Profecía Sobrenatural

Capítulo 48

Kayla

Al aparcar frente a la gran casa de los Demon casi suelto un quejido infantil por la separación de Noah, bufo molesta, durante todo el camino estuvo haciendo varias caricias que me dejaron ensimismada, no quería moverme pero al parecer el camino termino, escucho su risa respondiendo a mi bufido.

Bajamos sigilosamente para que nadie me vea, río cuando nos agachamos detrás de unos arbustos para evitar a unas señoras que salían de la propiedad, Noah contiene su risa tapando mi boca para callarme, después corremos hasta llegar a la entrada, las carcajadas se hacen presentes sin poderlo evitar, haciendo eco en el gran salón.

Muchas cabezas curiosas se asoman desde distintos lugares, me fijo en ellos un segundo, sus caras sorprendidas con la vista fija en el pelinegro que no para de reír junto a mi, el no lo nota así que sigue, ignoro todo secando unas pequeñas lagrimas que salieron, Noah sostiene su estomago parando poco a poco dejando una gran sonrisa, se acerca limpiando el resto de las lagrimas el, sus ojos brillosos viajan a mis labios pero antes de eso nos interrumpe Josh.

-¡Pero miren quien llego!- Noah maldice causando que ria fuerte de nuevo volteando hacia Josh, el sonríe llegando hasta nosotros, hace una pequeña reverencia tomando mi mano dejando un casto beso en su dorso, -hola Josh, es un gusto verte.

-Lo mismo digo Kayla- al fin, logre que me llamara por mi nombre, -hola hijo.

-Papa- contesta de mala gana por la interrupción de antes, el mayor de los Demon ríe acostumbrado a la situación.

-Espero que sea de tu agrado la sorpresa- abro los ojos mirando de Noah a Josh confundida, su padre también lo sabe, ambos sonríen inocentemente demostrando su parecido, -los dejo, necesito terminar unas cosas pero nos vemos en tu coronación querida.

Asiento, dedicándole una pequeña sonrisa, inclina la cabeza desapareciendo de nuevo por las escaleras, Noah toma mi mano llamando mi atención, -ven, es hora pronto tienes que ir a prepararte, vamos.

Me guía por la derecha, un gran pasillo donde resalta una puerta, que es dorada, con bellas flores pintadas a mano, nos dirigimos exactamente a ella, la expectativa me carcome, el lugar se encuentra oscuro, Noah me lleva dejándome en un punto central en la habitación, -quédate aquí no te asustes.

Asiento y sus manos desaparecen, escucho sus pasos en el gran espacio, juego con mis manos, sintiendo leves cosquilleos en mis dedos, nuestras respiraciones ocupan el silencio, -¿lista?

-Si- las luces se encienden tras esa afirmación, parpadeo acostumbrándome a la luz, fijo mi vista al frente, retrocedo sorprendida, las lagrimas amenazan con salir, un picor en mi garganta y el gran nudo que se forma evitan que diga la mas mínima palabra, Noah tiembla un poco, los nervios carcomiendolo.

-¿Te gustaría ser mi novia pequeña?- asiento rápidamente, el sonríe y llega hasta mi abrazándome, me gira en el aire, rió sintiendo una gran emoción recorrerme, se detiene y me lanzo ahora yo buscando sus labios, gruñe retrocediendo apoyándose en la pared, mi respiración se vuelve pesada, sujeto su cabello tirando de el, gruñe y muerde mi labio antes de separarnos.

-Dios me has hecho el hombre mas feliz y afortunado del mundo- me asegura acariciando mi cara, pone una sonrisa ladina, -¿te gusto la sorpresa?

Observo mejor todo, pétalos de rosa esparcidos desordenadamente por el piso, en la pared un gran letrero con la frase ¿quieres ser mi novia? en grandes y hermosas letras moradas, flores doradas pintadas en todos lados, fotografías de nosotros que tomamos con su celular y con el mio pegadas a la pared, ramos de rosas esparcidos en muchos lugares, -me encanto cariño.

Le digo sinceramente sonríe mas, saca de su pantalón una pequeña cajita que me tiende, azul coma las nubes, se siente ligera, -esto es lo final, espero te guste preciosa.