Hestia tenía una expresión enojado en estos momentos, cosa que era muy raro de ver; por lo menos eso debería haber sido el caso. Desde hace tres años, las cosas en el Olimpo han ido cambiando lentamente mientras los dioses hacían sufrir al mundo. Ella, como la persona que resguardaba el corazón, sabía que la actual situación era muy preacaria.
Los dioses, que parecían haber cambiado desde hace miles de años, parecían volver a sus viejos caminos. Zeus volvía a encontrarse con más y más mujeres. Poseidón hundía barcos pesqueros y de todo tipo de vez en cuando. De hecho, Hades parecía el más tranquilo de los tres hermanos.
Hera, como era de esperar, no pasaba un día en paz por la culpa de su marido infiel. Demeter parecía seguir igual, pero en realidad se inquietaba con cada día que pasaba y su enojo y odio por Hades aumentaba poco a poco, todavía sin olvidar lo que paso con su hija.
Apolo y Hermes no eran diferentes de Zeus, reuniéndose con mujeres y saliendo de fiesta, incluso a veces olvidando sus deberes como dioses.
Cuando habían pasado dos años desde lo ocurrido con Percy, Hestia sintió la necesidad de reunir a los dioses que pensaba todavía creían en Percy. Sorprendentemente para ella, Athena era una de ellas. La otra era Artemisa, quien Hestia sabía tenía un sentimiento especial por el hijo de su hermano.
Oh, Artemisa era un caso raro. Ella era una diosa virgen, alguien que repudiaba a los hombres y nunca los dejaría estar a su lado por demasiado tiempo. Sin embargo, cuando Perseus Jackson cayo en sus ojos esa vez cuando decidió levantar el cielo por ella, ayudando en su rescate, se quedo con su imagen en su mente. Por supuesto, eso no era un enamoramiento. Pero, solo vasto ese momento para que la diosa de la luna comenzara a tomar un interés en el semidiós del mar.
Y de hecho, fue una de las más enojadas cuando ocurrió lo de Perseus. Solo Hestia —quien se entero tiempo después— sabía que ella vigilaba a Percy de vez en cuando. Pero viendo como actuaron Ares y Zeus, la diosa sabía que si hablaba, nadie la apoyaría, por lo menos no sabía que Athena y Hestia lo haría. Lamentablemente, eran tres contra el resto. Y Zeus, incluso si era un idiota, no era tonto del todo.
El castigaría a las tres diosas y el resto de dioses lo apoyarían.
Esta también era la razón de que Artemisa se sintiera triste; ella ni siquiera pudo disculparse con la persona que se había ganado un lugar en su corazón.
Y, hace solo unos meses, Hestia sufrió un cambio. Ella, incluso siendo amable, respetuosa, cariñosa y alguien que cuidaba a los demás, podría enojarse. Era como una madre: independientemente de cuanto amara a su familia, si hacían algo malo, se enojaría.
Pero esta vez, las cosas que habían hecho su familia fue un limite. Ya había soportado todas las cosas en el paso. Y ahora, en una era donde las guerras eran pocas, donde las personas eran más libres y con derechos, los dioses no podían interceder como en el pasado. Si los dioses se mostraban ante los mortales, los temerían como antaño, pero en poco tiempo se revelarían. Incluso si fueran a perder, no dejarían de luchar por lo que creían y sus derechos.
Al final, el mundo sufriría. Y con Gaea durmiendo, el planeta podría tener daños irreparables.
Hestia inhalo con fuerza antes de suspirar, sus pies avanzaban rápido hacía el salón principal, donde tendría una conversación con Zeus. Pero, ella frunció el ceño al ver que todo el lugar estaba demasiado silencioso. El Olimpo estaba demasiado oscuro y solo luces de fuego iluminaban los caminos.
De repente, el cuerpo de Hestia se congelo en su lugar y luego de unos largos segundos giro con fuerza su cabeza hacía una parte más baja del Olimpo.
"Artemisa... ", ella murmuro preocupada antes de que un grito enojada de la diosa de la luna se escuchara por todo el Olimpo. Pero cuando estaba por ir hacía dicho lugar, fue encerrada por una extraña barrera con tres ancianas apareciendo a su alrededor.
ESTÁS LEYENDO
Camino de Asura celestial [Terminada]
FanfictionTraicionado, herido y enojado, el cayó en las profundidades del peor infierno. Solo con su cuerpo y espada, se arrastro por la que debería ser su prisión. Con un odio y deseo de venganza por el causante de su desgracia, se arrastro hasta lograr su l...