Camino de Asura celestial [Terminada]

Capítulo 68: Percy II

Percy observo mientras respiraba con fuerza por su nariz. La luz brillante que había nacido frente a él, incluso lo molesto un poco, pero no lo suficiente como para que doliera o se tomara la molestia de girar la cabeza. Frente a él, todo el espacio se retorcía y se doblaba de diferentes formas mientras un núcleo surgía desde la nada. Y si no fuera por sus poderes, entonces los habitantes de la Tierra hubieran notado todo. Pero, en ese momento, el espacio de tercera y cuarta dimensión se estaban agrupando de alguna forma.

Como un Dios-Rey, un ser de quinta dimensión, Percy tenía la capacidad de poder formar un reino de dioses, y era lo que estaba haciendo en estos momentos. El reino de dioses podía contener una cantidad infinita de espacios de dimensiones inferiores, pero incluso si el reino de dioses era un plano, la forma que poseían era, generalmente, los de un planeta. En un principio, Percy quería utilizar la Tierra para convertirla en un Reino de los Dioses, después de todo, era una estrella divina natural, lo que permitiría más de cinco dioses-reyes. Lamentablemente, eso no sería bueno, no por el momento. El esperaría hasta que el planeta Tierra comience a ganar personas conscientes del poder que podían ganar hasta que un humano o bestia se convierta en un dios luego de que expulse a los antiguos dioses que han plagado el planeta.

Solo en ese momento, el nuevo reino de dioses podría crecer y evolucionar hacía algo mucho mejor y poderoso. Aunque, él también tenía un poco de miedo, y no por cualquier enemigo que pueda encontrarse, sino más bien por el propio Chaos. Percy había desentrañado secretos del universo mientras experimentaba el ser un dios. Pero, al mismo tiempo, sabía que estos secretos eran cosas que otros dioses tardarían miles de años en entender o encontrar. Percy era inteligente, pero no al punto de poder entender estas cosas de forma tan fácil o a una velocidad que pondría en vergüenza a dioses más antiguos.

Chaos, al mismo tiempo, le ha estado advirtiendo que no continúe con esto. El nivel del conocimiento de Percy ya había superado con creces su nivel de divinidad. Ahora, esto no significa que pueda explotar o su cerebro termine frito, sino más bien que iría en contra de la ley del universo de evolucionar demasiado rápido. La Ley del Universo era algo extraño para Percy, odiaba a los Dioses-Reyes, pero aceptaba sus existencias cuando estaban ligadas a un reino de dioses. Abogaba por las personas que decidían evolucionar y no estancarse, pero también las detenía si lo hacían demasiado rápido o o muchas veces. Parecía contradecirse, pero al mismo tiempo, no lo hacía.

Cuando el núcleo del reino de los dioses se completo por completo, Percy se ligo ha el por completo, convirtiéndose en el primer Dios-Rey del Reino de dioses de la vía láctea. Casi solo unos segundos después, pudo sentir el poder de Artemisa sublimarse antes de que comenzara su ascensión hacía un Dios-Rey de la Vida y unirse al Reino de dioses. La luz dorada, fue acompañada de un trueno lejano, pero ignorado por Percy. No era importante en estos momentos.

Percy escondió el nacimiento del reino de dioses de casi todo el mundo. Para seres de tercera y cuarta dimensión, era fácil de hacer, y realmente no le importaba otros seres superiores, existencias que no habían nacido en esta galaxia y que pocas veces aparecían al atravesar el universo. Por lo tanto, nadie vio algo que parecía una barrera y atmosfera aparecía de la nada, seguido de una estructura inigualable, casi del mismo tamaño del planeta Tierra. Era similar a una estrella, con cinco puntos donde habían diferentes hábitat donde vivir. Finalmente, el centro era el lugar más enorme y donde estarían los dioses-reyes.

Cuando todo había terminado, Percy sonrió por un momento, deseando poder traer a su familia en estos momentos. Lamentablemente, quedaban muchas cosas que hacer. Cuando sintió que la ascensión de Artemisa había terminado, apareció directamente donde estaba y sonrió con frialdad al ver al Dios Marte. Percy no dudo en cortar unos de sus brazos, escuchando su grito de dolor y regocijándose en saber que su enemigo estaba sufriendo.