veo... No tengo idea que tipo de tareas fueron, pero si se parecieron a las que complete yo mismo, entonces no eres alguien que puedo subestimar", mientras hablaba, una luz negra apareció en la mano derecha de Tang Chen, el Rey de la matanza. La luz negra se transformó de inmediato, dejando un gran e imponente martillo del cielo despejado.
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Camino de Asura celestial [Terminada]
FanfictionTraicionado, herido y enojado, el cayó en las profundidades del peor infierno. Solo con su cuerpo y espada, se arrastro por la que debería ser su prisión. Con un odio y deseo de venganza por el causante de su desgracia, se arrastro hasta lograr su l...