Dìdì Ài Nǐ (YiZhan)

Cap 5: Gege te extrañó

Cuando le dieron la carpeta con la malla curricular del año escolar, y la lista de estudiantes. Su mente se enfocó en leer la malla curricular. Planeaba preguntarle a cada estudiante su nombre y así crear un buen ambiente de confianza, así que no quiso leer la lista.

Ahora se arrepiente, si la hubiese leído antes. Sabría cómo reaccionar en ese momento.

Para su mala suerte, Wang Yibo justo en ese momento se dignó a despertar. O por lo menos a hacerle caso a su compañero que seguía moviendo su hombro. Con una gélida mirada, ordenó a su compañero que dejara de tocarlo. Este entendió esa mirada asesina y se dio la vuelta.

Wang Yibo sonrió de lado, dirigiendo su mirada a su gege que se había quedado estático viéndole. Los ojos felinos entraron en contacto con los dulces y sorprendidos ojos de Xiao Zhan. En cuanto esta mirada desafiante y burlona llegó al mayor, un hormigueo recorrió su espina vertebral. Por un momento se permitió sentirse emocionado por el encuentro.

Wang Yibo se paró de su asiento, metiendo ambas manos en sus bolsillos.

-Me llamo Wang Yibo, deben de llamarme Wang Yibo. Mi hobby preferido son las carreras de motos. Pero esto ya los sabes ¿no Zhan-ge?

El tono de voz era bajo, la pubertad había hecho de las suyas con Wang Yibo. Atribuyéndole una encantadora voz profunda, sumado a una apariencia física excepcional. Xiao Zhan en cuanto oyó esa ronca voz llamarle como solo a él se le permitía nombrarle. Se le aceleró el corazón, sus ojos sentían un leve escozor. Y una sonrisa boba se dibujó en su rostro.

Después de casi cinco años de no ver a su didi, por fin estaba frente a él. Llamándole con cierta malicia en su voz, con cierto descaro, pero con esos lindos ojos felinos que siempre le habían visto con admiración. Su didi estaba ahí, y lo que más quería Zhan era correr y abrazarlo como cuando eran niños.

Sin embargo, por muy emocionado que esté. No podía pasar por alto el hecho de que el menor no estaba tan alegre de mirarle. La mirada que le dedicaba apenas y era un fantasma del pasado. Sus ojos brillaban, pero Xiao Zhan no sabía determinar el sentimiento que les narraba.

Al ver que su profesor no reaccionó. Wang Yibo se cansó de estar de pie. Tomando asiento nuevamente, para regresar a su sueño matinal.

Xiao salió de su estupor, cuando se dio cuenta de la manera tan inquisitiva con la que le miraban los demás estudiantes. Por supuesto estos habían oído llamar a Wang Yibo a Zhan de manera muy íntima. Así que querían saber la razón. Sin embargo, ninguno se atrevía a hacer esa tan anhelada pregunta. Xiao Zhan agradeció eso, y aclarando su garganta. Le indicó al siguiente alumno que se presentara.

Xiao Zhan luchó por memorizar los nombres y las caras, pero gracias a que su didi estaba ahí, su mente apenas y podía estar enfocada en los demás alumnos.

Al final cuando todos los alumnos se presentaron, Xiao Zhan les leyó algunos puntos de la malla curricular del año. Y como el primer día solo era para eso. Les permitió irse a sus casas temprano, tenía el permiso del director así que no habría ningún problema.

Todos los alumnos se fueron levantando de poco en poco, abandonando el lugar y despidiéndose del mayor. Xiao Zhan les brindaba su afable sonrisa y les despedía con respeto. El aula se quedó casi vacía, a excepción de al final de la primera fila. Wang Yibo seguía durmiendo.

Xiao Zhan se armó de valor, y caminó hasta él. Tocó el hombro de su didi con cuidado, y lo movió levemente. Se sorprendió cuando su didi elevó su mano, apartando el toque de Zhan de manera brusca. El pelinegro retrocedió un paso, por el escozor del manotazo de Wang Yibo.

-¿Quién te dio el derecho de tocarme?- recriminó Yibo mientras le lanzaba la misma mirada gélida que había enviado a su compañero. Xiao Zhan se sintió extraño, esa mirada le daba miedo. Y le hacía sentir como si fuese una hormiga a punto de ser pateada. Su corazón dolió al darse cuenta que ya no tenía el privilegio de tocarlo. Ni siquiera un simple roce en comparación al pasado.