Cap 21: Didi llegó tarde

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Se supone que, cuando uno está a punto de morir ve el recuento de su propia vida. Zhan ya lo había visto por lo que, era natural que luego de perder la conciencia morir era el siguiente paso. Es decir, estaba tan golpeado, su cabeza tenía un fuerte corte que no dejaba de sangrar. Sus costillas seguramente estaban rotas porque cada vez que respiraba sentía un profundo dolor que lo hacía desear morir para acabar con el dolor.

Sumado a sus dolencias, le dolía el corazón porque acababa de darse cuenta que todo este tiempo estuvo enamorado del menor y que posiblemente este amor venía desde la infancia.

¿Amores de infancia?

Qué bonito sonaba eso, lo malo es que Zhan era seis años mayor que Yibo. No era correcto, porque eso lo hacía sentirse como un pedófilo, aunque él realmente cuando Yibo era niño, no lo veía con esas intenciones.

Por supuesto, ahora todo era diferente, Yibo ya era grande y tenía un cuerpo maduro, a pesar de que su madurez mental estaba en entre dicho. Porque si lo que Wen Chao decía era cierto, temía que en un futuro el menor se convirtiera en una mala persona y, si él moría el menor ya no tendría su mala influencia que lo empuja a actuar de esa manera tan diabólica.

Por eso, esperaba que para estas alturas la muerte ya fuese su amiga. No obstante, a pesar de que se había rendido en los brazos de la parca, este parecía renuente a llevárselo. Zhan recuperó nuevamente la conciencia cuando escuchó un gran alboroto que, provenía de lo que él creía era la sala. Fuertes pisadas, personas yendo y viniendo agitadas. Groserías siendo proferidas y ¿disparos?

Zhan no sabía que estaba sucediendo, pero por lo que podía oír no era nada bueno o ¿tal vez sí?, Zhan no sabe y teme saber la verdad. De pronto, humo comenzó a colarse por la abertura de la puerta y Zhan se preocupó de la procedencia de aquel humo. ¿La casa se estaba quemando? ¿Qué haría él si eso era así? Seguía atado y sinceramente no cree tener las fuerzas suficientes para levantarse y correr por su vida. Trató de olfatear el humo, pero no percibía si este era ocasionando por un incendio.

Cuando Zhan trataba de asimilar lo que sucedía, más gritos se escuchaban y aunque no podía descifrar lo que decían parecían estar furiosos y preocupados. Tan pronto los gritos aumentaron Wen Chao entró con prisa hacia la habitación en la que lo tenía retenido. Su rostro estaba pálido, tenía unos cuantos golpes en el rostro y miraba al menor como un boleto de lotería. Corrió hasta el pelinegro y trató de tomarlo, sin embargo, en cuanto se agachó para sujetarlo, una figura humanoide apareció detrás de Wen Chao.

Lo tomó por el cuello de su camisa y lo lanzó contra la pared de la izquierda. El golpe hueco por la colisión se expandió en la pequeña habitación, acompañado de un lastimero quejido de Wen Chao. El pelinegro con dificultosos movimientos elevó su mirada y solo pudo observar a un hombre que usaba una máscara antigás. Este hombre que está parado se percata de que el mayor no lo había reconocido, por lo que se despojó de su máscara lanzándola a un lado y el corazón del mayor pegó un salto de alegría en cuanto el rostro joven se reveló.

Frente a él estaba la figura inconfundible del ser que ama. Frente a él está Wang Yibo mirándole con tanto amor y alegría como siempre lo había hecho. Si esto era un sueño Zhan no quería despertar, porque el hecho de pensar que Yibo no está con él, en este momento, le arranca el corazón y le quita la poca esperanza de vida que pensó que había perdido.

—Zhan-ge—llamó mientras se acuclillaba para tomarlo entre sus brazos, pero ante la acción Xiao Zhan se quejó de dolor. Solo hasta ese momento el menor se percató de que el pelinegro estaba por completo desnudo, con hematomas y temblaba del frío a pesar de que su piel ardía.

Inmediatamente Yibo se enfureció.

-¿Cómo se atreve ese bastardo a tocarte?- cuestionó con una voz profunda y colerizada. Zhan quiso decirle que no le importaba, que ahora que él estaba ahí todo estaría bien. Caso contrario para el menor que no todo era tan fácil a su parecer, debía de descargar ese coraje que sentía por agraviar a su persona importante. Por lo que, tomada una decisión el menor primero desató a su gege y Xiao Zhan sintió como sus extremidades hormigueaban. Trató de tomar la mano del menor, pero aún estaba débil por lo que solo quedó en la intención. Intención de la que el menor no se percató.

Dìdì Ài Nǐ (YiZhan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora