Somos como estrellas (REESCRIBIENDO)

s i e t e

Es viernes por fin, y la habitación de la residencia ya no parece el mismo espacio sencillo y pequeño que compartimos cuando nos conocimos. En estas pocas semanas, los pósters, las fotos pegadas en la pared y la ropa esparcida han tejido un mundo propio, un refugio de nuestras risas y de los secretos compartidos a medianoche. Yo vine aquí para estudiar psicología y, en el fondo, para encontrar una nueva versión de mí misma. La habitación esta llena de canciones de Justin Bieber y cada vez más siento que he encontrado algo incluso mejor: una amiga de esas que entienden cada cosa sin que haga falta decirla.

La música explota desde el altavoz con "Beauty and a Beat," y Devorah y yo nos miramos instantáneamente. La miro de reojo y veo su reflejo en el espejo mientras se entrega completamente a la canción, cerrando los ojos y agarrando el cepillo con más emoción que nunca. Sabe cada palabra, cada pausa, y cada gesto exagerado que haría un cantante profesional.

—Show you off, tonight I wanna show you off... —canta con los ojos cerrados y una mano en el corazón, como si Justin Bieber estuviera hablándole solo a ella.

Me río y me uno al coro como si esta fuera nuestra noche y el mundo entero estuviera mirándonos.
Nos conocemos desde hace apenas unas semanas, pero estar aquí con ella, saltando en medio de la habitación y cantando a todo pulmón, se siente como una historia de toda una vida.

—¿Puedes creer que realmente vamos a una fiesta en un descampado? —le digo, dejándome caer un segundo sobre mi cama mientras ella se retoca el maquillaje con precisión. La observo, fascinada por su habilidad para hacerlo en medio de este caos que hemos montado.

—Ali, por favor, ¿y perder la oportunidad de gritarle a la vida que somos imparables? —me responde con una mirada dramática y divertida—. Esto es el primer paso hacia nuestra gloria universitaria, querida. Además, la vida es muy corta como para quedarse en la habitación el viernes por la noche.

Asiento, sabiendo que tiene razón, como casi siempre. Devorah y yo somos tan distintas que resulta casi cómico: ella es intensa, sin filtros, como si llevara un fuego en el pecho que nada pudiera apagar; mientras que yo tiendo a darle demasiadas vueltas a las cosas, a analizarlo todo antes de lanzarme. Pero juntas, esas diferencias se vuelven una especie de equilibrio perfecto. Si yo soy la calma, ella es el huracán, y cuando estamos juntas, la tormenta y la quietud se encuentran en un punto mágico.

What Makes You Beautiful de One Direction empieza a sonar, y ni siquiera lo hablamos; simplemente gritamos juntas las primeras líneas, como si estuviéramos en pleno 2012 y la vida no hubiera cambiado nada desde entonces.

—¡Por favor, es que esta canción es una obra maestra! —exclamo, levantando las manos al cielo en señal de reverencia—. You don't know you're beautiful... Es como si lo supieran.

—¿Tú sabes la de fanfics que me he leído de One Direction?

No puedo evitar reírme. Su sentido del humor, su manera de ver el mundo, me ha contagiado desde el primer día. Cada palabra que dice parece brillar, como si hubiera nacido para sacarle chispa a cada instante, para hacer de cualquier cosa una aventura.

Terminamos la canción a gritos, ambas despeinadas y con la respiración agitada de tanto saltar. Devorah se deja caer sobre su cama, riéndose como una loca, y en medio de las carcajadas, nos miramos a los ojos. Hay algo en esa mirada que no necesita palabras, algo que dice "sé que estás aquí, y yo también estoy aquí, y esta amistad es real."

Me acerco al espejo para echarle un último vistazo al maquillaje, aunque entre el rímel y la risa, ya no sé ni qué pretendía hacer. En el reflejo, veo a Devorah mirándome con una sonrisa de pura complicidad. Estas semanas han sido como una ráfaga, y me he acostumbrado a su presencia de una forma que ni siquiera logro explicar. Ella entiende, sin que haga falta decírselo, que cada chiste, cada canción y cada locura es parte de algo más profundo.